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28 de September de 2016

El sábado 24 el salón Felipe Vallese de la Confederación General del Trabajo (CGT) albergó un encuentro de movimientos populares con la presencia de la CCC, la CTEP, Barrios de Pie, directivos de la CGT y obispos de la iglesia católica.

Encuentro de movimientos populares

Por tierra, techo y trabajo para todos

 
La del sábado 24 fue una importante jornada para avanzar en la unidad de acción de distintos sectores afectados por la política de ajuste del gobierno macrista, y contó con la participación de gran cantidad de compañeras y compañeros de distintas vertientes, llegados desde todo el país.

 
La del sábado 24 fue una importante jornada para avanzar en la unidad de acción de distintos sectores afectados por la política de ajuste del gobierno macrista, y contó con la participación de gran cantidad de compañeras y compañeros de distintas vertientes, llegados desde todo el país.
Previamente al panel de apertura, Juan Grabois, coorganizador del Encuentro Mundial de Movimientos Populares, agradeció a la CGT por el espacio para que “los pobres, los campesinos, los que luchan por el techo, la tierra y el trabajo” protagonicen el debate y afirmó que la verdadera grieta es “la que separa a los integrados de los excluidos”. Luego, el padre Carlos Acaputto rescató conceptos del Papa Francisco vertidos en los encuentros mundiales de movimientos populares realizados en Italia y Bolivia. 
 
Panel de apertura
A continuación, se abrieron las actividades con un panel integrado por Juan Carlos Schmid y Héctor Daer (miembros de la dirección de la CGT), Esteban “Gringo” Castro (secretario general de la CTEP), Juan Carlos Alderete (coordinador nacional del Movimiento de Desocupados de la CCC) y Daniel Menéndez (coordinador nacional de Barrios de Pie), con la coordinación de monseñor Marcelo Sánchez Sorondo (Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano).
Schmid, además de dar la bienvenida en nombre de la CGT y destacar la presencia de varios secretarios generales de gremios en el Encuentro, afirmó que “estamos construyendo un primer peldaño de unidad” con los trabajadores de la “economía informal”, y reflexionó sobre los cambios en la clase trabajadora “sobre todo a partir de los 90”, destacando el “trabajo invalorable” de las organizaciones presentes en los territorios preguntándose “¿Qué hubiera sido de la democracia si los pobres no se hubieran organizado?”. Y finalizó afirmando que “No hay tiempo para esperar” y que aspira a que la CGT sea “de todos los trabajadores”.
Castro, con varias referencias a Eva Perón y a Jesús, planteó que “esto que estamos haciendo tiene raíces profundas” y afirmó que “no queremos eternizar los subsidios”, esa es una propuesta de las clases dominantes para fragmentarnos. Reclamó avanzar en la obtención de un “salario social complementario”. Luego le tocó el turno al compañero Alderete (ver aparte)
Menéndez, por su lado, planteó que el Encuentro tiene dos planos: las urgencias inmediatas como consecuencia de la política económica, en una situación que “vuelven los compañeros a los comedores porque no hay trabajo”, y la necesidad de soñar y pensar un futuro distinto “otro modelo civilizatorio”.
Héctor Daer contó que en la reunión del Confederal de la CGT se aprobó “asumirnos como representantes de los sectores informales, para que todos los trabajadores tengamos objetivos comunes”. Daer reflexionó, sobre el avance de la pobreza y el desempleo en los últimos años, autocríticamente “Nosotros no vimos lo que estaba pasando”, y cerró diciendo que “trabajadores somos todos”.
 En el cierre del panel, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, tras citar al Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos, porque si no se los comen los de afuera” dio “una perspectiva romana” del Encuentro. Rescató el “sentido de justicia social del cristianismo”, reafirmando las denuncias del Papa sobre que “este sistema económico destruye la tierra y el trabajo”. Afirmó que “si el mundo sigue así vamos a tener guerra” y destacó la importancia de la unidad que se estaba dando en el encuentro citando de nuevo a Francisco: “Los que tienen sed de justicia tienen que gobernar el mundo”.
 
Paneles
Luego de un breve intermedio, se desarrollaron tres paneles: Tierra, Techo y Trabajo, en los que compañeros de distintas organizaciones de base, y algunos dirigentes independientes, desarrollaron sus experiencias y contaron la realidad de sus lugares.
 Así en el panel de Tierra pudimos conocer la situación y las luchas de campesinos de Santiago del Estero, comunidades guaraníes de Corrientes, mapuches de Neuquén y productores frutihortícolas de Buenos Aires. En este panel se encontraba coordinando monseñor Jorge Lozano, quien destacó como uno de los problemas históricos de nuestro país la “falta de reconocimiento que tienen nuestros pueblos originarios y campesinos, el derecho a la tierra y al territorio” y la extranjerización de la propiedad de la tierra, reclamando una “reforma agraria integral”.
En el panel sobre Techo expusieron compañeras y compañeros de villas y cooperativas de vivienda de la ciudad de Buenos Aires, asentamientos de La Matanza y Córdoba, y sobre el cierre intervino el coordinador de la CCC de la Zona Sudoeste de la Capital Federal, Luciano Nardulli, quien planteó, entre otros puntos el trabajo en común “más allá de diferencias políticas” con el padre Carlos Mugica. Destacó la unidad de la pelea por tierra, techo y trabajo. Que el problema de la tierra se vincula con la falta de techo, por la expulsión de los originarios de sus lugares y que vienen a poblar y construir las villas en los conurbanos. Recordó Nardulli la ocupación del Indoamericano en la ciudad de Buenos Aires, que destapó la olla de la falta de viviendas en la ciudad. Recordó la represión, los mártires, y que “sólo nos dieron la tierra de los cementerios”. Remarcó la unidad en la lucha por “las tres T”, pese a los procesamientos y juicios como el que le hicieron a él y a Diosnel Pérez, y finalizó destacando la validez de lo planteado incluso en el juicio, que frente a la falta de vivienda lo que hay que hacer es “ocupar, construir y resistir”. El coordinador del panel, monseñor Lugones destacó que hay un “crecimiento desmesurado” de personas con “problemas de habitabilidad” y rescató la demanda de “una casa para cada familia”.
El último panel fue el de Trabajo, donde expusieron una costurera migrante de Bolivia, una trabajadora de la pesca chaqueña, una trabajadora de una fábrica recuperada, el presidente de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores (FACyR), y una integrante del MTL de Capital Federal. El coordinador, monseñor Maletti, hizo referencia a lo planteado por los obispos en ocasión del Bicentenario de la independencia, marcando los problemas de hoy con relación a la falta de trabajo, la corrupción y el narcotráfico.
Así cerró este Encuentro que augura nuevos e importantes hechos unitarios en reclamo de las demandas más urgentes del conjunto de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados.