Como se expresa en nuestras agrupaciones de base que están integradas por militantes sindicales clasistas, independientes, de orígenes políticos distintos, (peronistas, radicales, comunistas revolucionarios, socialistas, etc.) nos unimos en levantar el punto de vista, la posición y la política de la clase en un país oprimido por el imperialismo, del ex dirigente del Smata Córdoba entre 1972 y 1976: René Salamanca.
Convertido en mártir de la clase obrera, por su secuestro y desaparición realizado por los genocidas de la dictadura el 24 de Marzo de 1976, coincidimos en la evaluación que hizo el Movimiento de Recuperación Sindical que él lideró y del cual la Agrupación Primero de Mayo de mecánicos que él fundara, era motor. Recuperó las mejores tradiciones del clasismo que habían sido enchastradas y dejadas de lado en la militancia sindical de Argentina, recreando un modelo sindical basado en que las decisiones las tengan las masas y su cuerpo de delegados por sección. Que cada delegado traiga mandato de asamblea, que el cuerpo de delegados no sea correa de trasmisión de la directiva hacia la masa, sino la directiva subordinada a las decisiones del cuerpo de delegados. Un modelo sindical que obligaba a rotar a los dirigentes sindicales entre sus funciones y el trabajo en la producción para no despegarse de las bases que los habían elegido, es decir sin ningún privilegio por encima de sus compañeros; de cuentas muy claras en el manejo del dinero; de prohibición de uso de los bienes colectivos del sindicato para uso personal de directivos y delegados. Un modelo sindical independiente del Estado y los patrones, no solo en lo económico, sino en la política de clase. Un sindicalismo muy democrático donde las diferencias políticas no se resolvían en el seno de la Comisión Directiva, entre tendencias, sino en las discusiones políticas en el cuerpo de delegados y esas posiciones debían ser procesadas por la masa en las asambleas de sección y en las asambleas generales. La propia masa debía discutir, analizar y votar para decidir cuál era más justa o con la que estaba de acuerdo. Nadie podía influenciar a ese sindicato sin que crezcan sus opiniones entre las masas y tuviese delegados elegidos por los trabajadores con su orientación política.
Cuando hoy revisamos su política de la clase, en un país oprimido por el imperialismo, apreciamos con claridad como aprendió de aquella famosa asamblea que perdió cuando estaban en plena lucha salarial que enfrentaba el Pacto Social de Gelbard y el gobierno de Perón (1), que lo hizo reflexionar profundamente cuando dijo: “la clase obrera no cambia gobiernos por salarios”. Fue esta reflexión la que llevó a tomar una política activa de masas para luchar contra el golpismo que preparaban rusos y yanquis y otros imperialismos. Comprender profundamente que la política obrera debía luchar contra el imperialismo y los terratenientes, es decir un clasismo de defensa del país y de irrestricta defensa de la clase; esto exigía todos los esfuerzos para la unidad de la clase y de ésta con los campesinos, los estudiantes y todos los sectores populares que enfrenten a los imperialistas.
Por eso René Salamanca, las agrupaciones 1ro de Mayo y el Smata Córdoba fueron parte de una unidad de la clase obrera cordobesa en la conducción de la CGT Regional. Con la UTA, que lideraba Atilio López, un dirigente sindical peronista combativo histórico que fue elegido secretario general y el Sindicato de Luz y Fuerza, liderado por Agustín Tosco líder del MUCS, (movimiento sindical de frente único influenciado por el Partido Comunista) que fue elegido como secretario Adjunto. René Salamanca fue elegido secretario Gremial de esta CGT que nos legó a todos los trabajadores la más grande experiencia de unidad clasista y combativa que es nuestro ejemplo.
Nuestro patrón: el Estado (nacional, provincial y o municipal)
Es el Estado una maquinaria infernal de dominación de las clases dominantes sobre las clases oprimidas. Quienes administran el Estado, los gobiernos, pretenden ubicarse por encima de las clases sociales y buscan dominar por el consenso. Cuando las clases dominantes son desbordadas por las luchas populares, usan a las fuerzas de seguridad y a las fuerzas armadas que son su instrumento especial de represión. De esa máquina infernal se sirven todos los sectores imperialistas, la burguesía intermediaria del imperialismo y los grandes terratenientes para robarle al pueblo, con la corrupción brutal de los funcionarios políticos, sectores de la justicia y de fuerzas de seguridad.
Los trabajadores estatales somos las primeras víctimas de este Estado: sufrimos los bajos salarios; despidos (aun cuando la Constitución nos otorga la estabilidad); precarización laboral; inseguridad laboral; pésimas condiciones de trabajo en muchos lugares. Además sufrimos las disputas políticas entre funcionarios que responden a distintos sectores imperialistas y de la burguesía. Sufrimos las presiones y los justos reclamos del pueblo por las condiciones en que los dueños del estado disponen la atención de la ciudadanía. Peligramos quedar en medio de negociados de hechos de corrupción.
Para ponernos a la defensiva cuando reclamamos sueldos, mejores condiciones de trabajo, terminar con la precarización y los contratos basura, usan el mote de ñoquis, vagos, que no hacemos nada, etc. como elemento político ideológico de chantaje a los trabajadores estatales. También sufrimos presiones, desplazamientos y amenazas cuando queremos denunciar corrupción, acoso sexual, discriminación. Los gerentes del Estado han tratado de atomizar el gremialismo estatal y lo han logrado en parte. Comprando dirigentes de gremios y dividiendo, para favorecer su política.
Por la situación actual del Estado, un estado que se ha demostrado está atravesado en sus poderes por el narcotráfico y el delito, por la corrupción que ha favorecido a determinados grupos económicos. Un Estado que viola la Constitución Nacional, opresor sobre los trabajadores, con impuestos regresivos, los distintos patrones discuten si “Estado ausente” o “Estado presente”. Los estatales debemos decir que siempre está presente: para hacernos víctimas a los trabajadores estatales. Hay profundos debates sobre el Estado entre los trabajadores, porque está presente en los trabajadores la historia del Gral. Perón y la actitud patriótica en el Estado frente a los imperialismos. También la atadura al Estado del gremialismo, todo a través de la ley de Asociaciones Profesionales.
La Corriente Primero de Mayo que lideró René Salamanca aprendió de los grandes levantamientos de la clase obrera como el Cordobazo, la gran resistencia a la dictadura de Aramburu y Rojas, donde la fortaleza de los cuerpos de delegados hicieron historia y fueron decisivos en la preparación de esas acciones. Muy lejos ha quedado esa historia con las dictaduras y particularmente con la última que vino a liquidar la fuerza de los cuerpos de delegados y su valor estratégico.
La Corriente René Salamanca va a defender sin concesiones a los trabajadores estatales en todos los terrenos: económicos, sociales, ideológicos, gremiales y políticos y defenderemos los intereses de la nación. De ninguna manera actuaremos para fortalecer este estado patrón, corrupto en su esencia, del cual somos víctimas todos los días. Nuestra corriente luchará para acumular fuerzas para terminar con este árbol podrido en su andamiaje, defendiendo a cada uno de los estatales y los puestos de trabajo. Trabajaremos para sembrar un nuevo árbol que le dé sombra y frutos a todo el pueblo y nos contenga a todos los trabajadores estatales, con sueldos dignos, sin precarización, con carrera administrativa, concursos, con libertad sindical. Es decir, queremos ser parte de un cambio profundo, que cambie el país a favor de la clase obrera y el pueblo. Y que nuestro trabajo sea verdaderamente para servir al pueblo.
Santa Rosa, La Pampa 24 de abril de 2018
(1) Referencia a una asamblea realizada el 23 de setiembre de 1974 en la planta de Santa Isabel de la IKA-Renault, a la que René Salamanca acudió convencido que iba a ganar la postura de continuar la lucha por el reclamo salarial, posición sustentada por una parte importante de la asamblea, pero la mayoría decidió levantar la huelga, aceptar la oferta salarial y proseguir posteriormente la pelea por el reconocimiento de la dirección del sindicato, que había sido intervenido. Salamanca entendió que las masas creyeron que la huelga amenazaba su gobierno y quisieron defenderlo, pero no por eso abandonaban a su dirección sindical.
Hoy N° 1715 03/05/2018