Hacia 1920, cuando fueron injustamente detenidos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, acusados de matar a dos personas durante un asalto, la burguesía imperialista yanqui redoblaba sus ataques contra el movimiento obrero, asustada por la oleada revolucionaria que barría el mundo tras el triunfo de la Revolución Rusa.
Sacco y Vanzetti, al momento de su detención estaban organizando protestas por el asesinato policial de un dirigente anarquista, Andrea Salcedo. El mismo que inspiró una conocida obra teatral del dramaturgo italiano Darío Fo: “Muerte Accidental de un Anarquista”. A los dos días de estar detenidos, el fiscal de distrito los acusa de dos asesinatos en la ciudad de South Braintree, estado de Massachusetts, durante un robo a una fábrica de calzado. La prensa del sistema, inmediatamente amplificó y acompañó la acusación, centrando en la militancia anarquista y sindical de los presos. Así, el juicio se transformó en el escenario elegido por el gobierno de los Estados Unidos para castigar con una pena “ejemplar” a los “extranjeros agitadores” que pregonaban las huelgas y la agitación social.
No sirvieron ni los testimonios que aseguraban que ni Sacco ni Vanzetti se encontraban en el lugar del asalto ese día, ni siquiera la confesión de uno de los integrantes de la banda que había matado al vigilador y a otro trabajador durante el robo. El 14 de julio de 1921 el tribunal los declaró culpables. Las instancias de apelación llegaron hasta la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos que se negó a revisar el caso pese al clamor popular. Formaba parte de ese tribunal supremo el jurista Oliver Wendell Holmes, uno de los principales exponentes de la escuela que afirmaba “el derecho es lo que dicen los jueces”. La condena fue a muerte. Durante años se intentó conmutarla, incluso pidiendo el indulto al gobernador de Massachussetts, Alvin T. Fuller, lo que éste denegó. El 23 de agosto de 1927, Sacco y Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica en la prisión de Charlestown.
La farsa judicial contra los anarquistas italianos fue seguida con avidez por las prensas obreras de nuestro país y el mundo. Por ejemplo, el semanario anarquista La Antorcha, que según Horacio Tarcus “era de una tendencia cercana a los expropiadores y vindicadores” (Diccionario Biográfico de la Izquierda Argentina), reproduce en su número del 6 de enero de 1922, un artículo del Boston Herald que comenta las alternativas del juicio planteando “no les debemos ningún favor, sino únicamente justicia” a Sacco y Vanzetti.
Hoy N° 1768 28/05/2019