Noticias

07 de May de 2018

Jujuy

Historias que muestran la necesidad de legalizar el aborto

El Concejo Deliberante de San Pedro de Jujuy convocó a una sesión especial a fin de debatir sobre la despenalización del aborto el miércoles 2 de mayo. Invitó a varios profesionales, instituciones y ONG, entre ellos a la Casa de la Mujer María Conti. Fueron por dicha organización las abogadas Marta Paniagua y Mariana Vargas.

Varios fueron a exponer en contra del aborto, desde el cura Macagno hasta instituciones católicas universitarias. Y a favor desde la UNJU, desde la Casa de la Mujer y un profesional médico.

 

Escribe Mariana Vargas

Desde la Casa, entre otros temas, expusimos tres historias concretas que dan cuenta de la necesidad de legalizar el aborto:

1- La criminalización del aborto se extiende a una violencia que alcanza también a mujeres que sufren abortos espontáneos.

El año pasado una mujer había sufrido un aborto espontáneo, comenzó con pérdidas a las 14 semanas de su embarazo deseado. Llamaron al SAME, y dentro de la ambulancia expulsó al feto.  El médico de la maternidad entregó el feto al novio de ella, y le dijo que vaya a realizar una exposición policial para realizar el entierro. Esa actitud fue perversa: como los médicos no pueden denunciar a la paciente, el médico mediante la exposición policial voluntaria del novio logró que la Fiscalía comience una investigación. Mandaron al chico a hacer cola a la morgue para realizar la autopsia, acompañado de policías como si estuviera preso. Iba con la bolsa y el feto de aquí para allá. Allí me llama y pretendemos dejar el feto, pero lo obligaban a quedarse. Nos fuimos de la Central de policía con la bolsa y el feto mirando para todos lados, para ver si nos detenían el paso. Fuimos a devolver el feto al médico, mientras nos anunciaba que irían a la casa de ellos a sacar fotos, porque el Fiscal había ordenado una investigación por un aborto espontáneo!! La piba estaba en la sala de cirugía, padeciendo el duelo, sola porque mientras a su alrededor se tejía la gran persecución. Cuando pretendemos entregar el feto al médico, éste dice que tienen que anotar la muerte, porque no existían los abortos, todos eran nacimientos.

El Código Civil no existía como ley para el profesional jefe de un servicio médico (para nuestra ley nadie nace en nuestro país si no se nace vivo, por lo que no se puede anotar una muerte de quien no nació). Tampoco el SAME quiso recibir el feto. Al final lo recibió la morgue, y la historia de violencia muestra cómo se sospecha y se pretende criminalizar a toda mujer, incluso las que atraviesan un duelo por la pérdida de un embarazo deseado.

Esta historia muestra que la criminalización del aborto es una violencia contra la mujer que excede la criminalización de la mujer que aborta en forma voluntaria.

 

2- No se persigue a los hombres que provocan abortos sin el consentimiento de la mujer.

Solo se persigue a las mujeres que deciden voluntariamente decidir sobre sus cuerpos. Esta máxima la acredita el caso del femicidio de Georgina Vera. La joven estaba embarazada y fue asesinada por su pareja, Yucra. Yucra sabía del embarazo, por lo tanto para la ley penal no solo se mató a una mujer, también se realizó un aborto. Esta persecución que reclamamos desde la querella, se logró con la ampliación de imputación del fiscal, pero el tribunal criminal que condenó a Yucra por el homicidio de Vera, lo absolvió por el aborto. Esto nos demuestra que la penalización del aborto solo es violencia penal contra las mujeres.

 

3- La hipocresía de quienes se oponen al aborto

Antes de que hablara yo en la sala, habló el cura Macagno, desde ya contra el aborto. No pude dejar de relatar la historia de N, del año 2007, la joven violada que terminó internada por la violencia que ejerció el violador contra ella ante su resistencia. Le rompió la cabeza con una piedra. A pesar del tiempo de internación, no le dieron la píldora del día después. Luego constató su embarazo producto de la violación. Por eso pedimos desde la Casa la interrupción del embarazo en el Hospital, a lo que el director se negó. A nadie le importó el violador. Desde la Fiscalía salieron a atacar a N, mientras nosotras hicimos una colecta para garantizar ese aborto legal.   El cura Macagno le llevaba ropa a N para ese hijo que no deseaba tener. Nunca se acordó de N ni le llevó ropa cuando ella tuvo tres hijos más, deseados. Y nosotras preservamos la identidad de ella. Macagno no; él le dijo su nombre verdadero a un medio gráfico, a pesar de ser menor de edad, por lo que tuvimos que presentar un escrito ante la Jueza de Menores para que se intime al cura a no ventilar su nombre por los derechos a la intimidad de niñas y adolescentes. N no tiene ningún síndrome post aborto, y siempre nos agradece haberla ayudado en aquella oportunidad; cuando la decisión implicó incluso que con patrulleros la llevaran al Juzgado de Menores para evitar el aborto legal, o las cámaras de televisión se metieron por la fuerza en su casa para exponerla.