En la llamada “crisis Penelón”, la ruptura que tuvo el Partido Comunista en 1928 encabezada por José Penelón, hubo varios temas en discusión. Una, muy importante para la época, era la advertencia del gobierno de la URSS y de la Tercera Internacional del peligro de una nueva guerra mundial, centrada en la escalada de países imperialistas (Gran Bretaña y Estados Unidos en particular) y con blanco en la Unión Soviética.
En esos años (1927/ 1928/1929) la Internacional Comunista hace un giro a la izquierda, balanceando como un fracaso los intentos de frente único con la socialdemocracia, por el vuelco a la derecha de estos sectores en varios países europeos. A mediados de 1927, el gobierno británico rompió relaciones con la URSS. Meses después se produce la ruptura de la alianza de los comunistas chinos con el Kuomintang, por la traición de Chiang Kaishek. En Italia, el gobierno fascista de Mussolini acentuaba la persecución de socialistas y comunistas. Dentro del gobierno soviético, en esos años creció la lucha interna entre el sector de Bujarin (que predicaba un largo período de estabilidad del capitalismo), y el de Stalin.
Seguimos el relato que de este tema hace el camarada Otto Vargas en el tomo 2 de El marxismo y la revolución argentina: “El 18 de mayo de 1927 La Internacional [periódico del PC] publicó un manifiesto de la Internacional Comunista del 15 de abril de ese año titulado: Obreros defended a Rusia y a China!! Denunciaba que más de 170 navíos de guerra anclaban en los puertos chinos y que miles de soldados ingleses, japoneses, yanquis y de otras potencias ‘aplastaban a las masas martirizadas del pueblo chino (…) y procedían ya a preparativos de guerra contra la URSS (…) preparando una nueva carnicería mundial’”.
En la Argentina, el Comité Central del PC, en junio de 1927, realizó un llamado “Contra la guerra, huelga general”. En ese mismo mes, con la firma del Secretariado Sudamericano de la Internacional, plantearon “que se iba a la guerra, que ésta sería una guerra de clase (antisoviética) y que abriría el capítulo de la revolución mundial. El enemigo: la burguesía internacional y la burguesía nacional; y la consigna: ante la guerra, huelga general y ni una fanega de trigo, ni una libra de carne, para los ejércitos que luchen contra la URSS y China”, dice Vargas.
Es justamente alrededor de esta última consigna que Penelón planteó diferencias, considerando que “era una desviación extremista”, porque era una consigna irrealizable y que alejaba al PC de las masas trabajadoras.
Hoy N° 1785 02/10/2019