La burguesía imperialista china montó, el viernes 21 de octubre, una fastuosa ceremonia para conmemorar los 80 años de la Larga Marcha. Allí, el presidente de China, Xi Jinping, planteó que “la confianza en el rumbo, teoría, sistema y cultura del socialismo con peculiaridades chinas es crucial para continuar el espíritu de la Gran Marcha y que China debe seguir marchando hacia adelante”.
La burguesía imperialista china montó, el viernes 21 de octubre, una fastuosa ceremonia para conmemorar los 80 años de la Larga Marcha. Allí, el presidente de China, Xi Jinping, planteó que “la confianza en el rumbo, teoría, sistema y cultura del socialismo con peculiaridades chinas es crucial para continuar el espíritu de la Gran Marcha y que China debe seguir marchando hacia adelante”.
Xi, como recuerda la agencia oficial de noticias china Xinhua, también es secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente de la Comisión Militar Central (CMC). El presidente chino aprovechó la ocasión para convocar a “una nueva gran marcha” para “revigorizar” la “teoría, sistema y cultura del socialismo con peculiaridades chinas”.
Podríamos seguir con una larga lista de frases de ocasión de Xi Jinping, pero la esencia de sus dichos es reafirmar el “rumbo” y el “liderazgo del partido” para llevar adelante los planes de las clases dominantes chinas. Hay aquí una reafirmación de un “rumbo” principal, lo que la burguesía china ha dado en llamar hace muchos años “socialismo de mercado”, justificando así la expansión imperialista de grandes grupos empresarios estatales, que conviven con los consorcios privados.
Xi Jinping destacó también que la “Gran marcha” es un ejemplo de la relación entre “civiles y militares” destacando el papel del Ejército Rojo en aquel momento y ahora.
En momentos que se tensan las relaciones entre las principales potencias imperialistas, y cuando crecen los factores de guerra en el mundo, no es casual esta puesta en escena por parte de las clases dominantes chinas, que restauraron el capitalismo en el país de Mao Tsetung hace ya décadas.
Nada más lejos de la sociedad socialista que se edificó en China con Mao Tsetung al frente del partido Comunista de China, que Xi Jinping y los mandantes del Partido y el Estado chino en la actualidad. Por eso nunca será mucha la denuncia por parte de los revolucionarios sobre esta caterva dirigente que explota salvajemente a los trabajadores y el pueblo chino, y oprime con su expansión imperialista a los pueblos del mundo, mientras se llena la boca de la palabra socialismo y usa la bandera roja para los crímenes más atroces.
