El “Pacto de solidaridad” firmado en 1920 entre la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), hegemonizada por los sindicalistas, y la Federación Agraria Argentina, buscó unificar la lucha contra enemigos comunes, sin dejar de dejar constancia de las diferencias de intereses entre obreros y chacareros. Por esos años tenía peso dentro de la dirección de Federación Agraria un sector “internacionalista”, vinculado al recientemente creado Partido Socialista Internacional. En esa búsqueda de puntos de contacto con la lucha obrera por parte de este sector del campesinado, un artículo del periódico de la FAA, La Tierra planteaba: “Los colonos deben unirse no para explotar al peón sino para no dejarse explotar por el terrateniente y por toda la gran troupe de parásitos. Los peones hacen bien en unirse para defender sus intereses y si los colonos continúan desunidos y se ven apretados por todos lados, de ellos es la culpa” (6 de diciembre de 1918, p. 2).
Reseña Pablo Volkind en “El acuerdo de 1920 entre la Federación Agraria Argentina y la Federación Obrera Regional Argentina (IX Congreso” un artículo de José Boglich, dirigente agrario de Firmat y uno de los fundadores del PSI en Santa Fe “donde señala la importancia de que los campesinos antepongan los puntos en común que tienen con los peones rurales y no se transformen en un sector reaccionario, aliado de los terratenientes como pasó en Europa”. La Tierra del 6/1/1920: “Nuestros agricultores todavía se encuentran libres de esa malvada compañía, y es de desear que la Federación Agraria Argentina siga orientándolos por un camino recto respecto a este peligroso problema y encare esta cuestión de la tierra de acuerdo con los intereses colectivos de la clase trabajadora de este país”.
Así se fue abonando el camino para el “Pacto” firmado en San Pedro el 12 de junio de 1920, donde la FORA y la FAA declaran que “si bien cada una de estas organizaciones del trabajo tienen por su naturaleza un radio distinto de acción, marchan, sin embargo, de modo paralelo en su finalidad, que es libertar la tierra y todas las fuentes de producción y de cambio, anulando la arbitraria apropiación del capitalismo y de los terratenientes, para ponerla a disposición de los trabajadores.
“Y que si los propósitos inmediatos de los agricultores no son idénticos a los de los obreros agrícolas asalariados”, puede “establecerse una inteligencia para los casos y momentos en que ha de haber comunidad de pensamiento en las luchas que una y otra tienen emprendidas contra los actuales acaparadores y usufructuarios de la riqueza industrial y de la tierra”.