Más allá de lo ineficaz que resulta esta medida desde el punto de vista de resolver las necesidades de la gente, que cada vez se vuelven más acuciantes, vale la pena hacer un análisis de la composición de esta “canasta de la crisis”, desde la perspectiva del cuidado de la salud.
El ex ministerio de Salud (hoy Secretaría) dio a conocer los resultados de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 (ENFR) y su comparación con las ediciones 2005, 2009 y 2013.
Es alarmante ver en ese informe el deterioro de la salud de la población por el aumento de enfermedades que son evitables: En la población el exceso de peso (sobrepeso y obesidad) aumentó de 57,9% en 2013 a 61,6% en 2018, y está demostrado que esto implica el aumento del riesgo de enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y el riesgo de muerte por todas estas causas.
La calidad de nuestra alimentación es fundamental para el cuidado de la salud y la prevención de enfermedades. El acceso a una alimentación de calidad es un derecho que la política de Cambiemos vulnera sistemáticamente, y la lista de “precios esenciales” profundiza esta situación. Entre los 64 productos que incluye el gobierno no hay ninguna fruta ni verdura, cuando los resultados de la ENFR muestra que sólo el 6% de la población consume cinso porciones diarias de estos alimentos (que es la recomendación de la Organización Mundial de la Salud), la mayoría de los productos son a base de harinas blancas refinadas, galletitas con un alto contenido de grasas saturadas y azúcar.
De los 15 productos lácteos que se incluyen, sólo cuatro son descremados y no estarán disponibles de inmediato. Si miramos las carnes, se incluyen sólo los cortes de mayor contenido graso (asado y matambre) de carne vacuna y ni hablar de pollo o pescado.
Una vez más, Macri demuestra que la salud del pueblo le importa muy poco, y profundiza su política de una alimentación para ricos y una alimentación para pobres.
Hoy N° 1764 30/04/2019
