El Campamento estuvo muy teñido por el impacto de la rebelión universitaria de agosto-septiembre, y la pelea por el aborto legal y el movimiento de mujeres. La gran lucha universitaria del segundo cuatrimestre le dio un fuerte golpe a Macri con nuestra bandera de defensa de la universidad pública y de los institutos terciarios; rebelión que en las elecciones de centros fortaleció a las conducciones que enfrentaron al gobierno y que golpeó a las que boicotearon la lucha, como la Franja Morada, fuerza estudiantil del gobierno nacional en las Universidades.
Realizamos tres charlas que nos permitieron tener una visión más general de nuestro rol. La primera, a cargo de Ricardo Fierro y Gerardo Luna, ambos protagonistas del Cordobazo, aportaron sobre lo que implicó esa insurrección obrera-estudiantil. Luego fue el turno de Francisca Staiti, docente universitaria, para comentar sobre la realidad de la educación pública. Para conocer sobre la nueva situación en Brasil con la asunción de Bolsonaro, tuvimos la visita de Gabriel Henrici, director de Relaciones Internacionales de la Unión Nacional de Estudiantes, (federación universitaria nacional de Brasil) y coordinador nacional del Movimento Correnteza.
En las comisiones de debate, se volvieron a manifestar los problemas que tenemos miles de estudiantes para continuar en nuestras carreras y recibirnos: falta de ingresos para pagar las fotocopias y material de estudio, falta de comedores y el aumento del boleto por los tarifazos de Macri fueron algunos. La combinación de trabajar y estudiar, doble tarea cada vez más común frente a que la guita no alcanza; o cursar menos materias para ahorrar.
La necesidad de políticas de atención a víctimas de violencia y espacios de cuidado infantil en nuestros lugares de estudio también ayudaron a graficar el panorama -doblemente grave- que afecta a las mujeres universitarias. En un enero donde ya hubo más de 20 femicidios y el gobierno destina solo $11 por mujer como política de género, definimos encabezar la Campaña por la Declaración de la Ley de Emergencia en Violencia contra las Mujeres y seguir motorizando iniciativas para lograr la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Este año el gobierno irá a fondo con su política de ajuste al pueblo, a tono con las exigencias del FMI y con su necesidad de continuar engordando los bolsillos de monopolios extranjeros, para seguir profundizando un modelo de país dependiente y para muy pocos. Mientras que para el pueblo el salario no alcanza, no llegamos a pagar las tarifas y crece el hambre.
Es posible ponerle un freno a la política de Macri. Tomando cada necesidad estudiantil, integrando lo general con lo particular, peleando por el protagonismo y la unidad de toda la masa con los cuerpos de delegados, empujando la confluencia en las calles con todos los sectores populares podemos debilitar el plan de ajuste y entrega de este gobierno. Dos aspectos claves para lograr esto es continuar con el crecimiento sostenido de la CEPA y plantearnos recuperar centros y federaciones en frentes de unidad con las agrupaciones con las que compartimos dos Secretarías Ejecutivas en la FUA y otras que podemos sumar.
Todo este recorrido es clave para generar las condiciones para que exista un gran frente que derrote a Cambiemos en las elecciones y que haya otro gobierno que exprese las necesidades del pueblo argentino.
Un nuevo triunfo de Macri le daría un aval para profundizar su ataque a la Educación Pública, dejando a miles de jóvenes sin el sueño de poder recibirnos. Por eso para este año fijamos con contundencia el objetivo de poder derrotar la política del gobierno de Macri. El principal debate que recorrió el Campamento fue sobre cuál es el rol que debía jugar nuestra agrupación en ese sentido, y así es que nos trazamos el objetivo de que tenemos que contribuir desde cada curso, cada facultad e instituto a que el gobierno de Macri no renueve su mandato por cuatro años más.
Esta es una posición táctica que nos permite acumular fuerzas para el futuro y a 50 años del Cordobazo, nos compromete a ponernos a la cabeza de la lucha, para motorizar el protagonismo de un movimiento estudiantil en las calles junto al pueblo, que pueda avanzar en la conquista de una Argentina sin hambre y pobreza, con tierra, techo y trabajo, sin mujeres violentadas, sin dependencia. Una argentina liberada de la opresión imperialista y terrateniente, que pueda tener la Universidad del Pueblo Liberado.
Una fuerza que crece: desde Jujuy a Tierra del Fuego; desde la cordillera al mar argentino.
En las comisiones de debate los y las estudiantes que participaron por primera vez del Campamento, o que se sumaron hace pocos meses a la agrupación, fueron los que rompieron el hielo a la hora de opinar y contar la realidad de sus Facultades, la lucha que se dio en cada lugar, o hacia donde había que encaminar a la CEPA para este 2019. Eran los primeros en asistir a las tareas grupales como cocina, limpieza, seguridad, la radio, entre otras.
Participaron por primera vez estudiantes de Tierra del Fuego y Santa Cruz, delegaciones que recorrieron medio país para poder estar en nuestra instancia nacional. Además contamos con otras nuevas regionales como la zona Oeste del Gran Buenos Aires y La Matanza. Tuvimos nutridas delegaciones de Mar del Plata, San Nicolás y La Pampa.
Las luchas del 2018 han dado un salto en calidad en nuestra fuerza. Nos hemos curtido al calor del crecimiento de las luchas donde los estudiantes venimos siendo protagonistas, desde las asambleas, vigilias, tomas, cortes de ruta, abrazos a las Facultades, los pañuelazos verdes hasta grandes movilizaciones como la del 30 de agosto en Capital Federal.
Hoy N° 1753 06/02/2019
