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02 de October de 2010

Hay decenas de miles de cesanteados, vacaciones adelantadas, suspensiones, etc., con las que las patronales descargan la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Hay que seguir el camino de unidad en la lucha de los obreros de General Motors.

Los despidos no se paran con chamuyo K

Hoy 1244

1. Situaciones explosivas
El discurso de Cristina Kirchner asegurando que “el modelo está fuerte”, va a contrapelo de la realidad que viven y sufren trabajadores y el pueblo. La mentira, la sordera, la soberbia, y la obsesión del gobierno por “su caja K”, están creando situaciones explosivas.
El país es azotado por el oleaje del tsunami de la crisis, mientras su presidenta recorre países y Néstor Kirchner “gobierna”. Es decir, hace lo que él entiende por “gobernar”: compra votos para aprobar en el Congreso la continuidad de la “ley de emergencia” que le permite manejar el presupuesto a su antojo (delegación de poderes calificada por la Constitución de “infame traición a la patria”); para que el impuesto al cheque siga yendo a sus bolsillos, aumentando el impuesto al gasoil y poniendo un nuevo impuesto a los cigarrillos.
Los Kirchner creen que podrán tener la situación social bajo control negociando con Moyano y todo el arco de oportunistas políticos que ahora buscan su tajada en el reparto de los fondos del Anses para las elecciones del 2009. No tienen idea de la situación que provoca el crecimiento del hambre, los despidos, la carestía, la crisis de la salud y la educación, y el odio a CK en las masas populares agrarias.

2. Todos con los trabajadores de GM
Es explosiva la situación en varias empresas mecánicas, con sus casas matrices en quiebra buscando descargar la crisis sobre los trabajadores de sus sucursales, con las que han sacado parvas de dólares vendiendo y exportando autos. La decisión de los trabajadores de GM de Rosario de enfrentar los despidos, junto a la gigantesca movilización nacional del gremio, ha ganado el apoyo de los trabajadores y el pueblo santafesino. La lucha de los trabajadores de GM es un ejemplo para todo el movimiento obrero. Muestra un camino para enfrentar los despidos. En ellos se concentra la gran pulseada por quién paga la crisis, y debe tener el apoyo del movimiento obrero y popular de todo el país.
En la misma situación están más de 60.000 trabajadores de la construcción, la mitad de ellos por las obras públicas paralizadas por el gobierno, mientras se llena la boca hablando de un “nuevo” plan, que no es nada más que la reactivación con objetivos electoralistas, el año que viene, de algunas de las obras paralizadas. La oleada de despidos también castiga a los trabajadores de la carne, del cuero, las autopartistas, la agroindustria, el plástico, etc.
Mientras avanzan despidos y suspensiones en esos y otros gremios, Moyano y Yasky miran para otro lado. Por eso, el camino es el de GM.
Otro tanto ocurre en los trabajadores estatales, judiciales y docentes, en provincias como La Pampa, donde están rebelados.
Crecen los comedores populares porque crece el hambre. Da mucha bronca en las barriadas populares la danza de millones que baila el gobierno con los fondos del Anses y la suba de impuestos mientras los planes sociales siguen congelados a $ 150, y las jubilaciones a $ 300 (que cobra un millón de jubilados por los descuentos) y el resto, la mayoría $ 670.
El plan de lucha del Plenario de Desocupados de la CCC, y el de los jubilados del MIJP-CCC, es un instrumento para abrir los brazos a los nuevos hambreados, desocupados y mayores, para el combate para que la crisis la paguen los que se enriquecieron.

3. Hay odio en el campo
La situación de las masas populares del campo es durísima: la crisis va unida a la nefasta política del gobierno de venganza y se ha sumado una sequía prolongada.
Con la política antiagraria del kirchnerismo, la cosecha de trigo de 2006/2007 fue de 16 millones de toneladas de trigo, y la de 2007/2008 alcanzará apenas a 8 millones de toneladas. El precio del maíz sigue cayendo (quiebran y cierran las fábricas de etanol en Estados Unidos que CK decía que eran “el futuro”); el 20% deberá ser resembrada por la sequía. La soja se derrumba (de 600 dólares la tonelada en julio a 308 dólares ahora); se demora la siembra por la sequía. Los cultivos regionales de campesinos pobres y medios no tienen rentabilidad.
La leche (en polvo) bajó de 5.000 dólares la tonelada a menos de 2.000, las plantas están atiborradas de queso. Al productor se le paga $ 10 la barra de queso que se vende en los supermercados a $ 25. Los tamberos han mandado a la venta por carne, en el mercado de Liniers, 1.100 vacas lecheras. También los criadores mandan vacas hembras, reduciendo sus planteles. La desastrosa política K rompió los acuerdos de carnes con Rusia; y frena los envíos a Chile y frena a Europa; lo mismo ocurre con la leche.
La situación es muy grave para los trabajadores rurales, desprotegidos por la política del gobierno de trabajo en negro.
Un gran Encuentro nacional de campesinos pobres, convocado por ASOMA en La Plata, mostró la durísima situación que atraviesan, junto a la sed de tierra y una gran voluntad de lucha, con un programa unitario.
Los campesinos medios han fijado su plataforma de lucha, con segmentación de las retenciones y otros reclamos, con propuestas para la unidad en la lucha de los chacareros.

Vuelve la lucha agraria
La política agraria kirchnerista, de sordera, abandono y confiscación se resume en dos palabras: venganza infinita. El gobierno de CK se ha ganado el odio de las masas productoras del campo y de los pueblos y ciudades de provincia, que han calado que con otro envase, es la misma política de Menem en los 90: lleva al hambre, la desocupación y la emigración hacia las villas de las grandes ciudades de cientos de miles de trabajadores y campesinos pobres, y a la quiebra de decenas de miles de campesinos medios y ricos, contratistas, y terratenientes regionales.
Esas masas agrarias castigadas por la crisis y la política K, vuelven a la lucha. Los trabajadores rurales por los sus salarios. Los campesinos pobres, pueblos originarios y juventud agraria por la tierra y otros reclamos. Los chacareros, como ya definieron los de Federación Agraria en Entre Ríos, arrancan rodeando la Casa de Gobierno en Paraná el 9 de diciembre, y con actos en el Sur de Santa Fe y otros lugares de la pampa húmeda.
La lucha agraria por salarios, tierra, precios compensatorios, créditos de fomento, y la liquidación de las retenciones a los campesinos pobres y medios y su segmentación de acuerdo al volumen de producción, es el único camino para que la crisis la paguen los pooles, terratenientes y el Estado que los saquean.

4. Torcerle el brazo
Para que la crisis la paguen los de arriba y no la sufran los de abajo, hay que torcerle el brazo a la política kirchnerista.
Por el camino de los trabajadores de GM, hay que impedir los despidos, conquistar mejoras salariales como el doble aguinaldo a fin de año, aumentar los planes sociales a $ 540 y elevar ya las jubilaciones cómo mínimo al nivel del salario mínimo de $ 1.250.
Frente a la traición de los jerarcas sindicales propatronales y apéndices del Estado, hay que impulsar las luchas desde las asambleas y cuerpos de delegados, desbordando a los dirigentes que traicionan. Hay que rodear de solidaridad a los trabajadores de las fábricas en lucha. Y como la mejor solidaridad es la propia lucha, hay que buscar los caminos de la confluencia de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, y de todos ellos con la lucha de los trabajadores rurales y chacareros, y con los estudiantes y demás sectores populares urbanos.
Esa confluencia se viene dando en las multisectoriales, comités de crisis y otras formas de coordinación para la lucha, que expresan acuerdos unitarios de amplios sectores sociales y diversas fuerzas políticas populares, patrióticas y democráticas.
Frente a una crisis profunda y prolongada como la que nos castiga, frente a un gobierno con doble discurso, mentiroso y vengativo, nadie se va a salvar solo. La unidad de los de abajo –que ahora puede tener como centro la clase obrera de las grandes fábricas–, forjada en las multisectoriales, puede crear las condiciones para paros locales y regionales, y avanzar en la coordinación, para un gran paro nacional activo, obrero, campesino y popular, que le tuerza el brazo a esta política.
Frente a la magnitud de la crisis y el emperramiento del gobierno K, surgen propuestas de distintos sectores que plantean que hay que “cambiar el modelo”, y tratan de sembrar la ilusión de que ésta es una crisis “financiera”, cuando están en quiebra gigantes como GM, Crhysler, Ford, entre tantas otras. No hay ninguna posibilidad de escapar a esta crisis sin una política de verdadera soberanía nacional que no pague la deuda pública ilícita, fraudulenta, usuraria y odiosa, la estatización del petróleo y demás palancas claves de la economía nacional, y una profunda reforma agraria. Por eso, no hay otro camino que el que trazaron el Argentinazo y la rebelión agraria, para avanzar hacia una revolución que barra con el Estado oligárquico imperialista y abra el curso a la liberación nacional y social.