El cierre artero del 28 de diciembre del año pasado es parte de la política antiobrera y antinacional del presidente Macri, del ministro de Defensa Aguad y del interventor de FM (Fabricaciones Militares) Ing. Riva y fue ejecutado con el acuerdo de la gobernadora Vidal y del intendente Bertellys (el panqueque que asumió por Unidad Ciudadana y poco después se acomodó en Cambiemos).
El cierre trajo enormes sufrimientos a los trabajadores: muchos tuvieron que aceptar nuevos trabajos precarios, con bajos salarios y mayor explotación. Varios tuvieron que emigrar de Azul y algunos están incluso en situación de calle. Fue un duro golpe para los comerciantes y el conjunto del pueblo de Azul, teniendo en cuenta que Fanazul aportaba unos 9 millones de pesos por mes a la economía azuleña. Y también fue un nuevo golpe para la soberanía nacional, al desmantelar la principal fábrica de TNT y otros explosivos necesarios para nuestra defensa.
Después de las gigantescas marchas que convocaron y conmovieron a miles de azuleños, los cortes de las Rutas 80, 3 y 226, la caravana al Ministerio de Defensa en Capital, la ocupación de la Municipalidad, las delegaciones a La Plata exigiendo a la gobernadora Vidal que se haga cargo de la situación, el corte de las vías del Ferrocarril impidiendo el paso de las formaciones de Ferrosur, la gestión del obispo Salaberry ante la vicepresidenta Michetti a quien ésta desairó, el bloqueo de la planta ante el intento de desguazarla, los trabajadores acaban de ratificar que el acampe instalado desde el primer día frente a la Municipalidad, “no se levanta hasta las elecciones de 2019 o hasta que nos den trabajo en algún estamento del Estado”. Así, lo acaba de declarar Omar Menchaca, delegado por la parte obrera en el Comité Mixto de Seguridad de Fanazul.
La gobernadora Vidal tuvo que abrir la mano (o la garra…)
La justa lucha de los fabriqueros, sus mujeres y el pueblo azuleño fue hostigada y atacada constantemente. Por un lado, por los voceros del gobierno que calificaron a los trabajadores de “vagos”, “quilomberos” y otras expresiones por el estilo. Y, por el otro, por algunos que, aunque se dicen de izquierda, prácticamente no mencionan al gobierno mientras ponen el centro en acusar a los dirigentes de ATE de “traidores”, ”ladrones” y “corruptos” y a los fabriqueros de “paci-fistas”, facilitando así la política macrista de aislar y destruir a los gremios, dividir a los trabajadores y terminar con la lucha fabriquera.
Como parte de estos planes, Maximiliano Taddeo, el interventor de Fanazul, acaba de declarar “que agosto es el día D, cuando culminaría el desguace de la planta. Lo que fue respondido públicamente por los traba-jadores: “Nos van a tener que pasar por arriba y matar antes de sacar un camión”.
El 2 de mayo, Marcelo Villegas, el ministro de Trabajo de la provincia, vino a Azul trayendo una oferta de “ayuda económica” para los fabriqueros, a pagar en los próximos 45 y 60 días. Vidal y Villegas, preocupados porque la lucha se mantiene, y porquepueda volver a empalmar con las grandes luchas y movi-lizaciones que se avecinan, se vieron obligados a aclarar que esta ayuda “era sin condiciones”, como “levantar el acampe” u otra exigencia por el estilo. Este acuerdo fue bastante discu-tido por la delegación obrera que le preguntó: “¿por qué no pusieron antes estos 30 millones de pesos para reactivar la fábrica? El silencio de Villegas ratificó los nefastos planes del gobierno. El acuerdo, antes de ser firmado, fue consultado y aprobado por los más de 50 trabajadores concentrados en la calle frente al Juzgado Federal donde se hacía la reunión.
Esto da más fuerzas a los trabajadores y al pueblo azuleño para continuar esta gran pulseada por la reapertura de Fanazul y la reincorporación de sus trabajadores, pulseada que es parte del gigantesco torrente de luchas que le viene marcando la cancha a Macri y su política desde noviembre pasado.
Corresponsal
Hoy N° 1716 09/05/2018