En una carta de 1852 de Marx a Weydemeyer subraya que no era mérito suyo el descubrimiento de la existencia de clases, ni de su lucha, ni de su anatomía, lo que ya había sido expuesto por historiadores y economistas burgueses. “Lo que yo he aportado de nuevo –agregó– ha sido demostrar 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es por sí misma más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases…”.