Gracias a un compañero me informé de la existencia de una calle en la Ciudad de Buenos Aires que se llama Manuel Artigas. Dejaremos para otra columna porqué el intendente Carlos Roseti adoptó esta nomenclatura para una calle porteña.
La Junta Grande, en 1811, decidió rendirle homenaje en un acta, declarándolo primer oficial patriota muerto en combate en el Río de La Plata.
Gracias a un compañero me informé de la existencia de una calle en la Ciudad de Buenos Aires que se llama Manuel Artigas. Dejaremos para otra columna porqué el intendente Carlos Roseti adoptó esta nomenclatura para una calle porteña.
La Junta Grande, en 1811, decidió rendirle homenaje en un acta, declarándolo primer oficial patriota muerto en combate en el Río de La Plata.
Esta resolución de la Junta fue ignorada por el Triunvirato, El Directorio, los gobiernos de Rivadavia y Rosas, así como los de Mitre en adelante.
Recién en 1890, otro sector de las clases dominantes, los llamados industrialistas, en el gobierno de Carlos Pelegrini, decidieron cumplir con la resolución de la Junta y colocaron una placa en la Pirámide de Mayo.
Nosotros tratamos de distinguir los colores y ver las contradicciones entre distintos sectores de las clases dominantes. Así, este tardío reconocimiento aparece como un estandarte simbólico positivo, mediante el cual los industrialistas querían sacarse el olor a bosta de vaca que el resto de la oligarquía había trasmitido en su concepción y manipulación histórica.
Rescatamos la intención, pero al mismo tiempo notamos que en las escuelas se siguió ignorando quién fue Manuel Artigas en la historia argentina, se siguió enseñando que la batalla de Las Piedras fue un acontecimiento de la historia del Uruguay y se siguió ignorando que el interior de la Banda Oriental del Río de La Plata, más las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos estuvieron bajo la dirección política y militar de los patriotas artiguistas y su proyecto federal e independentista.
Es decir, tomamos nota de lo que otro sector de las clases dominantes exteriorizó y tratamos de entenderlo para no ser unilaterales, pero al mismo tiempo, viendo la evolución posterior de las miradas de las clases dominantes sobre la historia argentina, vemos que algo cambió con esta placa, pero para que lo fundamental siga igual, o bastante parecido.
Solamente la reivindicación histórica de los distintos proyectos del campo popular que existieron en la región con posterioridad a mayo de l810 y el estudio de las causas de su derrota nos permitirá aproximarnos a una integración de nuestras verdades universales con la realidad concreta de nuestra sociedad, facilitando así nuestra lucha revolucionaria actual.
En este sentido, recomendamos mucho la lectura y estudio del programa de nuestro Partido, que en su parte histórica nos permite un punto de partida correcto para abordar el tema.