Hablamos en columnas anteriores del surgimiento de la compañía La Forestal, verdadero feudo propiedad de capitales ingleses en Santa Fe, y de las primeras huelgas. En 1920, luego de finalizada una lucha que venía del año anterior en la que se conquistaron los tres turnos de ocho horas, los dirigentes se dieron el trabajo de ampliar la organización y las afiliaciones al Centro Obrero.
Hablamos en columnas anteriores del surgimiento de la compañía La Forestal, verdadero feudo propiedad de capitales ingleses en Santa Fe, y de las primeras huelgas. En 1920, luego de finalizada una lucha que venía del año anterior en la que se conquistaron los tres turnos de ocho horas, los dirigentes se dieron el trabajo de ampliar la organización y las afiliaciones al Centro Obrero.
Tomó parte de esta tarea de formación sindical un conocido dirigente de la FORA sindicalista, Luis Lotito. Según Alejandro Jasinski (Revuelta obrera y masacre en La Forestal), Lotito decía que el reciente triunfo se expresaba en la creciente participación femenina, la lectura de la prensa obrera, y las tareas de fiscalización del acuerdo con la patronal.
Este clima duró poco, ya que la patronal buscó, con la actuación de la policía a su servicio, debilitar la organización de los trabajadores. En abril Lotito fue detenido por “agitador”, relata Gastón Gori en su conocida obra sobre La Forestal. También fue detenido Juan Giovetti “querido y respetado” redactor del Añá Membuí –el órgano de denuncia de los atropellos de la patrona–. Ante estas detenciones, y la intransigencia patronal de no hacer efectivo el acuerdo, los trabajadores se declararon en huelga y ocuparon la fábrica.
Hubo provocaciones varias por parte de la patronal y se comprobó la presencia de brigadas de la Liga Patriótica en Villa Guillermina, así como detenciones masivas. En ese contexto, cuando el gerente general de La Forestal, Eduardo Bianchini, entró a la fábrica tomada, fue baleado en un confuso episodio, en el que también resultó herido un obrero.
La gendarmería desató una brutal represión. Corrieron rumores de decenas de muertos, que fueron recogidas por algunos diarios de la época, aunque otros testimonios lo niegan. Hay versiones contradictorias sobre la actuación de las tropas del 12 de Infantería, con asiento en Villa Guillermina. Jasinski dice que ante la pasividad de éstos, los dueños de la Forestal impulsaron la creación de la “Gendarmería volante”, que empezaría a actuar a mediados del 20. La huelga culminó el 2 de mayo de 1920, y los trabajadores obtuvieron el compromiso de que no expulsarían trabajadores federados.
La empresa no cumplió el compromiso, y siguió avanzando contra los obreros. El diario Santa Fe consignaba una campaña de “privación del agua y carne a la población”. Se preparaban los días de la violenta represión de 1921, en medio del cierre de fábricas y la expulsión de pobladores de las tierras del feudo.