Bajo las relaciones de producción capitalistas, que presuponen la compra-venta a los trabajadores asalariados de su tiempo de trabajo, el salario es la expresión en dinero del valor de la fuerza de trabajo, o sea su precio.
Como ocurre siempre con el precio de cualquier mercancía, el monto del salario no se corresponde directamente con el valor de la fuerza de trabajo sino que oscila en torno a él de acuerdo con las condiciones de oferta y de demanda de dicha mercancía en cada momento determinado.
En las primeras fases de desarrollo capitalista, estaba muy extendido el pago de los salarios en especie: al obrero se le facilitaba la vivienda, una escasa alimentación y algún dinero. Pero la característica del capitalismo ya desarrollado es el pago del salario en dinero.
Distinguimos el salario nominal que es la suma de dinero que el obrero percibe a cambio de la fuerza de trabajo que vende al capitalista; y el salario real, que es el que indica qué y cuántos artículos de primera necesidad y servicios puede comprar el obrero con su salario en dinero. El salario nominal puede aumentar, pero si en el mismo período aumenta más la carestía de la vida, el salario sufrirá de hecho, un descenso.
Es decir que con el término de salario real nos referimos a la cantidad de bienes que se pueden adquirir con el salario nominal. En un proceso inflacionario, a medida que suben los precios menos es lo que se puede comprar con un determinado salario nominal. Esto se conoce como deterioro del salario real.