En la Batalla de Las Piedras se enfrentaron en la Banda Oriental del Uruguay el ejército patriota de la Junta Grande de las Provincias Unidas del Río de la Plata al mando de José Gervasio Artigas, y las tropas realistas dirigidas por el gobernador de Montevideo y designado “virrey del Río de la Plata”, Francisco Javier de Elío, el 18 de mayo de 1811.
En la Batalla de Las Piedras se enfrentaron en la Banda Oriental del Uruguay el ejército patriota de la Junta Grande de las Provincias Unidas del Río de la Plata al mando de José Gervasio Artigas, y las tropas realistas dirigidas por el gobernador de Montevideo y designado “virrey del Río de la Plata”, Francisco Javier de Elío, el 18 de mayo de 1811.
Los aspectos militares propiamente dichos de esta batalla deberían ser materia de estudio en la historia de nuestras guerras por la independencia, dado que un ejército menor en número, con armas inferiores y compuesto por campesinos y originarios, pudo vencer a otro ejército profesional. En el medio de la batalla, más de doscientos miembros del enemigo cambiaron de bando, luchando a favor de los revolucionarios.
Políticamente, el triunfo militar le permitió al gobierno de Buenos Aires consolidarse y alejar los peligros de una restauración monárquica en todo el Río de La Plata. La historia oficial sacó esta batalla de la historia argentina, así como sacó a su principal protagonista, Artigas, reduciéndola a partes heroicas de la historia del Uruguay.
Producido el triunfo militar de los revolucionarios, el gobierno de Buenos Aires, ahora con el Primer Triunvirato, y el virrey De Elío, inician tratados de pacificación con el tardío argumento de que todas las partes querían la unión de España, reconociendo a Fernando VII como soberano y teniendo un sólo enemigo común: el invasor de España, Napoleón.
Los revolucionarios sacamos experiencias de los triunfos así como de las derrotas de los procesos revolucionarios. En este sentido, la composición de clase del ejército organizado por Artigas da una pauta de su línea y programa político. Asimismo tenemos que estudiar minuciosamente la táctica militar empleada en la batalla de Las Piedras, porque demuestra que la política decidió su desarrollo hacia el triunfo.
Obtenido el triunfo militar, los revolucionarios lanzaron la consigna de: “Clemencia para los vencidos, curad a los heridos, respetad a los prisioneros”, curando a los heridos de ambos bandos por igual, dando agua y alimentos. Todo esto está contenido en el parte de la batalla que Artigas elevó al gobierno de Buenos Aires. Este, si bien homenajeó a su primo Manuel de Artigas como oficial muerto en combate, rápidamente colaboró con el virrey y vio con buenos ojos la invasión de Portugal a la Banda Oriental.