Ni una menos, vivas nos queremos: ese grito colectivo del 3 de junio de 2015, ante el femicidio de Chiara Páez, hizo visible una problemática que año a año se cobra la vida se cientos de mujeres en nuestro país sólo por el hecho de ser mujeres. Ese año, en el 30° Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata, nuestro dolor transformado en lucha se convirtió en nuestra bandera: No hay ni una menos sin Emergencia Nacional.
En ese contexto empezamos a exigir la declaración de la Emergencia en Quilmes, que entendimos necesaria aquel febrero de 2012 cuando nos enteramos del femicidio de Natalia López, una docente quilmeña a la que su ex pareja le arrebató la vida en la estación de Quilmes a plena luz del día. Esta exigencia nos encontró en la calle en enero de 2017, ante la noticia del intento de femicidio de Gina, una joven de nuestro distrito incendiada por su pareja. Luego de la marcha por Gina, en pleno calor de enero, conformamos la Mesa Multisectorial por la Emergencia en Violencia contra las Mujeres en Quilmes y comenzamos un camino de unidad y lucha que nos permitió llevar la discusión al Concejo Deliberante y conseguir que la emergencia sea declarada por unanimidad el martes 31 de julio pasado.
Fueron casi tres años de recorrer despachos, de reuniones, de conferencias de prensa. Y a pesar de que por un tiempo el oficialismo insistió con la idea de que el proyecto era “inviable” logramos que se discuta en el recinto una propuesta superadora, consensuada colectivamente entre quienes integramos la Mesa, que pone el acento en la prevención y en la necesidad de destinar los fondos que puedan revertir la situación en la que nos encontramos las mujeres quilmeñas. Desde el inicio así lo exigimos, entendiendo que las emergencias declamativas quedan en letra muerta.
Para revertir la cantidad de muertas, hay que abordar el problema desde la prevención entendiendo a la violencia contra las mujeres como una problemática social con raíces culturales profundas. Y para ello se necesitan recursos que sean destinados para el fortalecimiento de las instituciones y organizaciones que día a día trabajan para que las mujeres no se vuelvan víctimas. La educación temprana sobre la problemática, la capacitación de promotoras para la prevención, las campañas de difusión de la Ley 26.485 y de otras tantas que contemplan los derechos conquistados, son esenciales para revertir indicadores que son alarmantes.
Es necesario también que, ante la violencia ya consumada, ante la mujer en situación de víctima, los gobiernos nos brinden recursos económicos, para que la decisión de salir de la violencia pueda ser sostenida en el tiempo. Así como también es indispensable la capacitación a todo el personal que intervenga en este tipo de situaciones para evitar que las mujeres sean revictimizadas por las instituciones que debieran protegerla. Al mismo tiempo y ante situaciones extremas, es necesario contar con hogares transitorios en condiciones dignas para que aquellas que corren riesgo de vida tengan un lugar donde ir, y poder, así, empezar a reconstruir sus redes, sus lazos sociales. Todo esto teniendo en cuenta que las medidas que apuntan al tratamiento de la violencia ya instalada, deben ser acompañadas, indefectiblemente, de un trabajo que apunte fuertemente a la prevención.
Las organizaciones sociales, las organizaciones de mujeres, el movimiento de mujeres en general, tenemos un papel fundamental en esto: somos nosotras las que debemos exigirles a los gobiernos que garanticen nuestros derechos, que se implementen las leyes, que esté la plata para abordar la problemática de una manera integral. Las organizaciones de mujeres deben ser espacios de asesoramiento y acompañamiento ante la problemática, pero principalmente lugares en los que las mujeres se fortalezcan, desarrollen sus capacidades y se apropien de los derechos conquistados para defenderlos. Lugares en los cuales podamos unirnos con otras en la lucha por una sociedad más justa.
Hoy la ordenanza es una realidad en nuestro distrito; una conquista de las quilmeñas, por las quilmeñas y para las quilmeñas. La Emergencia de Natalia López, de Micaela García y de Gina. Quedan por delante grandes desafíos. El principal es garantizar su implementación. Especialmente en un contexto de avance sobre nuestros derechos, con un Gobierno que nos entrega, endeuda y ajusta. A pesar de eso, tenemos a nuestro favor ser protagonistas de este momento histórico del movimiento de mujeres, que teje unidad y lucha, que se pinta de verde aborto legal y todo lo arrolla. Y tenemos la convicción de querer hacer posible lo necesario. Por nuestras vidas, por nuestras alegrías, por nuestras luchas. Por Naty, Micaela y Gina. Por todas. #EmergenciaYa.
Corresponsal
Hoy N° 1733 05/09/2018