En 1921, el dirigente del Partido Comunista de la Argentina Rodolfo Ghioldi viajó a la Rusia soviética, para tomar contacto con los líderes de la Internacional Comunista, y participar del tercer Congreso de esta organización. Presentó Ghioldi un informe sobre la actuación del partido argentino, que en ese mismo año fue reconocido como “Sección de la Internacional Comunista”, tal como figuraba en el cabezal de tapa de su periódico La Internacional.
En 1921, el dirigente del Partido Comunista de la Argentina Rodolfo Ghioldi viajó a la Rusia soviética, para tomar contacto con los líderes de la Internacional Comunista, y participar del tercer Congreso de esta organización. Presentó Ghioldi un informe sobre la actuación del partido argentino, que en ese mismo año fue reconocido como “Sección de la Internacional Comunista”, tal como figuraba en el cabezal de tapa de su periódico La Internacional.
Las impresiones del viaje fueron reflejadas en suplementos de La Internacional, el primero titulado El viaje, y valioso por ser de las primeras miradas desde un militante de izquierda argentino, sobre los acontecimientos tras el triunfo de los bolcheviques.
Describe Ghioldi con emoción ver en la ciudad estonia de Reval que “anclado entre otros muchos vapores, hallábase el “Suwotnik” (Sábado Comunista) del gobierno obrero de Rusia, que exhibía orgullosamente en su palo mayor el pendón rojo y a cuyos costados llevaba el escudo de la hoz y el martillo”.
Luego Ghioldi sigue relatando su entrada a Rusia y el encuentro con dirigentes de soviets locales, así como una visita al Instituto Smolny en Petrogrado, la primera sede del gobierno bolchevique tras el triunfo de la insurrección. La parte más interesante del relato, es la descripción de la Conferencia Internacional de las Mujeres Comunistas que Ghioldi pudo presenciar, reunida en Moscú a comienzos de junio de 1921. El dirigente del PC destaca las intervenciones de la revolucionaria alemana Clara Zetkin, ya en ese momento una de las más importantes dirigentes del movimiento feminista, y la del “compañero Bukharin” por la Internacional Comunista. Era un momento en el que aún no estaba definido el ingreso de Zetkin a la Tercera Internacional, lo que queda reflejado en el relato de Ghioldi: “[Zetkin] Evocó con palabras emocionadas la acción femenina rusa en la Revolución, rindiendo homenaje a varias excelentes compañeras caídas en la lucha de clases”. Luego de detallar la “grandiosa salva de aplausos” con que fue recibida la gran revolucionaria, Ghioldi transcribe algunos párrafos del discurso de Bujarin en el que plantea “no dudamos que Zetkin volverá al seno de la Internacional Comunista”, lo que fue confirmado por la historia. En los últimos años, algunos “académicos” (Neme Tauil y Ricardo Martín), se burlan de estos relatos diciendo “Su profetismo es casi religioso, así como la fe que le profesa al comunismo” con ese desprecio que tienen los descreídos en el camino revolucionario.