En el norte de Santa Cruz la huelga en las estancias patagónicas la protagonizó una columna de trabajadores dirigida por el entrerriano José Font, conocido como “Facón Grande”. Font tenía particularidades entre los líderes huelguistas. No era un peón de estancia sino un carrero, dueño de chatas a caballo que hacían recorridos entre Puerto San Julián y los lagos Posadas y Pueyrredón. Facón Grande no participó de la primera huelga, se sumó en noviembre de 1921.
La columna de Font fue la única que protagonizó un enfrentamiento armado con las tropas del teniente coronel Varela. Los distintos testimonios cuentan que el ejército retomó el control de la localidad de Las Heras, desde donde remitió los huelguistas detenidos a Varela, quien los fusiló, como se venía haciendo en el resto de la campaña. Osvaldo Bayer cita el testimonio del ex subteniente Federico S. Jonas, quien afirma sobre estos hechos: “A altas horas de la noche se los sacó de la comisaría y, conducidos a las afueras del pueblo, junto a la orilla del río Deseado, se les dio muerte de un tiro, en la forma acostumbrada”.
Varela se dirige a la estación Tehuelches, donde según informes estaba el campamento principal de los huelguistas. En el camino se cruza con un grupo dirigido por Font. Varela da la orden de disparar, y a diferencia de las situaciones anteriores, los de Facón Grande responden a la balacera, causando la única baja al ejército en toda la campaña represiva, un soldado de apellido Fischer. Varela, sorprendido y en inferioridad numérica, debe retirar las tropas hasta la estación Jaramillo.
La detención de Facón Grande muestra las contradicciones que atravesaban a los huelguistas, y su errónea caracterización del Ejército y de las órdenes del gobierno de Yrigoyen. Font envió a un gerente de “La Anónima”, Mario Mesa, a negociar con Varela, a quien debía presentarle el pliego de condiciones: la libertad de los presos en Río Gallegos y el cumplimiento del acuerdo de febrero por parte de los estancieros. Mesa aconsejó a Font rendirse ante Varela, dando su palabra del cumplimiento de los reclamos.
Facón Grande lo propone en la asamblea de los obreros, que lo aprueban. Font fue vilmente traicionado y cuando se presenta ante Varela, el 22 de diciembre, éste lo hizo desarmar, y tras atarlo de pies y manos ordena su fusilamiento. También fueron fusilados otros 50 obreros, y robadas todas sus pertenencias. Varela quiso ocultar este hecho mintiendo en el parte oficial dando por muerto a Font y los huelguistas en el combate de Tehuelches. Sólo quedaba en el sur la columna de Antonio Soto.