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02 de October de 2010

La crisis financiera internacional, gatillada por la crisis hipotecaria norteamericana, acentúa la inestabilidad de los mercados y augura una crisis en el papel del dólar como moneda de reserva mundial y en el comercio internacional.

Sacudones en la economía mundial

El sistema capitalista imperialista sin opciones frente a un dolar debilitado

La acumulación de reservas en dólares o bonos del Tesoro estadounidense abarca prácticamente a todos los países del mundo. Es la contracara del elevado triple déficit de los Estados Unidos (fiscal, comercial externo y financiero externo), producto de la política del gobierno de Bush tras la crisis de 2001, incluidos sus extraordinarios gastos de guerra, que ha inundado al mundo de dólares y bonos del Tesoro. Los dólares son de hecho otra forma de deuda de los Estados Unidos, que retienen los otros países como reservas y por cuya colocación reciben intereses. ¿Hasta cuándo el mundo va a seguir sosteniendo los descomunales déficits norteamericanos, aceptando una moneda deteriorada en su valor como patrón de cambio y de cuentas?
El endeudamiento externo de los países dependientes del imperialismo, achicado por las políticas de desendeudamiento facilitadas por la afluencia de dólares, sigue siendo superior al de sus aumentadas reservas, pero no es la misma la posición de las grandes potencias aliadas y/o rivales como China, Japón, Inglaterra, Alemania y la propia Rusia, que se han convertido en acreedoras multimillonarias de los Estados Unidos. No ha habido una situación tan compleja en la corta historia del imperialismo.

Recomposición temporaria del imperialismo norteamericano
A partir de los ‘90, con la decadencia y caída de su rival socialimperialista ruso, el imperialismo yanqui tuvo una nueva década de florecimiento y hegemonismo.
Japón en esos años entró en una crisis de la cual, hasta hoy, le está costando salir. A su vez Alemania y Francia también fueron ganando posiciones, más moderadamente, y con la ampliación de su mercado interno al conjunto de la Unión Europea, se colocaron mejor en la lucha competitiva llegando a constituir una moneda única, el euro, que ha adquirido una mayor fortaleza relativa que el dólar. Entretanto, la China imperialista ha pasado a ser la principal acreedora en dólares y bonos de los Estados Unidos, dejando en segundo lugar a Japón que aunque “envejecido” no abandona la carrera. Le siguen en importancia Inglaterra y Alemania, y detrás viene un reconstituido imperialismo ruso que, basándose principalmente en el gas y el petróleo, acumula aceleradamente acreencias como reservas, siendo una parte de ellas en euros.
De todas maneras, aunque el euro aparezca como el potencial reemplazante del dólar, todavía la Europa Unida no tiene las condiciones que tuvo EEUU en la primera posguerra para reemplazar a la libra por el dólar como moneda de cambio y de reserva en el mercado mundial capitalista
 Todavía hoy la mayor parte de las transacciones en el mundo se realizan en dólares, y en base a esta moneda se constituyen (en divisas o bonos) las reservas de la mayor parte de los países en una trampa de la que no pueden salir sin que se produzca una debacle mayor que la de la Gran Crisis de 1929 y sin poder a la larga evitarla.

¿Y qué pasa en China?
La economía capitalista china aparece “sobrecalentada” en su crecimiento, con una creciente presión inflacionaria interna, dado que lo fundamental de su producción está orientada hacia las exportaciones. A su vez, afronta la presión yanqui para una mayor revaluación del yuan, con lo que se encarecerían dichas exportaciones. Trata de contrarrestar esas presiones amenazando a los Estados Unidos con desprenderse de parte de los Bonos del Tesoro de ese país, lo que ya viene haciendo con las inversiones financieras en los mercados internacionales, argumentando que así obtendrá mayor rendimiento que en la colocación en títulos de sus reservas. Pero eso implica entrar en una zona todavía más peligrosa, las llamadas inversiones de “alto riesgo”, más en un momento que se agudiza la volatilidad de los mercados, después de acumular cuatro años de presión alcista.

Sin locomotora de reemplazo
Los temblores en las bolsas de todo el mundo muestran que está en curso una crisis financiera internacional, tras la que se agazapa una nueva crisis económica mundial. Ni la Europa Unida ni Japón, y menos Rusia, están hoy en condiciones de reemplazar el papel de Estados Unidos de principal demandante en la economía mundial capitalista imperialista.
La economía europea todavía en el momento de recuperación viene mostrando tasas modestas de crecimiento y su posibilidad de absorción de productos de extra zona es limitada. Por su parte, el Japón, que venía en tren de recuperarse tras su prolongada depresión de los años ’90, ya comenzó a mostrar síntomas de desaceleración con vaivenes desde el primer trimestre del año 2006. Además Japón, como China, entre las potencias imperialistas, serían las más perjudicadas por una crisis del comercio internacional, al contraerse los mercados en los que vuelcan el grueso de su producción.