1. Un gobierno de ricos para ricos
A lo largo de su primer año, el de Mauricio Macri ha demostrado ser un gobierno de ricos para ricos. En este año durante el cual ha aumentado el hambre y la pobreza de manera impresionante sobre los 12 millones de pobres que nos dejó el kirchnerismo ¿quién ganó?
1. Un gobierno de ricos para ricos
A lo largo de su primer año, el de Mauricio Macri ha demostrado ser un gobierno de ricos para ricos. En este año durante el cual ha aumentado el hambre y la pobreza de manera impresionante sobre los 12 millones de pobres que nos dejó el kirchnerismo ¿quién ganó?
Macri desde el inicio tomó medidas que favorecieron a los grandes exportadores de cereales, los terratenientes, las mineras, las grandes empresas petroleras, los fondos buitres, y todos los usureros y monopolios imperialistas. Son miles de millones de dólares que han entrado a los bolsillos de los poderosos ¿de dónde salieron?
Las ganancias de los favorecidos por el macrismo salen de la explotación de millones de trabajadoras y trabajadores de la ciudad y del campo, y de los bolsillos de todo el pueblo. Buscó y busca limitar los aumentos salariales de estatales y privados, y quiere imponer una brutal flexibilización laboral. Está destruyendo ramas enteras de la producción nacional, con las consecuencias de miles de empresas cerradas, y decenas de miles de trabajadores suspendidos y despedidos. Cuando asumió este gobierno, había 12 millones de pobres y la economía llevaba 4 años de estancamiento. En este año hay un millón y medio más de nuevos pobres.
La parálisis –durante meses– de la obra pública y de los trabajos de las cooperativas de desocupados se sumó a la falta de changas para agravar todos los males en las barriadas y en las zonas rurales. Millones de jubilados tienen salarios de indigencia.
El resultado de esta política está a la vista: el hambre es una dolorosa realidad cotidiana para millones de compatriotas.
2. Macri y la herencia K
El gobierno usa –con la ayuda de poderosos grupos de medios como Clarín– el destape de la gigantesca corrupción de 12 años de kirchnerismo, para tapar que su política es descargar esta herencia, y el ajuste, sobre el pueblo. Basta repasar la lista de ministros, secretarios y funcionarios para ver quiénes son los beneficiarios de este “gobierno de ricos”. Sobresale el ministro de Energía José Aranguren, hombre de la petrolera Shell, de quien el jefe de gabinete Marcos Peña acaba de decir que encabeza una “revolución energética en la Argentina”.
Lo que trata de ocultar el macrismo es la gran cantidad de negocios comunes con el kirchnerismo, en los que se beneficiaron amigos y parientes de Macri como Nicolás Caputo y Ángelo Calcaterra, negocios que continúan en varios distritos, donde con la complicidad de los kirchneristas avanzan inmensos negociados como los de “reurbanización” en la Ciudad de Buenos Aires.
3. Macri y el mundo
El gobierno de Macri dio un giro en el alineamiento de la Argentina, y se alineó con Occidente (Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania, España, etc.). Pagó la deuda con los fondos buitres, y realizó acuerdos con la DEA y otros organismos del Estado yanqui. Actúa como promotor del acuerdo del Mercosur con Europa. Y sumó a la Argentina como observador del Tratado del Pacífico alentado por Obama. Al mismo tiempo, mantuvo los acuerdos con China y Rusia, achicando las represas de Santa Cruz. Esta política de “volver al mundo”, como la llama pomposamente el gobierno, a la espera de una “lluvia de inversiones” que no llega, ha tropezado con el triunfo de Trump en Estados Unidos, y con la prolongación de la recesión brasileña.
4. Macri contra el pueblo
Las medidas del gobierno han golpeado duramente al pueblo. Además de las mencionadas arriba, el ajuste golpea la salud, la educación, a los jóvenes y a las mujeres. Este gobierno mantiene la perversa estructura de salarios bajísimos para trabajadores y profesionales de la salud, combinado con propuestas de ajuste y privatistas, como se vio recientemente con el Hospital de Clínicas dependiente de la UBA. En la educación, el ministro Bullrich propone una “nueva campaña del desierto” y se define a sí mismo como un “gerente de recursos humanos”. Las consecuencias las vemos en los aprietes constantes a los docentes, y la disminución del presupuesto educativo. Los jóvenes se ven particularmente afectados por esta política, que los condena a no tener futuro, y alienta a que sean presa de los narcotraficantes. La violencia hacia las mujeres ha recibido como respuesta estatal la negativa a declarar la Emergencia Nacional en Violencia contra las mujeres y lanzó un Plan Nacional contra la Violencia de Género, aplicable a partir del año que viene y con un presupuesto irrisorio.
5. Un año de lucha
Desde el comienzo del gobierno hubo luchas contra la política de este gobierno. No fueron sencillas. Al comienzo del gobierno hubo que enfrentar un escenario político dominado por el “darle tiempo” y “darle gobernabilidad” a Macri, de amplios sectores, frente a la herencia de Cristina K y sus planes de “volver en seis meses”.
Luego los hechos fueron confirmando la política recesiva del gobierno, hasta que los datos de Indec mostraron crudamente lo que había crecido el hambre y la pobreza. Aumentó la bronca, y con ella las luchas populares.
Largo sería enumerarlas a todas, ya que prácticamente no hubo día del año que un sector social no estuviera peleando, pero hay hitos como la concentración obrera de abril, la masiva marcha universitaria, los paros de estatales y docentes, el lanzamiento del movimiento Ni un pibe menos por la droga, y ya en el segundo semestre, la marcha de las economías regionales y la gran pelea por la emergencia social, posibles por una política de unidad multisectorial con distintos sectores, y la unidad de acción con la CGT, que tuvieron como uno de los protagonistas principales a la CCC, la FNC y Originarios en Lucha. Todo el año estuvo atravesado por inmensas luchas del movimiento de mujeres.
6. El año que viene
El gobierno de Macri el año que viene profundizará su política de ajuste, y están en curso negociados con monopolios y gobiernos imperialistas que van a agravar el atraso y la dependencia. Tratará de polarizar con los sectores recalcitrantes de Cristina Fernández, con el objetivo de ganar las elecciones provinciales y legislativas.
El año 2016 termina con importantes triunfos parciales que le abrieron la mano al gobierno, como la emergencia social, y un creciente debate político sobre cómo se sale de esta situación, sin volver atrás. Es nuestro desafío avanzar en la unidad en las calles para frenar el ajuste macrista, y pelear para que esa unidad se plasme electoralmente en cada provincia y distrito.
En ese camino, la campaña de afiliación al PTP nacionalmente, y al Frente Popular en la provincia de Buenos Aires, es un paso fundamental en el que tenemos muy buenas experiencias. Como muestran las salidas de afiliación, son cada vez más los sectores populares en los que crece la bronca y que buscan seguir la pelea en las calles y una fuerza política que les permita avanzar y defender sus conquistas. Una fuerza política que, en este año electoral, permita abrir un cauce popular en el camino de la liberación del pueblo y de la patria.