Con el acuerdo entreguista con el FMI y la media sanción del proyecto del Presupuesto 2019, el gobierno de Macri avanza en la represión para hacer pasar su política de hambre y entrega. Lo que no puede impedir es el repudio creciente a su política que el pueblo expresa en las calles de todo el país.
La situación de millones de argentinos es dramática: crecen el hambre y los despidos, el vaciamiento de la educación y la salud públicas, y la entrega del patrimonio nacional. El ajuste y la entrega pactados por Macri con el FMI es a costa del sudor, la cárcel y la sangre del pueblo.
Amenaza con deportar a extranjeros pobres, como se hacía a comienzo del siglo 20 con la fascista “Ley de Residencia”, mientras protege a los terratenientes extranjeros como Lewis, Benetton y otros, que usurpan el territorio nacional, y son tratados como reyes.
En ese marco, los días 30 de noviembre y 1° de diciembre de 2018, se realizará en Buenos Aires la cumbre del Grupo de los 20 (G20) que este año preside y organiza el gobierno argentino.
Anunciaron su presencia los jefes de las principales potencias imperialistas: Donald Trump (Estados Unidos), Xi Jinping (China), Vladimir Putin (Rusia), Theresa May (Gran Bretaña), Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), y otros. Los responsables del hambre de los pueblos y las guerras que recorren el mundo vienen a nuestro país y Macri, fiel a su política de entrega nacional, les tiende la alfombra como lacayo ejemplar.
Para eso ha entregado hasta la dirección de la seguridad del evento, que estará dirigida por las distintas potencias, centralmente EEUU, Inglaterra, Alemania, Francia e Israel (que aunque no es parte del G20 trabaja estrechamente ligado al Ministerio de Seguridad).
El gobierno, a través de la ministra Patricia Bullrich aprovecha el evento para comprar material represivo “antidisturbios” ya que, como ella misma ha dicho: “Las dos hipótesis más fuertes sobre las que se trabaja son terrorismo y violencia callejera”. Esto, dicho por una ministra que considera terroristas a los originarios que luchan por sus tierras y trató de “guerra de guerrillas” a los piquetes contra el hambre macrista. Ahora ya anunció que va a desplegar 25.000 efectivos, cercando con vallas la Capital Federal, en un operativo que le costará al país más de 5 mil millones de pesos. Una amenaza abierta a las movilizaciones.
Desde el campo popular trabajamos para desplegar la más amplia unidad social y política para repudiar la cumbre imperialista del G20 y el pacto reaccionario con el FMI.
Impulsamos junto a otras fuerzas políticas y sociales una gran campaña en todo el país de denuncia de los objetivos imperialistas de los que presiden esta reunión. Trabajamos para que sea una respuesta nacional.
Denunciamos a Macri y su gobierno, que para profundizar su política de hambre, entrega y represión humilla a la Argentina al recibir como “amigos” a los que se adueñan de nuestros territorios y nuestras riquezas.
En un momento político como éste donde se agrava la situación dramática que vive una parte importante que habita nuestro suelo, es clave dividir aguas con los enemigos de la clase obrera, el pueblo y la patria. De ahí la importancia de tomar firmemente la lucha contra esta cumbre imperialista.
Es necesario que la clase obrera y el pueblo argentino hagan suya esta campaña de denuncia a la cumbre del G20. Para eso proponemos que se discuta y tomen resoluciones, los cuerpos de delegados, sindicatos, organizaciones campesinas, estudiantiles y populares, repudiando la cumbre imperialista como parte de la lucha del pueblo argentino para imponer otra política y avanzar en el camino de su liberación.
El repudio a la cumbre imperialista lo integramos a las luchas diarias que dan las masas, en cada lugar, para que los protagonistas de esas luchas puedan vincular la dependencia con la situación que viven. Por ejemplo, al Astillero Río Santiago, una empresa nacional con 3.000 trabajadores, Macri lo quiere “dinamitar”, dejando a esos trabajadores en la calle y comprando los barcos afuera, más caros y en dólares. Así es la dependencia de los imperialismos. Lo mismo pasa con los que saquean la minería, la pesca, el petróleo, el robo de la tierra a originarios y campesinos para su extranjerización. Para profundizar esa dependencia el macrismo deteriora la educación y la salud públicas, y pone la ciencia y la cultura nacional al servicio de los que nos oprimen.
Proponemos nuclear a personalidades de derechos humanos, la política, la ciencia, el arte y la cultura, para que se pronuncien públicamente. A través de declaraciones, solicitadas, etc. También impulsamos pronunciamientos en las multisectoriales que integramos, en las instancias de coordinación contra el G20 y el FMI, en el frente político, en el frente sindical, y en todas las instancias de frente único en las que sea posible, con puntos de unidad que ayuden a la discusión, el pronunciamiento y la movilización popular.
No alcanza con repudiar solo a Trump y los yanquis. Somos antiimperialistas, combatimos a todos los imperialismos: Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra, Alemania, Francia y otros. Seguimos las enseñanzas de los patriotas de la Revolución de Mayo de 1810: “Ni amo viejo, ni amo nuevo, ningún amo”. Ellos nos marcan el camino de no ilusionarnos con que alguna de esas potencias va a ayudarnos a ser libres. Esto es clave en nuestro país, al que disputan y rapiñan todos los imperialismos.
Peleamos por llegar al 30 de noviembre y el 1° de diciembre, con la clase obrera y el pueblo movilizado, en todo el país, en repudio al G20 y sus lacayos locales, como Macri en Argentina y Bolsonaro en Brasil.
Comisión Política del Partido Comunista Revolucionario
5 de noviembre de 2018