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16 de November de 2016

Las grandes huelgas en Santa Cruz (4)

Crónicas proletarias

A finales de enero de 1921, la Sociedad Obrera de Río Gallegos, con su secretario Antonio Soto en la clandestinidad, y la mayor parte de la Comisión Directiva presa, decreta el levantamiento del paro de los trabajadores de la ciudad y el campo. Mientras en Gallegos se cumple con la orden, en el campo no, y la huelga continúa. En cuestión de días se suceden varios hechos: el 29 de enero llega el nuevo gobernador, Angel I. Yza, y pocos días después las tropas del 10º Regimiento de Caballería al mando del Tte. Cnel. Héctor B. Varela. 
Por esos mismos días el “Gallego” Soto decide viajar a Buenos Aires, para conseguir adhesión a la lucha de los trabajadores patagónicos, en el Congreso de la FORA sindicalista, que sesionó en La Plata entre el 29 de enero y el 5 de febrero de 1921. El viaje de Soto (que como contamos estaba escondido en la casa de doña “Máxima Lista”), fue organizado por los obreros, para que no fuera detenido por la policía. Así lo subieron al vapor Asturiano por los maquinistas. En Puerto Deseado, donde el buque hizo una parada, el subprefecto a cargo, quien supo de la presencia del sindicalista, quiso detenerlo con un grupo de marineros armados. La tripulación se declaró en huelga e impidió su ingreso al barco. Así pudo llegar Soto al Puerto de Buenos Aires, donde 300 estibadores lo rodearon y garantizaron que llegara al Congreso, que había comenzado ese día.
Soto, en este Congreso, denunció la falta de solidaridad del Consejo Federal de la FORA con la heroica huelga que se estaba librando en las estancias santacruceñas. Como analiza Otto Vargas en El marxismo y la revolución argentina, Tomo 2 “Vino a Buenos Aires a buscar solidaridad con la lucha de los peones de campo. Y a criticar la conducta de la Federación Obrera Marítima, que permitió embarcar krumiros para reemplazar a los huelguistas y al propio Consejo Federal que no dio solidaridad a la lucha del sur. ‘Esta intervención de Soto no le fue perdonada nunca’”, cita Vargas a Osvaldo Bayer.
De su crítica tampoco se escaparon  los anarquistas de la FORA del V° Congreso, pese a que varios anarquistas estuvieron en la dirección de la huelga. Porque, como reconoció años después uno de los principales dirigentes de este sector, Diego Abad de Santillán, en ese entonces en la dirección del periódico anarquista La Protesta: “Publicamos información que nos llegaba de Chubut, de Neuquén, de Santa Cruz, pero no pusimos en la defensa de ese movimiento de huelga el calor que poníamos en otros que nos parecieron de mayor significación” (Abad de Santillán, Diego. La Fora, 1933).