En reiteradas ocasiones desde que asumió la presidencia Mauricio Macri y “el mejor equipo de gobierno en 50 años” repite que “no se corrigen 70 años en dos años y medio, lleva su tiempo”, esto lo decía en Rio Cuarto (Córdoba) el 1º de noviembre del año 2018. Era un momento en donde ya había ocurrido la crisis cambiaria de abril que prácticamente duplicó el precio del dólar trepando de $20 hasta $41 y se desbocó la inflación para llegar a fines de diciembre al 47,6 % anual, versión oficial, o sea la más alta en 27 años, después de la hiperinflación menemista en 1991. Sobre la concepción oligárquica proimperialista de los diversos sectores de clases dominantes el camarada Claudio Spiguel era un verdadero maestro en sus análisis de política, economía y la historia argentina. Para ellos, en los 70 años referidos caen todos los gobiernos, sean democráticos o dictatoriales, empezando principalmente por el de Perón, que cayó a través de un golpe de Estado después de haber intentado la construcción de un país “libre, justo y soberano”. Su principal error fue no haber terminado de cuajo con el poder de los terratenientes latifundistas y de los monopolios imperialistas que conspiraron contra él desde el inicio de su gobierno, en 1946, cuestión que distintos gobiernos de diferentes sectores de clases dominantes, incluido el gobierno que antecedió al actual, sobre latifundios y dependencia imperialista se cuidaron muy bien de no aplicar ningún tipo de políticas en sus gestiones ni mencionarlos en sus “programas” o agendas y por el contrario hicieron apología de la gran escala de producción en la industria y principalmente en el sector agropecuario. Ahora a este gobierno oligárquico lo agarró a contramano el mundo de los países imperialistas donde los chinos son los campeones del librecambio y Trump resultó proteccionista.
En estos tres años Macri fue a fondo en la ofensiva contra los derechos y las conquistas de la clase obrera y el conjunto de los trabajadores asalariados, contra las condiciones de trabajo, algunas de ellas logradas aún antes del peronismo. En la aplicación de su política Macri incluye a vastos sectores de capas medias urbanas y rurales que lo votaron y a quienes está llevando cada vez más a la pobreza con la pérdida de su poder adquisitivo. Son excepcionales las ramas de la producción, del comercio y los servicios donde no se ha perdido un 25 % de capacidad adquisitiva de los ingresos en un año, los tarifazos hacen estragos en esos sectores y los ruidazos populares contra el ajuste se hacen sentir con más fuerza cada viernes en todo el país y son también excepcionales quienes obtienen ganancias, como las empresas energéticas, el puñado de grandes exportadores de granos y los que la BBC Mundo en su página web definió como el “turismo financiero”.
Para la concepción oligárquica-imperialista la “venganza tiene que ser terrible”, e incluye deliberadamente a la pequeña y mediana burguesía, uno de cuyos voceros acaba de declarar en un medio televisivo que el 65 % de los dueños de Pymes dicen “esto no va más” y lo relacionó con las tasas de interés promedio del 70 % anual, o sea un 6 % mensual, el precio de los servicios de energía, gas y agua, las importaciones de bienes que compiten con la producción interna y con la caída del consumo masivo que representa el 70 % del total del Producto Bruto Interno. En el caso de la producción de tabaco en Jujuy y Salta, que acaba de iniciar la cosecha y el estufado de las hojas, las boletas de gas llegan por montos de $ 500 mil y hasta de un millón y medio de pesos.
En un informe del 14 de enero pasado los directivos del área de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) afirman que el agravamiento de la crisis lo atraviesan 32 complejos productivos, que generan miles de empleos y agregan que “en los sectores productores de legumbres, leche, vino, tabaco, miel, yerba, cítricos, frutas finas y verduras, entre otros, se registra un nulo o escaso nivel de rentabilidad en plena época de cosecha que impide cualquier planificación a corto y mediano plazo. Tal es el caso, por ejemplo, del sector de peras y manzanas localizado en el Alto Valle en las provincias de Río Negro y Neuquén, donde los costos de producción (próximos a cosecha) superan por amplio margen los precios finales que recibirán los productores.
Las perspectivas económicas para el año que se inicia son de continuidad y profundización de la crisis, caída del PBI e inflación galopante, aumento de la desocupación, la pobreza y la indigencia. Alardean de la disminución del déficit del gasto corriente y ocultan que el déficit corriente total estará signado por el pago de 380 mil millones de pesos de intereses de la deuda externa, el grueso en pago al Fondo Monetario Internacional.
Ante ello lo más importante para las fuerzas obreras y populares es mantener y profundizar la lucha en las fábricas, en las calles, fortalecer la extraordinaria movilización de las mujeres y lograr la más amplia unidad política en un frente electoral programático para derrotar a Macri y su plan oligárquico-imperialista, que nos lleva a la condición de país semi colonial.
Escribe Carlos Aramayo
Hoy N° 1751 23/01/2019