El 23 de marzo llegaron a Venezuela dos aviones militares rusos cargados con personal y 35 toneladas de material militar. Son 99 militares bajo el mando nada menos que del general Vasili Tonkoshkurov, primer subcomandante del Comando Principal de las Fuerzas Terrestres de Rusia, y veterano de Afganistán. El objetivo declarado es el de “cumplir contratos técnicos militares”. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zakharova, dijo que se quedarán tanto tiempo como sea necesario y “mientras el gobierno de Venezuela los necesite. Están involucrados en la implementación de acuerdos en el ámbito de la cooperación técnico-militar”.
Efectivamente Rusia y Venezuela cerraron en 2011 un acuerdo de cooperación militar que prevé la venta de armas rusas financiadas con un crédito ruso de unos 4.000 millones de dólares.
John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, amenazó a sobre su presencia militar en Venezuela. Declaró que Estados Unidos considerará cualquier maniobra para establecer o expandir las operaciones miliares en ese país como una “amenaza directa” a la paz internacional. “Advertimos firmemente a los actores externos al Hemisferio Occidental contra el despliegue de activos militares en Venezuela, o en otros lugares del hemisferio, con la intención de establecer o expandir operaciones militares”, dijo John Bolton. “La Administración condena el continuado uso por parte de Nicolás Maduro de personal militar extranjero en su intento de aferrarse al poder”, agrega el comunicado. Esta declaración retoma la vieja “doctrina Monroe”: América para los americanos, es decir, para los norteamericanos. Bolton acusó a Maduro de recurrir a las Fuerzas Armadas rusas para buscar apoyo en su política de “represión” al pueblo venezolano, perpetuar la crisis económica que atraviesa el país y poner en peligro la “estabilidad regional”. “Hacemos un llamamiento al ejército venezolano a cumplir con su obligación constitucional de proteger a los ciudadanos de Venezuela”, concluyó.
A su vez, Elliot Abrams, enviado especial de EEUU para Venezuela, dijo: “Los rusos pagarán un precio”.
Estados Unidos está impulsando además una resolución en la Organización de Estados Americanos (OEA) para reconocer a Gustavo Tarre como embajador de ante el organismo, designado por Guaidó. Esto podría ocurrir coincidiendo con que el lunes 1 de abril Estados Unidos asume la presidencia del Consejo Permanente de la OEA. EEUU cree contar ahora con los votos de Bahamas, Jamaica, Santa Lucía, Haití y República Dominicana, países del Caribe que tradicionalmente han apoyado al gobierno venezolano, a partir de la política iniciada por Chavez de garantizar suministros de petróleo a precios bajos o gratuitamente. A su vez, Luis Almagro, secretario general de la OEA, hizo declaraciones el 29 de marzo, en el sentido de no “descartar ninguna opción” para la situación de Venezuela.
La confrontación llegó al BID, Banco Interamericano de Desarrollo, ya que se levantó la reunión que se iba a realizar en China, ante la propuesta norteamericana de que por Venezuela asistiera un representante de Guaidó.
La situación económica y social de Venezuela es cada día más grave. Casi un cuarto de la población precisa ayuda humanitaria urgente, según un informe interno de las Naciones Unidas, que muestra un aumento de la desnutrición y las enfermedades en consonancia con el deterioro de las condiciones de vida. “Se estima que 7 millones de personas, alrededor del 24% de la población total que vive actualmente en el país, tienen necesidades prioritarias urgentes de asistencia y protección”. El informe fue presentado esta semana al gobierno de Maduro, que atribuye propagandísticamente la crisis económica a las sanciones de Estados Unidos, cuando ésta lleva ya varios años. Después de un nuevo apagón, que afectó gran parte del país, fueron suspendidas todas las actividades.
El 29 de marzo se reanudó la actividad laboral, pero todavía no las clases. Probablemente este sea el motivo por el cual en gobierno de Maduro acaba de permitir que la Cruz Roja comience con un plan de ayuda humanitaria, que, como dijo Roca, presidente de la Cruz Roja Internacional y de la Medialuna Roja, está centrado en primer lugar en la provisión de medicinas y equipos de generación eléctrica para hospitales. También se verá si se hace cargo de los elementos de ayuda que están en las fronteras con Colombia y Brasil.
El sábado 30 se volvieron a realizar en Caracas marchas a favor y en contra del gobierno, éstas últimas reprimidas por éste.
La situación se agrava cada día. Hay que impedir que Venezuela se convierta en una nueva Siria, escenario de una confrontación con intervención imperialista, de uno y otro lado. Confrontación que se sabe cómo empieza, pero no cómo termina. Que la clase obrera y el pueblo de Venezuela sean quienes decidan su destino.
Escribe Irene Alonso
Hoy N° 1761 03/04/2019