El lunes 28 de agosto de 2017, Julia Rosales, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa, del Partido del Trabajo y del Pueblo y del Partido Comunista Revolucionario, fue baleada cobardemente cuando llegaba a su domicilio. El atacante, que venía en una moto, hizo cinco disparos, tres de los cuales impactaron en su cuerpo, lo que evidencia la intención criminal. Julia salvó su vida gracias a un rápido y valiente movimiento defensivo, protegiéndose con sus brazos. El atentado fue realizado a las 16 hs, a pleno día, en el partido de Vicente López, a pocas cuadras de una comisaría. La premeditación del intento de asesinato queda en evidencia por la persecución realizada por el atacante:desde la Capital Federal hasta Villa Martelli, donde ejecutó el atentado.
Julia, gracias a la solidaridad de sus vecinos, fue rápidamente hospitalizada. Se le practicó una operación para la recuperación de las zonas donde impactaron los balazos. Horas después de este atentado criminal, en el mismo lugar, el automóvil de Leandro Segovia, compañero de Julia y dirigente del PTP y el PCR, fue atacado por desconocidos que provocaron enormes daños.
Un atentado político
A pocos días de cumplirse un año de este atentado, conversamos con la compañera Rosales, que es coordinadora de la CCC de la Zona Norte de la Capital Federal y miembro de su Mesa Nacional, así como dirigente del PTP y el PCR en la CABA.
Julia Rosales: La investigación está parada desde hace tres o cuatro meses. La última información que tenemos es que había celdas de dos teléfonos celulares que se cruzaron en tres lugares de los que yo pasé entre mi trabajo y mi casa aquel día. El fiscal me dijo que para conocer el contenido de las conversaciones había que pedírselo a la empresa, Nextel, lo que puede demorar tres años. Una abogada de la Defensoría del Pueblo nos dijo “yo si hubiera sido fiscal del caso por lo menos hubiera investigado si alguna de estas personas tenía moto”, lo que no se hizo.
Un tiempo después del atentado, hubo otro hecho extraño. Dos tipos vestidos como barrenderos aparecieron por nuestra oficina de la CCC, diciendo que eran de la división de Investigaciones del robo organizado o algo así de la policía y de una fiscalía, que venían a advertirnos de un posible robo a mí o a alguna de las compañeras que tenían que retirar dinero de un banco para unas cooperativas. También fueron al Banco y le dijeron al gerente que nos iban a robar. Ellos apuntaban a una persona que estaba en la organización, a la que estaban investigando. Una vez que los hicimos acreditar, y ante la pregunta que le hicimos de por qué no detenían al ladrón dijeron “no somos operativos, somos de investigaciones”. Esto es sospechoso, porque ocurrió dos meses después del atentado, y tras una conversación con Daniel Barberis, titular de la Dirección de Violencia Institucional del Ministerio de Seguridad de la Nación. Barberis allí nos dijo que ya había hablado con Alderete y que creía que mi atentado era una operación de sicarios ligados al narcotráfico. Yo le reafirmé que nosotros no teníamos nada que ver con los narcos, y que hace años que no teníamos problemas de este tipo en los barrios donde trabajamos. Los policías estos dijeron no conocer ni tener nada que ver con la investigación de mi atentado. Daría la impresión que tratan de involucrar a alguien de la organización y a la vez te dicen “te estoy investigando”. Yo no descarto que pueda haber habido un intento de robo, pero no tiene nada que ver con el atentado. Todo muy raro, porque la investigación de este supuesto intento de robo la hace una Fiscalía que no es la de Saavedra.
—Es decir que por la vía judicial no hay avances ¿y en el aspecto político, con los funcionarios?
—Tampoco hay ningún avance. Hemos pedido una nueva entrevista en el Ministerio de Seguridad, adonde iremos con todos los compañeros de la CCC de Capital Federal y Gran Buenos Aires y los aliados este 28 de agosto.
—¿Cómo está tu salud, y cómo estás vos?
—En la política estoy firme. Vamos a seguir luchando, porque esto es parte de la represión del gobierno de Macri, que lo hace para hacer pasar su plan de ajuste. Después puede haber muchas hipótesis de por qué a mí. Pero todos conocen que soy una dirigente histórica de la Corriente y del Partido. Esto fue un atentado político, no hay otra cosa. Es cierto que no se veía algo así desde tiempos de Alfonsín. Pero para cualquiera que vea el video le queda claro que el tipo no venía a robar. Y pienso que estuvo hecho a propósito, el hecho que fuera a las cuatro de la tarde, en un lugar muy transitado. Querían que se vea lo que está haciendo. De salud me siento bien. Con un año más, y cada tanto me duele un poco el brazo, pero estoy bien.
Corresponsal
Hoy N° 1731 22/08/2018