El miércoles 26 fue citado a declarar en el Juzgado Federal del juez Olivera Pastor el Gral. Luciano Benjamín Menéndez, asesino que tuvo a su cargo al III Cuerpo de Ejercito con asiento en Córdoba, desde donde dirigía todas las desapariciones y asesinatos del Noroeste.
Cuando estaba en el Juzgado, familiares de detenidos-desaparecidos y organizaciones sociales se concentraron para repudiarlo y hacerle sentir la bronca del pueblo jujeño contra la impunidad de los represores. El caso al que se negó a declarar es el de la desaparición de la maestra Dominga Álvarez de Scurta, cuyos restos fueron encontrados posteriormente en el cementerio de la localidad de Yala.
El represor fue custodiado por numerosos efectivos de la policía de la provincia, de la federal y por gendarmería, que montaron un operativo para impedir el escrache y proteger al asesino de la furia de los manifestantes. Cuando salió del juzgado se logró arrojarle huevos y escuchó las consignas de repudio, mientras la policía reprimió a los manifestantes.
La exigencia de los familiares de detenidos-desparecidos de Jujuy y de las organizaciones sociales y políticas de Jujuy es que no se le permita prisión domiciliaria, como la que goza en Córdoba, y que continúe alojado en el penal de Alto Comedero de Jujuy.
02 de October de 2010