El 25 de noviembre de 1917, tan solo 18 días después del asalto al Palacio de Invierno, se votó para la Asamblea Constituyente. Su convocatoria, largamente demorada, corrió por cuenta del Gobierno Provisional poco antes de ser derrocado. Los resultados de la elección son ilustrativos de cuán complejo es el camino hacia la conciencia y el corazón de las masas.
El 25 de noviembre de 1917, tan solo 18 días después del asalto al Palacio de Invierno, se votó para la Asamblea Constituyente. Su convocatoria, largamente demorada, corrió por cuenta del Gobierno Provisional poco antes de ser derrocado. Los resultados de la elección son ilustrativos de cuán complejo es el camino hacia la conciencia y el corazón de las masas.
Los socialrevolucionarios (SR) obtuvieron el triunfo con el 40% de los escaños. Los bolcheviques, flamantes detentores del poder, rondaban el 23%. Sus 10 millones de votos les otorgaban la primacía en las ciudades y zonas proletarias. Y entre los soldados y marineros. Los mencheviques (que durante añares les disputaban los sectores populares urbanos) sufrían una paliza electoral.
Casi 20 millones de campesinos votaban a los SR y les daban la espalda a los bolcheviques. Duro de aceptar siendo que esos socialrevolucionarios, eran los mismos que desde el gobierno frenaron durante ocho meses la aplicación de su propio programa agrario mientras los bolcheviques lo concretaban desde el minuto cero de la conquista del poder. “Grietas” las de antes. Un soldado vuelve al terruño enarbolando la bandera roja. El reencuentro con su gente que lo oye con incredulidad o directamente no lo escucha.
Ardua y difícil tarea la de procurar ser mayoritarios. Tras el triunfo de la Revolución (ya desplegada la dictadura del proletariado, esa democracia grande para las grandes masas), llevaría todavía un tiempo resolver esa cuestión. Finalmente, los bolcheviques fueron mayoritarios. Decisivamente mayoritarios.
Llegar a esto llevó una prolongada y zigzagueante batalla. En los inicios la pretensión era más modesta. Había que contar con un Partido, en tanto instrumento irreemplazable para hacer conciencia en las masas de la necesidad de Revolución. Un estado mayor militante que enraizara principalmente en el novel proletariado ruso. Y, además, en los demás sectores sometidos a la opresión social y nacional. Propagar esa prédica en el territorio más extenso del mundo y uno de los más poblados requería del involucramiento de miles de militantes.
Durante los primeros años la tarea, para nada sencilla pasaba por integrar el marxismo con la “peculiaridad” rusa. El Partido Obrero Social Demócrata de Rusia (Posdr) se fundó hacia fines del siglo XIX, pero recién en el II Congreso (1903 Bruselas, Bélgica) adquiere verdadera identidad. Los delegados definen el Estatuto y los Programas para las etapas democrático burguesa y socialista de la revolución planteada. Y, como culminación, designan el primer Comité Central y el Consejo de Redacción de su periódico Iskra. Sesionan durante un mes. Los congresales no llegan a 50. Lenin pierde votaciones relevantes. Pero se impone (por muy pocos votos) en la elección de los órganos de Dirección. Desde entonces el vocablo “bolchevique” (“mayoritario”) designa a quienes compartían las tesis de Lenin. Por lo tanto, los bolcheviques serían mayoritarios tan solo respecto de sus detractores al interior del Posdr. Esa condición se mantuvo y se perdió en distintas situaciones.
Las dos alas del Posdr tuvieron su bautismo de fuego durante la Revolución de 1905. Unos y otros desplegaron tácticas contrapuestas. Posiciones que ya motorizaban acciones por parte de crecientes sectores obreros y populares a los que cada sector influenciaba. Lejana aún la etapa socialista de la revolución, la cuestión que dividía aguas entre bolcheviques y mencheviques era la capacidad o impotencia de la burguesía para llevar adelante las tareas de la revolución democrática. ¿Cuál el carácter del Frente Único a construir (para Lenin la alianza obrero campesina) y qué sector debía detentar la hegemonía?
La derrota de la Revolución de 1905 y la ola represiva que la sucedió determinaron el acercamiento entre los distintos sectores. Pero las diferencias eran ya irreconciliables y los intentos reunificadores efímeros. La situación en su conjunto había cambiado. Ya no eran discusiones en cerrados cenáculos. Bolcheviques y mencheviques recorrían el camino de fundirse con la masa.
La discusión sobre el tipo de Partido y la lucha contra liquidacionistas y movimientistas hace eclosión en 1912. En enero, en Praga, se reúne la VI Conferencia del Posdr. La misma sancionará la constitución de los bolcheviques en tanto Partido independiente, el Posdr (b). La reunión refrendó la concepción leninista desplegada en el ¿Qué Hacer?
Febrero de 1917 encuentra a los bolcheviques con sus fuerzas menguadas. Entre los partidos “socialistas” prevalecen los mencheviques y SR. En sus Tesis de Abril Lenin plantea explícitamente la doble limitación que significa ser minoritarios y por sobre todo ser insuficientes respecto de la masa crítica requerida para llevar a buen puerto la revolución. Y de ahí en más la lucha por superar esa correlación de fuerzas adversa será el epicentro de la actividad de los bolcheviques. Hobsbawm habla de 5.000 bolcheviques en febrero. La Historia del PC (b) los cuantifica en 40.000. La misma fuente indica 80.000 en mayo y 240.000 en julio.