Esta constitución que rigió durante cinco años y fue derogada por decreto de los golpistas de 1955, determinó la nacionalización de los servicios públicos y las fuentes de energía, prohibiendo que fueran enajenados o concedidos en explotación.
Esta constitución que rigió durante cinco años y fue derogada por decreto de los golpistas de 1955, determinó la nacionalización de los servicios públicos y las fuentes de energía, prohibiendo que fueran enajenados o concedidos en explotación.
La constitución se derogó, sin embargo las empresa estatales de servicios públicos duraron cuarenta años más. Las clases dominantes necesitaron décadas para vaciarlas, fundirlas, hacer negociados con su administración hasta que finalmente lograron privatizarlas mediante la Ley 23.696 de agosto de 1989, Ley de Reforma del Estado, en el gobierno de Carlos Menen.
Se produjo así un proceso de entrega y transferencias de recursos a manos de monopolios internacionales, con la excepción del Astillero de Río Santiago, que con activa participación de sus trabajadores logró evitar la privatización hasta hoy. Pasaron así a manos de los monopolios ENTEL (teléfonos), Aerolíneas Argentinas, ELMA (Líneas marítimas del Estado), YCF (Yacimientos Carboníferos Fiscales), Vialidad, Ferrocarriles Argentinos, Correos, YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), algunos medios de comunicación, Subte, Junta Nacional de Granos, Puertos, Gas del Estado, Fabricaciones Militares y Obras Sanitarias. Además se abrió el tipo de cambio bajísimo, y se impuso un subsidio a la producción extranjera, vía importación de todo.
Todas estas empresas nacieron o se desarrollaron en concordancia con la norma constitucional de 1949, fueron defendidas por sus trabajadores y resistieron durante décadas los intentos de privatización. En los actuales momentos, en que la matriz agraria de nuestro país oprimido y dependiente, se viene integrando con una nueva vuelta de tuerca de la dependencia con el consiguiente agrandamiento del papel de los minerales y el petróleo, en la política de entrega a los diversos imperialismos, creciendo constantemente la deuda externa, y avanzando más y más el latifundio y la extranjerización de la tierra, viene bien difundir estos momentos de nuestra historia, en que los recursos naturales quedaban adentro y el chorro de la manguera regaba nuestras plantas.