Este “circo judicial”, como lo definió Arce, tiene origen en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en la Casa de Gobierno provincial en el año 2013, cuando era gobernadora Fabiana Ríos, en el marco de conflictos laborales en el que coincidieron docentes y camioneros, y siendo Arce secretario general del gremio. El último día de su mandato, en diciembre de 2015, Ríos dispuso la exoneración de 17 docentes, que es lo que actualmente está judicializado.
Raúl Arce: Este fallo significa cosas en lo colectivo y en lo personal. En lo personal es uno de los elementos que hace peligrar el sustento material, en mi formación profesional de tantos años, y en lo que actualmente estoy trabajando. Desde lo colectivo hay una interpretación política, porque este fallo no se da en cualquier momento, sino en pleno proceso de negociación de nuestro sector. Yo durante mucho tiempo no hice declaraciones en los medios por una decisión de no entorpecer la lucha del gremio, porque ante el enemigo en común he preferido callar algunas cosas. Entiendo que la injusticia en el proceso judicial se transcribe en la coordinación con un proceso que es nada más ni nada menos que la justicia de reclamar por un salario digno. Desde lo técnico, hablando con el asesor legal obviamente se apelará este fallo y se pedirá la suspensión hasta que se pronuncie el órgano superior que es el Superior Tribunal de Justicia. Queda mucho por recorrer desde lo judicial, y queda por dirimir la cuestión de fondo, Porque quitan la tutela sindical para que se juzgue la cuestión de fondo. Insisto que esta es una cuestión colectiva, no individual. Obviamente esto a uno lo pone muy mal más cuando se pone en riesgo un derecho fundamental como es el del trabajo. Pero esto era esperable, desde la decisión política de la exgobernadora Fabiana Ríos, tomada en el último día de su gestión, aunque sabemos que es un proceso viciado de nulidad desde el derecho administrativo.
“En lo judicial, tenemos varias instancias. En la provincia queda el Superior Tribunal. En su momento los asesores anteriores hicieron reserva de litigar en el ámbito nacional. Aunque falta mucho para esto, si se agota la vía provincial queda la Suprema Corte de la Nación. También se ha hecho un reclamo en el ámbito internacional. El tema de fondo aún está en juzgados de primera instancia, distintos según los compañeros”.
Situación en el Sutef
Preguntado sobre cómo está la situación interna del gremio, Arce dice que sigue siendo dirigente gremial del Sutef, aunque no esté en las primeras planas de los medios, al igual que otros compañeros: “Quisiera ser prudente, pero la situación obliga a reconocer algunas cosas que son de público conocimiento. Las diferencias están expuestas. Con el compañero que nos conduce, al cual respeto muchísimo, al que nos une la gran acción sindical histórica para los trabajadores del año 2013 en la Casa de Gobierno, tenemos la máxima solidaridad ante esta causa en la que corre peligro su fuente laboral. Pero es cierto que hay un proceso, que ocurre en cada organización, en el que las diferencias hacen que tomemos caminos distintos. Nosotros optamos por mantenernos callados hasta que finalice esta gestión. Y después veremos porque el tiempo pone las cosas en su lugar.
“Veremos qué decisión adoptamos en lo político gremial y qué decisión se adopta en términos colectivos en base a los ideales y a lo que nos pueda unir. Hoy lo que nos une es esa causa en común, una gran reivindicación conseguida en su momento, por la cual 17 compañeros estamos en una situación complicada. Lo demás quedará para otro momento. Aunque debo decir que hay cosas que generan bronca e impotencia. Lo mínimo que se puede decir es que aquellos que hablaron sobre un supuesto posicionamiento con quien hoy conduce la provincia, no es así. Si no hoy estaría en otra situación, y yo, a la par del secretario general de nuestra organización, estoy en la situación de perder el derecho elemental a trabajar”.
“No me arrepiento de lo que hicimos”
“Yo no me arrepiento de lo que hicimos -prosigue Arce-. Esa fue una de las mayores reivindicaciones del movimiento obrero. Por supuesto que hay autocrítica en muchos aspectos. Creo que la mayor responsabilidad es de quienes en ese momento no supieron dar respuesta a un reclamo que todo el mundo dice que fue justo. No puedo estar arrepentido de cosas que no hice, ni hicimos ninguno de los 17, en términos delictivos. De la gran cantidad de cosas que se nos acusó, jamás fueron probadas. Se armó un circo judicial, por el que condenaron a algunos compañeros de nuestra organización y de Camioneros, y esa instancia está apelada. Se conoce que un funcionario de la gestión anterior reconoció, en pleno proceso judicial, que estuvo todo armado. No tenemos arrepentimiento, por el contrario, tenemos orgullo de uno de los mayores elementos de demostración de la masa, de la gente común. Después estará en cada uno aspectos que se puedan criticar. Puedo entender que es criticable las situaciones de violencia. Pero estamos expuestos a esto y cada uno elige dónde está.
El periodista pregunta “si se arrepiente de haber apoyado a Horacio Catena”, a lo que Arce contesta: “Yo no puedo renegar de mi historia. Tenemos elementos en común que hemos compartido, desde la UOM. No puedo arrepentirme de haber conquistado el 3 por 1 en la fábrica, de haber apoyado en Semana Santa un hecho trascendente desde la recuperación de la democracia que se cobró la vida de un compañero. No puedo renunciar a la toma de la universidad Nacional San Juan Bosco, donde conseguimos que los compañeros que hoy están en el sistema educativo tengan un título universitario, y no un aprovechamiento político de quienes en ese momento nos gobernaban: Manfredotti-Gallo. No puedo renegar de la gran carpa de la dignidad del 2005, y así sucesivamente. No fue Raúl Arce, no fue Catena, no fue la dirigencia de una lista o color, sino que ha sido el conjunto de la docencia.
“Después, insisto, ninguna de mis acciones se compara individualmente con otro compañero. Yo estoy tranquilo. No me he enriquecido. Lo poco que tengo es por el esfuerzo personal de mi esposa y mío. No tengo nada que ocultar en ese aspecto, Apoyé hasta que compartimos elementos en común. No me arrepiento. Pero llegó un momento en la militancia gremial, justamente con el juicio por los hechos del 2013, a partir del cual tomamos rumbos diferentes. Yo tengo la tranquilidad de haber hecho lo que creí conveniente para los 17 compañeros en juicio. Y seguimos en la unidad en esta problemática de los 17 compañeros. Sigo sosteniendo la unidad en el reclamo de un salario justo, en la necesidad de recuperar lo perdido el 8 y el 9, y tal vez lo que nos diferencia es el modo. No puedo dejar de dar prioridad a lo que nos une, porque para las diferencias ya tenemos suficiente con lo que nos oprimen”.
