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01 de November de 2017

Suplemento del Hoy N° 1692

100 años de la Revolución Rusa

Por qué triunfaron los bolcheviques

Por qué triunfaron los bolcheviques
"Los bolcheviques conquistaron el poder, no a través de compromisos con las clases dominantes o con otros líderes políticos, ni resignándose con el viejo mecanismo de gobierno. Pero tampoco mediante la violencia organizada de una pequeña camarilla. Si las vastas masas de la población rusa no hubieran estado listas para la insurrección, ésta habría fracasado. La única razón del inmenso éxito de los bolcheviques reside en que cumplieron los profundos y simples deseos de las más vastas capas de la población llamándolas al trabajo para destruir y barrer lo viejo, para erigir luego con ellas, sobre el polvo de las ruinas demolidas, el armazón del mundo nuevo”.  John Reed, Diez días que conmovieron el mundo. 
 
 
1917: El año de la Revolución Rusa 
 
1-La primera guerra mundial
En 1917 corría ya el tercer año de la masacre a gran escala que envolvía a Europa, la Primera Guerra Mundial. En los campos de batalla y las trincheras los obreros y los pueblos de las naciones en guerra (la Entente de Gran Bretaña, Francia y Rusia, a la que se sumó luego EEUU, contra Alemania y Austria-Hungría) eran llevados a matarse entre sí para mayor lucro de las burguesías imperialistas que se jugaban un nuevo reparto del mundo. Parecía que todo era oscuridad y no había esperanzas para los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo. La abrumadora mayoría de los partidos obreros de la II internacional habían traicionado al marxismo revolucionario y a la clase obrera apoyando o dejando actuar a sus burguesías en la rapiña general. Solo una ínfima minoría se mantenía en posiciones internacionalistas y revolucionarías. Entre ellos, el Partido obrero socialdemócrata de Rusia (bolchevique: mayoritarios) dirigido por Lenin, independiente hacía mucho de las posiciones reformistas de los mencheviques (minoritarios). 
 
2-Rusia, cárcel de pueblos
Rusia era un gigantesco país imperialista: una cárcel de pueblos bajo la bota del Zar, monarca autocrático de un sistema que ya duraba siglos. Se había desarrollado el capitalismo ruso entrelazado con el capital financiero inglés y francés. Una clase obrera muy concentrada en las dos grandes capitales (Petrogrado y Moscú) emergía en el seno de una población mayoritariamente campesina (85%), salvajemente explotada y oprimida. Ya en 1905 una gigantesca revolución protagonizada por los obreros y el pueblo, había conmovido los cimientos del zarismo. Aunque fue derrotada, fue un “borrador” de lo que vendría.
En 1916 hubo levantamientos de las nacionalidades no rusas. Millones de soldados rusos (en su mayoría “campesinos de uniforme”) eran la carne de cañón de las potencias de la Entente. Lenin y los bolcheviques desde el principio trazaron la línea de “dar vuelta los fusiles” y transformar la guerra imperialista en guerra civil contra “su propia” burguesía imperialista. 
 
3-De febrero a octubre de 1917
En febrero de 1917 las masas de Petrogrado salieron a las calles encabezadas por las mujeres reclamando pan, frente a la hambruna que provocaba la guerra. El zarismo reprimió violentamente y los obreros se plantaron frente a la guarnición militar que tenía 60 mil efectivos. Sobre el trabajo previo, secreto, entre las tropas, de los bolcheviques, neutralizaron a los soldados y asaltaron el arsenal de Petrogrado. El zar fue derrocado. Se proclamó la República. La gran burguesía constituyó el Gobierno Provisional. En este proceso resurgieron también los soviets, esas formar organizativas que ya habían forjado las masas en la Revolución de 1905.
Dichos consejos de delegados de los obreros, campesinos y soldados (campesinos en armas), surgieron en plena insurrección, de las asambleas en las secciones de las fábricas, aldeas y unidades militares, que se extendieron a las ciudades y el campo en toda Rusia, dando origen a los Soviets de Diputados (Consejo de Delegados) que se constituyeron de hecho en un doble poder de democracia directa en contraposición con el gobierno provisional burgués de tipo parlamentario. Y sobre la base de los soviets se organizaron milicias en reemplazo de la policía zarista. Los bolcheviques impulsaron a fondo esta práctica y el armamento general de hombres y mujeres, que las milicias confiscasen el pan y la leche a los acaparadores y las viviendas desocupadas de los ricos y que los campesinos tomasen directamente las tierras. Pero en los soviets todavía predominaba la línea reformista de presionar con las masas al gobierno provisional burgués.
Este proceso revolucionario entre febrero y octubre tuvo varios momentos. Hasta junio, mientras existió de hecho el doble poder (el del Gobierno provisional y el de los Soviets), los bolcheviques enarbolaron la consigna de “todo el poder a los soviets”. Pero la situación cambió ante el reinicio por el gobierno de la guerra y la traición de los partidos pequeñoburgueses, que subordinaron totalmente el Soviet al gobierno reaccionario, avalando fusilamientos en el frente y la represión interna. Derrotado el intento golpista y monárquico de Kornilov, a Lenin y los bolcheviques se les planteó entonces la necesidad de encarar una nueva etapa, la de prepararse y preparar a las masas para la toma del poder a través de la insurrección armada, derrocando al gobierno burgués. Esto llevó tres meses, con Lenin y la mayoría de los dirigentes del Comité Central del Partido bolchevique en la clandestinidad. Es en estos meses cuando Lenin escribe El Estado y la revolución, cuyo subtítulo era La doctrina marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución. 
 
4- El asalto al palacio de invierno
A propuesta de Lenin el levantamiento armado empezó el 24 de octubre -según el viejo calendario, 6 de noviembre en el calendario actual-, antes de la inauguración del Congreso de los soviets. La insurrección armada fue protagonizada por las masas de obreros y soldados. Y triunfó de manera rápida porque se realizó en el momento preciso de mayor auge revolucionario y de mayor debilitamiento y división en el gobierno provisional burgués y en el conjunto de las clases dominantes. En una situación en que las grandes masas ya reconocían, apoyaban y engrandecían a su partido de vanguardia y éste ya había ganado la dirección de los soviets obreros y de soldados en Petrogrado y Moscú, y poseía gran fuerza en las principales guarniciones situadas en la retaguardia y en la Marina de guerra. 
 
 
5-Consolidar el poder
Tras la caída del Palacio de Invierno, el 7 de noviembre se reunió el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, en el que asumió una nueva dirección bolchevique y adoptó la histórica proclama: “¡A los obreros, a los soldados y a los campesinos!” que expresaba: “Respaldado por la voluntad de la inmensa mayoría de los obreros, los soldados y los campesinos, respaldados por la insurrección victoriosa de los obreros y de la guarnición de Petrogrado, el Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado toma en sus manos el poder”.
Así, el 8 de noviembre el Congreso de los Soviets le dio todo el poder al gobierno encabezado por Lenin, eliminó la pena capital en el frente, ordenó la libertad de todos los revolucionarios y el arresto de Kerenski. 
El nuevo gobierno soviético llamó a iniciar negociaciones inmediatas para “una paz inmediata, sin anexiones, sin indemnizaciones”. Lenin presentó el decreto sobre la tierra que garantizó la unidad con los socialrevolucionarios de izquierda pues hacia realidad sus reclamos históricos: Se abolió el derecho de propiedad de los terratenientes sin compensación por sus tierras, y las de la Iglesia, y las tierras se pusieron a disposición de comités formados por los campesinos en el campo. Otras medidas importantes fueron: la democratización del ejército, el control obrero de las fábricas y el reconocimiento del derecho de las naciones oprimidas del imperio ruso (cerca de un 50% de la población) a la independencia y la autodeterminación. Definió por último que el gobierno soviético sería un gobierno de obreros y campesinos, que se conocería como el Consejo de Comisarios del Pueblo. 
El 9, frente a la contrarrevolución que comenzaba a actuar, Lenin proclamó en el Congreso de los Soviets “¡Ahora procederemos a la edificación del orden socialista!” 
 
6- La alianza obrero-campesina y la guerra civil y contra la intervención extranjera
Después de constituido el poder soviético, la lucha continuó: Estallaron insurrecciones en varias ciudades del país. A fines de noviembre, el congreso de los soviets campesinos de toda Rusia finalmente decidió formar parte del poder soviético e integrarse al gobierno. 
Se inició una cruenta guerra civil, que desataron los generales “blancos” que armaron ejércitos contra el poder “rojo” y a favor de los terratenientes y la burguesía derrocada en distintas regiones del antiguo imperio. Donde ellos ocupaban, se restauraba la propiedad terrateniente y la dominación rusa sobre los pueblos oprimidos no rusos. En su apoyo, se produjo la intervención de tropas de 14 países que invadieron y cercaron Rusia, financiados por el capital imperialista y las grandes potencias. Se estrellaron contra el heroísmo y la voluntad mayoritaria de las masas obreras y campesinas, dirigidas por los bolcheviques. El nuevo Ejército Rojo formado por las milicias obreras y las antiguas tropas sumadas a la revolución derrotó los intentos contrarrevolucionarios… fue una guerra popular legendaria, que sobre la base de contar con sus propias fuerzas convocó el apoyo y la solidaridad internacional de los obreros y revolucionarios de todo el mundo, incluida la Argentina. Sus ecos fogonearon un auge revolucionario de luchas obreras, campesinas y de liberación nacional en el mundo entero. Así se coronó la obra de la Insurrección de Octubre, forjando en los hechos la alianza obrero-campesina que hizo posible el triunfo.
 
 
El socialismo demostró su superioridad
Vinieron luego 38 años de construcción de la primera sociedad socialista, años en los que el socialismo demostró su superioridad frente al capitalismo, garantizando tierra, salud, educación, trabajo, techo, deporte, cultura y educación a millones, como nunca había sucedido en la historia. La Revolución Rusa fue derrotada, una nueva burguesía usurpó el poder en 1956, y restauró el capitalismo. Esto no opaca los logros del Estado de los obreros y campesinos pobres en Rusia, y nos obliga a los revolucionarios a aprender de sus aciertos y errores para coronar el camino revolucionario en nuestro país.
 
Sobre la relación entre la revolución democrática y la revolución socialista
“La primera se transforma en la segunda. La segunda consolida la obra de la primera. Y sólo la lucha determina hasta qué punto la segunda logra rebasar a la primera. El régimen soviético es precisamente una de las confirmaciones evidentes o manifestaciones de esta transformación de una revolución en otra. Representa la máxima democracia para los obreros y los campesinos, y al mismo tiempo, la ruptura con la democracia burguesa, y la aparición de una nueva, la democracia proletaria o dictadura del proletariado, de proyecciones históricas universales”. Lenin (1921) 
 
 
El arte de la insurrección
Para poder triunfar, la insurrección debe apoyarse no en una conjuración, no en un partido, sino en la clase más avanzada. Esto en primer lugar. La insurrección debe apoyarse en el auge revolucionario del pueblo. Esto en segundo lugar. La insurrección debe apoyarse en aquel momento de viraje en la historia de la revolución ascensional en que la actividad de la vanguardia del pueblo sea mayor, en que mayores sean las vacilaciones en las filas de los enemigos y en las filas de los amigos débiles, a medias, indecisos, de la revolución. Esto en tercer lugar. (…) si se dan estas condiciones, negarse a tratar la insurrección como un arte equivale a traicionar el marxismo y a traicionar la revolución”. Lenin (1917)
 
 
Se abrió el camino
 “Solo la lucha decidirá en qué medida podremos (en fin de cuentas) avanzar, qué parte de nuestro elevado objetivo lograremos realizar y qué parte de nuestras victorias conseguiremos consolidar. Ya veremos. Pero desde ahora es evidente que –para un país arruinado, atormentado, atrasado– se ha hecho muchísimo en cuanto a la transformación socialista de la sociedad. (…) Nosotros hemos empezado. Poco importa saber cuándo, en qué plazo, los proletarios de qué nación llevarán las cosas a término. Lo importante es que se ha roto el hielo; que está abierto el camino e indicada la dirección”. Lenin (1921)

 
Hoy, servir al pueblo- semanario del Partido Comunista Revolucionario de Argentina