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13 de December de 2017

La nieta 126 estaba en conocimiento de que había sido adoptada y se presentó voluntaria y espontáneamente para realizarse el análisis de ADN, para confirmar cuál era su familia de origen.

Bienvenida nieta 126

Abuelas de Plaza de Mayo

Se trata de la hija de Violeta Graciela Ortolani, secuestrada el 14 de diciembre de 1976 a los 23 años con 8 meses de embarazo, y de Edgardo Garnier, su padre, secuestrado el 8 de febrero de 1977 en La Plata.

Se trata de la hija de Violeta Graciela Ortolani, secuestrada el 14 de diciembre de 1976 a los 23 años con 8 meses de embarazo, y de Edgardo Garnier, su padre, secuestrado el 8 de febrero de 1977 en La Plata.
Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, anunció con gran alegría durante este mediodía su restitución. Dijo que la hija recuperada se encontraba en la casa de las Abuelas, conociendo a su familia. Destacó su valentía al emprender el camino de buscar su verdadera identidad hasta encontrarla.
La nieta 126 es abogada y su familia adoptiva ya ha fallecido, pero encontró a una familia que siempre la estuvo buscando. Hoy tiene la alegría de conocer a su abuela, una entrerriana de 86 años que nunca bajó los brazos, que hace muchos años esperaba poder vivir este momento.
También se supo que es sobrina de la docente Silvia Garnier, actual vocal del Tribunal de Disciplina del Consejo General de Educación en representación de Agmer (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos). El sindicato saludó a Silvia y “especialmente, a su madre que luchó incansablemente por saber la verdad y encontrar a su nieta”, según expresa el comunicado.
La presidenta de Abuelas dijo que: “es una noticia para seguir luchando, no aflojemos, sigamos caminando, nosotras con bastón… les hablo a todos, no hay edad para la lucha”, y llamó a la unidad a pesar de las diferencias.
Por último, Estela Carlotto, agradeció un reconocimiento otorgado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por los 40° años de trayectoria de las Abuelas de Plaza de Mayo. Desde las puertas de la histórica casa que albergó a las Abuelas en un principio, Carlotto expresó sentidamente: “acá soñamos con aquellas abuelas que ya no están… que dejaron su paso, que no pudieron abrazar a sus nietos, pero no importa, están en una estrella, nos están ayudando desde allí, nos acompañan y cuando encontremos un nieto nosotras lo vamos a abrazar por ellas”.