Nacido en España en 1774, hijo de un rico comerciante español, Manuel de Sarratea se dedicó desde joven al comercio de ultramar, como introductor de esclavos negros desde África hacia el Río de La Plata. Aprovechó una orden real que permitía la introducción de esclavos y autorizaba a los mercaderes que desembarcaban esclavos negros, a retirar del puerto de destino igual valor en frutos de país o en oro.
Nacido en España en 1774, hijo de un rico comerciante español, Manuel de Sarratea se dedicó desde joven al comercio de ultramar, como introductor de esclavos negros desde África hacia el Río de La Plata. Aprovechó una orden real que permitía la introducción de esclavos y autorizaba a los mercaderes que desembarcaban esclavos negros, a retirar del puerto de destino igual valor en frutos de país o en oro.
En 1801 tiene un conflicto con el Virrey Del Pino, debido a que trasladó esclavos en barcos de bandera norteamericana, violando la norma que obligaba al transporte con barcos españoles. El Virrey permitió el desembarco de los esclavos en el puerto de Montevideo, autorizó su venta, pero prohibió sacar mercaderías y oro por el valor obtenido. Sarratea inició un juicio a la corona en España violando la competencia de las audiencias que existían en América, y continuó este juicio hasta 1812, fecha en la que ya había presidido el primer Triunvirato.
Proveedor de los ejércitos que luchaban contra Napoleón en Europa, les vendía mercaderías que le proporcionaban los talleres ingleses. Es decir era un intermediario en la venta de mercaderías inglesas. El 25 de mayo de 1810 lo encontró radicado en Sevilla, atendiendo estos negocios.
Regresa a Buenos Aires el 10 de diciembre de 1810, cinco días antes del desplazamiento de Mariano Moreno de la Primera Junta. Inicia así una carrera meteórica hacia el poder. La misma semana la Junta Grande le pide que redacte un reglamento para el comercio. Luego le encargan una misión diplomática en Río de Janeiro, donde promueve abiertamente la proclamación de la princesa Carlota en el Río de La Plata.
Hace llegar una carta a la Junta de Buenos Aires donde propone: 1. Transigir con el gobierno de la Península dado la influencia que ésta todavía mantiene en Montevideo y en Paraguay, negociando que a cambio este acepte al gobierno de Buenos Aires. 2. Si el Gobierno de España se torna inadmisible en sus pretensiones, negociar con la corte de Río de Janeiro el trono para la princesa Carlota. Esta carta, un documento histórico importante, está citada por Edmundo Heredia en Cuando Sarratea se hizo revolucionario. Edit. Plus Ultra, 1986, pág. 81.
Regresado a Buenos Aires el 19 de setiembre de 1811, es elegido presidente del primer Triunvirato. Rivadavia era el secretario de ese gobierno. Se convertía así durante poco tiempo en la principal figura política de Buenos Aires, aunque no de la revolución.