Belén fue detenida hace dos años y medio cuando llegó al hospital Avellaneda en la ciudad de Tucumán, acompañada por su madre, con fuertes dolores abdominales, sin saber que estaba embarazada, allí tuvo un aborto espontáneo. Sus médicos que debían velar por su salud violaron el secreto profesional y la denunciaron: fue humillada y maltratada, fue encarcelada y condenada a ocho años de prisión por homicidio agravado por el vínculo con alevosía. Pasó del hospital a la cárcel sin mediación alguna acusándola de ser asesina.
“La condena de Belén está plagada de irregularidades” introduce Vicky Disatnik y prosigue: “el feto que es encontrado en el baño es de 32 semanas y su médico afirma en la historia clínica que el embarazo de Belén era de 22 semanas, no se realizó un ADN por lo que no se comprueba en el juicio que ese feto fuera de ella. No hay en el expediente ninguna prueba que comprometa a la joven, sin embargo los efectores de salud, y luego la policía, que ingresa a revisarla, se ensañan con ella. Los jueces la condenan por homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía a pesar de no poder probar que el feto encontrado en un baño a 100 metros de la guardia mayor donde fue atendida, fuera de Belén. Soledad Deza, la abogada defensora de Belén que tomó el caso luego de la condena lo explica muy bien: ‘Han conectado abortante y feto encontrado y han dictaminado un homicidio, pero no hay un ADN en toda la causa. No hay ninguna prueba que la vincule’.
—¿Cómo se constituyó la Mesa por la libertad de Belén?
—Nosotras nos enteramos del caso luego de la condena por medio de la abogada que hoy la defiende quien también se enteró en esos días y fue a ofrecerle sus servicios, viendo que no había tenido una defensa justa. A partir de allí las organizaciones de mujeres, organizaciones sociales y partidos políticos nos reunimos para analizar las medidas que podíamos tomar. Así se constituyó la Mesa por la Libertad de Belén, hoy conformada por 35 organizaciones. Desde allí hemos realizado diferentes marchas, la primera de ellas fue el día que la defensa apeló la sentencia y desde allí nos hemos movilizado en reiteradas oportunidades, mostrando la injusticia de la sentencia.
A esto se fueron sumando diferentes organizaciones en distintos lugares del país. En Buenos Aires se realizó una concentración en la Casa de Tucumán a los pocos días de conocerse el caso de Belén.
También se presentaron distintos amicus curiae, aconsejamientos a la Corte, que fundamentan la injusticia de la condena. El Ministro Fiscal de la provincia elevó a la Corte una resolución donde plantea la nulidad de la condena desde fojas 1 lo que permitió que la lucha por la libertad de la joven fuera avanzando también. Amnesty Internacional presentó 120.000 cartas pidiendo su libertad.
La lucha por la libertad pasó a ser una bandera del movimiento de mujeres de la Argentina y desde la Mesa convocamos a una marcha nacional el 12 de agosto que en nuestra provincia fue muy grande y eso se replicó en muchas plazas del país. El primer día hábil luego de esta marcha la Corte Suprema ordenó su libertad y hoy Belén espera fuera de la cárcel la apelación a su sentencia.
La Casa de las Mujeres tomó desde el inicio la bandera de la lucha por la nulidad de la sentencia. Hemos participado de múltiples actividades y hemos sido invitadas a muchas entrevistas en los medios. Se ha generado una enorme solidaridad hacia la joven que tiene que ver con las injusticias que sufren las mujeres pobres cuando concurren al hospital público pidiendo asistencia en estos casos.
Lo que devela esta condena es el destino de miles, de aquellas que no pueden planificar un embarazo, que no tienen acceso a anticonceptivos gratuitos, a las que al embarazarse deben elegir entre la cárcel o la muerte si concurren a realizarse un aborto sin las condiciones necesarias para preservar su salud.
Belén muestra con su historia el destino de miles, de las muertas en abortos clandestinos, de las que sufren secuelas físicas porque las prácticas que les realizan ponen en riesgo su salud.
Para mostrar esta realidad solo es necesario mostrar que Tucumán es la única provincia argentina que jamás adhirió a la Ley Nacional de Salud Reproductiva y procreación responsable, ley aprobada en 2003. A pesar de las múltiples movilizaciones que realizamos y las entrevistas con los legisladores, la provincia nunca adhirió.
—¿Cuál fue el aprendizaje para el conjunto de las mujeres al arrancarla de la cárcel?
—El movimiento de mujeres de la Argentina es muy poderoso y se expresa de diferentes formas cada 8 de marzo, cada 3 de junio desde el año pasado con la consigna de ni una menos, en las múltiples formas en que en cada pueblo las mujeres se organizan para denunciar un femicidio o un abuso sexual, en las miles que se organizan cada año en cada lugar de trabajo o de estudio o en los barrios para concurrir a los Encuentros Nacionales de Mujeres y creo que este triunfo ha sido un gran avance para las mujeres.
Luego de dos años y medio de cárcel en la soledad del penal, Belén tomó fuerza cuando las mujeres comenzamos a movilizarnos, así lo muestran las cartas que se han hecho públicas. La lucha ahora por su absolución se vuelve una lucha urgente. Anular la sentencia permitiría reparar de alguna manera las injusticias que ella sufrió y es un enorme aprendizaje para las miles que nos movilizamos o apoyaron esta causa por la libertad de Belén, lo que demuestra que cuando las mujeres luchamos y nos organizamos por una mujer, logramos triunfos para todas.
No sabemos si frente a nuestro reclamo para que se sancione a los efectores de salud que atendieron a Belén hay alguna resolución, pero seguiremos luchando para que en los hospitales públicos se respeten los derechos de las mujeres y sean atendidas para salvaguardar su salud.
Creo que en el Encuentro de Mujeres en Rosario va a estar presente la lucha por la libertad de Belén, porque en ella se muestra la opresión de las mujeres y también por el triunfo logrado las mujeres del país que fuimos protagonistas activas de la lucha por su libertad.
Hoy seguimos luchando por la absolución de Belén y la nulidad del juicio que la condenó injustamente y no pararemos hasta lograrlo.
