Las comunidades mbya guaraní de Misiones, están asentadas sobre la ruta 7, en un predio de más de 6.500 hectáreas que le fue donado a la UNLP algunos años atrás, con las comunidades indígenas viviendo en él. Durante más de dos días, acompañados de artistas populares como Joselo Schuap, 12 caciques le exigieron a la UNLP que les devuelva la tierra que les pertenece.
“Mientras que otros habitantes destruyeron la provincia en menos de 100 años, ellos que la habitan desde hace más de 3.000 años han demostrado un modo de vida de convivencia con la naturaleza que no desertificó, ni contaminó los cursos de agua, ni deforestó con tala cero la provincia, ni puso especies en peligro de extinción. Nadie ha podido, hasta ahora, mostrar un plan conservacionista mejor. Esta comunidad desarrolla desde hace más de 150 años actividades de siembra, caza, pesca, recolección de hierbas imprescindibles para su medicina natural, sus propias viviendas y los elementos utilizados para la confección de sus artesanías medio de subsistencia”.
Joselo Schuap contó la entrevista con las autoridades de la UNLP, el vicerrector Raúl Perdomo y el secretario general Fernando Tauber, (recientemente “elegidos” por voto en escribanía y con el repudio del claustro estudiantil y la ausencia de muchos docentes), con los caciques y la comunidad que los acompaño en esos días de permanecía en la puerta del Rectorado. Estas autoridades elegidas ilegítimamente, volvieron a mostrar la hilacha de su política al traer una “contrapropuesta” de ceder sólo 700 hectáreas en “comodato”, y retener para la UNLP 5.300, con la particularidad de que los guaraníes no pueden disponer de ellas, mientras la UNLP está en derecho hasta de venderla.
Los caciques respondieron a la falsedad de que había una parte de la comunidad que había arreglado, y acusaron a las autoridades universitarias de soborno. Por esto, manifestaron la decisión de continuar esta lucha.
