1. Crece la resistencia popular
1. Crece la resistencia popular
La masiva jornada de movilización del miércoles 6 de diciembre, como antes la del miércoles 29 de noviembre, volvió a mostrar la disposición de lucha de las amplias masas de obreros y de asalariados en general, precarizados y desocupados, jubilados y pensionados, campesinos pobres, pueblos originarios, habitantes de barrios precarios y estudiantes. Masas que se vienen manifestando en los distintos lugares de trabajo, en las ciudades y en el campo, en las fábricas y en las oficinas, en los hospitales y en los colegios y universidades, y que muestran estar dispuestas a enfrentar el ajuste que sobre ellas descarga la política del gobierno de Macri y a pelear por un presente y un futuro mejor para ellas y sus familias.
En todo esto vienen jugando un papel muy importante, junto a otras organizaciones combativas obreras y populares, patrióticas y democráticas, las organizaciones y compañeros del PCR y la JCR, del PTP, y de la CCC y sus agrupaciones sindicales, y las de desocupados y precarizados y de jubilados y pensionados. Así se vienen multiplicando en todo el país las reuniones y plenarios de delegados y organizaciones de base y encuentros multisectoriales, que se han constituido en los principales motores de la lucha contra la política macrista de hambre, entrega y represión.
2. La ofensiva macrista
Desde su asunción al gobierno, agitando la corrupción del pasado kirchnerista, el macrismo viene ahondando la grieta económica y social. Atribuyen todos los males a los marginados y excluidos de sus derechos por el sistema oligárquico-imperialista a cuyo servicio está su política. Por lo que también viene fogoneando desde el principio de su gobierno, con el aliento de todos los medios al servicio del sistema, una particular xenofobia, ya no sólo contra los hermanos inmigrantes latinoamericanos, sino también contra “los negros” que paran y cortan calles, y los pueblos y naciones indígenas del país que reclaman por sus derechos. Con ello pretende justificar su ya abierta represión e incluso las muertes que la misma pueda provocar, como se vio en los casos de Santiago Maldonado y de Rafael Nahuel, el joven baleado directamente por la espalda en Río Negro.
Como lo viene mostrando en estos dos años, el gobierno de Macri es una nueva expresión de los intereses oligárquicos que abre las puertas a las distintas potencias imperialistas que hoy se disputan el control del mundo, profundizando el latifundismo y la dependencia en nuestro país. Por eso el presidente Macri ha sido recibido como uno de los suyos por la Sociedad Rural Argentina y la mayoría de los representantes de los monopolios imperialistas en el país, recibiendo halagos en sus foros internacionales y proyectándoselo como su modelo de líder latinoamericano. Las reuniones del Grupo de los 20 (G-20) y de la Organización Mundial del Comercio (OMC), este año en la Argentina, le han permitido al presidente Macri ratificar su subordinación a las ideas e intereses de los poderosos del mundo.
Envalentonado por los resultados electorales y las palmaditas de los personeros de los imperialistas, el gobierno de Macri lanzó un paquete de proyectos de leyes, en particular en el terreno laboral, previsional e impositivo, sumándose a la ofensiva de los monopolios imperialistas en todos los países del mundo para descargar sus crisis sobre el proletariado y los pueblos y naciones oprimidas. También se ha comprometido con sus patrones terratenientes e imperialistas a modificar las leyes de protección de los bosques nativos y de los glaciares y avanza en recortar derechos fundamentales como son los de la salud y la educación. Y, para imponer sus “reformas”, apela a todos los medios extorsivos económicos, sociales y políticos, y particularmente a todos los medios represivos del Estado que aseguren el predominio de los intereses latifundistas e imperialistas. Para esto recurre también a los servicios represivos de las potencias imperialistas con el argumento de la lucha contra el terrorismo, emulando al fascismo del Estado de Israel en sus crímenes contra el pueblo palestino. Los resultados de dos años de esta política están a la vista:13,5 millones de argentinos son pobres, de los cuales 2,5 millones son indigentes.
3. Preparar la contraofensiva
Pero donde hay explotación hay resistencia, y donde hay opresión hay rebelión. La resistencia y la rebeldía, que se expresaron desde el primer día con el ejemplo de los obreros de Cresta Roja, se fueron extendiendo a lo largo de estos dos años en todos los lugares de trabajo y de estudio, en las fábricas y en las chacras, en los hospitales y en las aulas, en los cuerpos de delegados y sindicatos de base, en las organizaciones de precarizados y desocupados, de jubilados y pensionados, de campesinos pobres y pequeños productores, de los pueblos y nacionalidades indígenas, de las mujeres y de los jóvenes. Los gritos de rebeldía del Ni Una Menos y del Ni Un Pibe Menos por la Droga sacudieron la conciencia de millones, y se fue avanzando en la coordinación de la lucha contra el hambre, la entrega y la represión del gobierno de Macri.
Este recorrido de las luchas, de las que somos parte e impulsores el PCR y la JCR, es lo que ha permitido desenmascarar ante las masas a la política macrista y crear mejores condiciones para enfrentar su profundización, como lo hemos visto estos días en las grandes movilizaciones en todo el país contra sus proyectos de reformas. Así se ha logrado empantanar la llamada reforma laboral, y poner al desnudo que la reforma previsional no es más que el taparrabos para recortar jubilaciones y demás prestaciones sociales en un acuerdo espurio con la mayoría de los gobernadores, desde María Eugenia Vidal hasta Alicia Kirchner, con la honrosa excepción de Rodríguez Saá.
En su convocatoria a sesiones extraordinarias del Congreso, el gobierno de Macri ha ratificado su intención de seguir insistiendocon las reformas previsional, laboral, tributaria y fiscal, por lo que la lucha sigue para impedir que pasen estos proyectos de leyes. Y también para frenar todas las otras “reformas” del macrismo que van en el mismo sentido de favorecer los intereses de los terratenientes y de los imperialismos, al latifundismo y la dependencia. Son muchos los frentes abiertos, desde los salarios y jubilaciones, la industria nacional y las economías regionales, la salud, la educación, el medio ambiente, etc., hasta la represión y el avasallamiento de nuestra soberanía sobre los recursos de nuestro territorio y de nuestros mares; y los enemigos son poderosos. Por lo que, batallando en todos estos frentes debemos fortalecer al PCR en su 50 aniversario y la JCR, engrandeciendo al PTP, a la CCC y demás organizaciones de masas. Peleamos por unir todas las fuerzas posibles de ser unidas, en las multisectoriales y en un frente popular y nacional que dé la batalla necesaria para derrotar la política del gobierno de Macri y avanzar en el camino de la revolución de liberación nacional y social, única que puede terminar con el latifundismo y la dependencia de los imperialismos.