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16 de May de 2018

Tucumán. A 10 años de su fallecimiento

Homenaje a Ángela Nassif

El 25 de diciembre de 2017 se cumplieron 10 años del fallecimiento de la compañera Maria Ángela Nassif, en el año del cincuentenario de nuestro PCR, el 11 de Mayo se realizo un acto en su homenaje.

El Salón de FOTIA resultó chico para albergar a todos. Presidieron el acto una mesa integrada por Andrés, su hijo, Rodolfo Sucar, dirigente político de Tucumán y amigo personal, Sara Mrad dirigente de Madres de Plaza de Mayo de Tucumán y amiga de Angelita, por el Comité del PCR Antonio Suárez, por la JCR Abigail Corvalan y por el Comité Central del PCR Rosa Nassif.

Hicieron llegar su adhesión la CCC, Sindicato Municipal de Aguilares, CCC del Dpto. Río Chico, Centro de Desocupados Ángela Nassif de Santa Ana, Casa de la Mujer Norma Nassif, PCR de Jujuy y Santiago del Estero.

El compañero Otto Vargas, secretario general del PCR, hizo llegar un saludo donde manifiesta “Recordar a Angelita nos trae a la memoria a la combativa joven militante de los tucumanazos… a la camarada que tomó en sus manos tareas claves de la lucha clandestina durante la dictadura genocida… será un ejemplo duradero para nuestro Partido y la JCR. Angelita siempre estará presente con nosotros en cada lucha…”.

Andrés Suárez, hijo de Angelita recordó que “Hace más de 10 años, un 24 de diciembre, la Corriente Clasista y Combativa se disponía a pasar la Navidad en la Plaza Independencia. Esta vez ella no iba a poder ir. Uno por uno fueron desfilando por su departamento, saludándola, despidiéndose. Insistió hasta último momento para que vayamos a la plaza, pero decidimos quedarnos allí”.

Continuó señalando que se propuso hablarles a quienes no la conocieron, y se dirigió particularmente a sus nietos: “Marquitos eras apenas un bebé, pero te puedo garantizar que no veíamos tan feliz a tu abuela desde que la Normita nos había dejado un poco huérfanos a todos. Pero ustedes cuatro, Marquitos, Anita, Camilo, Clara, no tendrán más remedio que reconstruir quién fue su abuela. Esa que aún habita cada rincón de la vida de sus padres y cada pedazo de la geografía de nuestro Tucumán.(…) Me acuerdo aquellas vacaciones en la casa de Carlos Soldati, en el km 1220, también conocido como Manuela Pedraza, que nos metíamos a la pileta con el agua helada de surgente y ella nadaba de un lado al otro y nos enseñaba a salir a flote, ante la mirada temerosa del Pelado. Me soltaba del borde de la pileta e intentaba alcanzarla yéndome irremediablemente al fondo, cuando sentía sus manos firmes que me ayudaban a salir. Así fue toda la vida, estos 30 años que me tocaron compartir con ella. Nos animaba a arriesgarnos, a intentarlo, quizás sabiendo que el resultado no iba a ser el mejor, pero ella estaba allí, para ayudarnos a salir a flote, para ayudarnos a sacar las conclusiones que nos permitan volver a intentarlo una y otra vez. Nunca nos dijo qué es lo que teníamos que hacer, pero siempre estuvo allí para sanar nuestras heridas. Fue en esa casa donde nos hizo conocer el campo tucumano, donde nos llevó a ver un frente de cosecha, cuando todavía la caña se levantaba a sangre y machete. Allí pudimos conocer a quienes junto a ella fundaron la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Conocimos al Flaco Robeta, a Sarita, a Graciela, con quien mi vieja había compartido la celda en bomberos cuando el primer tucumanazo. Lazos que se forjaron a la salida de la dictadura, escarbando en los recovecos de la memoria, lazos que ninguna coyuntura política pudo ni podrá romper”.

Cuando tuvieron que irse de Tucumán, recordó Andrés, “en ese oscuro Buenos Aires de la dictadura ella nos ofreció una familia que no terminaba en la nuestra… en los momentos más difíciles mis padres lograron que tuviéramos una infancia feliz”.

Continuó Andrés afirmando que “ella tenía muy claro quiénes eran los sectores sociales y políticos con los cuales íbamos a poder hacer posible una revolución en nuestro país. Debatió y en el debate franco, estrechó amistades al margen de las coyunturas. Inexplicables para algunos, profundamente humanas. Porque ella hizo carne eso que decía el Che de que hay que endurecerse sin perder jamás la ternura, esa ternura solo comparable a la firmeza que tuvo y mantuvo hasta su último aliento. Se dice que no hay cuadros irremplazables, que donde cae un comunista hay otro que puede levantar esa bandera. Pero esa generación que se forjó en las barricadas y cavó trincheras de lucha en la dictadura, esa generación que decidió romper con el sacrosanto Partido Comunista tradicional y con el socialimperialismo ruso, esa generación que palpitó con el mundo socialista de a poco nos va dejando. Y Angelita, Normita, el Flaco Gigli, María, Jorge… son irremplazables. Y concluyó dirigiéndose a los nietos de Angelita: Marquitos, Anita, Camilo, Clarita, ustedes no conocieron a su abuela, pero tengo la certeza de que conocerán el mundo que ella dedicó su vida a construir”.

 

 

Rodolfo Succar habló en nombre de su Partido, el Partido Socialista, y recordó a Angelita por su franqueza en la discusión política, “en estos momentos cuando la política esta tan corrompida” recordarla nos hace pensar que vale la pena seguir. Con ella era posible discutir y llegar a acuerdo unitarios. Sara Mrad la recordó con cariño y respeto leyendo una poesía muy emotiva que emoción a los presentes.

La joven Abigail, de la JCR, dijo “a diez años reafirmamos los principios por los que Ángela fue constante toda su vida” y termino diciendo “Ejemplos como el de Angelita nos reafirman en la defensa del marxismo-leninismo-maoísmo y en la lucha por la revolución en la Argentina”

El compañero Antonio Suárez recordó los años de militancia junto a Angelita y la preocupación constante de ella para la formación política e ideológica de los compañeros y se imaginaba que hoy estaría en la primera línea de lucha contra este gobierno organizando la Marcha Federal.

Finalmente Rosa Nassif, comenzó diciendo que “Angelita nos ha reunido como lo hacia siempre a todos los que estamos aquí y nos ha permitido recordar distintos aspectos de su vida”.

Señaló luego que “es muy importante tener memoria. Un pueblo sin memoria no solo corre el riesgo de repetir los mismos errores sino, lo que es mas fácil de confundir y engañar. No, nuestro recuerdo no se reduce a la nostalgia de la perdida de alguien querido y necesitado sino que como aquí vimos en el recuerdo de Angelita recordamos las luchas de nuestro pueblo de las que ella participó y de la construcción del PCR que ha cumplido 50 años y que contó en ella a una de sus fundadoras. Hemos aprendido con nuestro pueblo que alrededor de la memoria al igual que de la historia se libra una lucha feroz. Lo estamos viendo con este gobierno canallesco y reaccionario hasta la medula que quiere negar el genocidio y liberar a los asesinos. Es la lucha popular la que se le enfrenta, exige memoria y justicia y levanta a sus héroes y a sus mártires como Hilda Guerrero de Molina, como Angelito Manfredi, Ana Sosa, Isauro Arancibia, Gody Álvarez, Rene Salamanca, Benito Romano y en ellos a tantos miles que han dejado su vida al servicio del pueblo y en la lucha por una sociedad mas justa.

Todo lo que ustedes han recordado de Angelita, que me llena de orgullo y gratitud, me remite a aquella niña con la que compartí mi niñez, como si aquellos rasgos que acá se destacaron fueran distintivos de ella desde muy chica, señalo Rosa, y se refirió a algunos de ellos como su seguridad que despertaba confianza enseguida, su coraje, su audacia, su capacidad de liderazgo y de organización. Dijo, ‘Angelita no era una organizadora obsesionada por los detalles, ella organizaba y dirigía desde el entusiasmo, el afecto, el ponerse al frente y el trabajar infatigablemente’. Destaco su preocupación para que el partido se fundiera con los obreros azucareros consciente de que sin que ellos, en su lucha, lograran unir al conjunto del pueblo era imposible ningún cambio de fondo. Angelita no solo participo activamente en las luchas contra el cierre de ingenios sino que se preocupo de investigar los cambios que se habían producido en la industria azucarera en la provincia. Señalo que era fácil dejarse engañar en relación a que Angelita no estudiaba porque odiaba lo libresco pero que siempre estudio y se preocupaba que especialmente los jóvenes estudiaran y se formaran en el marxismo. Además de militar Angelita trabajo siempre en su profesión de farmacéutica.

Angelita tuvo que irse de la provincia cuando el golpe de estado. Se resistió mucho y solo lo hizo cuando los vecinos de San Cayetano donde tenía su Farmacia le mostraron que la habían ido a buscar muchas veces y hasta el comisario del barrio le explico que no podía seguir demorando el allanamiento. Se fue con sus hijos muy chicos y cuando ya su querido compañero, Ernesto, había conseguido un departamento en B. Aires. Allí tomo tareas de mucha responsabilidad como enlace y funcionamiento del Comité Central y su experiencia y valentía permitió ante una cita cantada salvar a la dirección del partido. Todo esto lo hacia restándole toda importancia. Sabía encontrar lo divertido en las situaciones más penosas como cuando estuvo presa o cuando iba a visitar a Normita en detenida en Devoto llevando a sus hijos pequeños.

También rescato que Angelita fue siempre un factor de unidad para dentro del Partido y hacia afuera. Que cuando tuvo que volver a Tucumán todavía en dictadura por la enfermedad de su padre, junto con su hermano Ricardito, no solo se hizo cargo de la familia y del laboratorio sino que se incorporo activamente a la militancia de Derechos Humanos desde el partido y construyo sólidos lazos con las otras fuerzas políticas.

Para finalizar señalo que esa unidad es hoy más necesaria que nunca no solo para enfrentar el revanchismo patronal desenfrenado que se desato amparado por la política del gobierno de Macri como se ve por ejemplo en el trato a las trabajadoras del limón y a la intervención del UATRE de Alberdi. Dijo que ‘esa unidad es imprescindible para lo inmediato pero sobre todo para cambiar de raíz esta sociedad profundamente injusta y desigual y este Estado, porque la revolución no es como nos quieren hacer creer el mundo del ayer, la revolución es lo que da perspectiva a nuestra lucha de hoy y es la que nos hace confiar en un mañana donde sea realidad los objetivos por los que viene luchando la Humanidad desde los primeros cristianos, desde las rebeliones esclavas de Espartaco hasta la lucha heroica de nuestro querido Che Guevara. Es también el objetivo por el que siendo muy jóvenes, Angelita no tenía veinte años y uno de los más grandes, nuestro secretario general Otto Vargas tenía solo 37 años, nos decidimos a fundar el PCR. Y a pesar de los que decían que al crecer olvidaríamos nuestros ideales revolucionarios hoy estamos aquí con la misma convicción y entusiasmo que hace 50 años, luchando por la mas amplia unidad que permita derrotar a este gobierno antiobrero y a este entreguismo desenfrenado y para que esta vez sea verdaderamente la nuestra, la hora de la clase obrera y el pueblo. Entonces sí Angelita, hasta la victoria siempre”.

 

Hoy N° 1717 16/05/2018