Hubo una vez dos Sistemas sociales. Un tercio de la Humanidad construía el socialismo y enfrentaba al imperialismo. Esto es pasado. La restauración capitalista en la URSS y China restableció un mercado único mundial. Captar la dimensión de estos cambios fue (y es) una tarea ímproba. Y abrió márgenes para distintas valoraciones.
Los comunistas revolucionarios somos antiimperialistas. Las potencias, con la complicidad de sus secuaces locales, saquean al proletariado, Pueblos y Naciones del globo. Y tornan inviable nuestra pretensión de futuro.
Los imperialismos disputan cada cm2 de cada país. Desde ya, también la Argentina. Son choques frontales. ¿Podemos usufructuarlos? Condición ineludible para aprovechar las contradicciones del enemigo: saberlos enemigos nuestros.
Un debate necesario
No nos faltan temas por desarrollar. ¿Valdrá entonces la pena insistir con nuestra opinión sobre China?
Un nudo crítico. El del carácter de China. No faltan los malintencionados que escamotean los datos de la realidad. Pero lo cierto es que el interrogante está instalado. Un embrollo que recorre el campo popular y perturba la estrategia de corrientes amigas.
A fines de los 70, dilucidar esta cuestión nos requirió ir hasta el hueso. En estas décadas se multiplicaron las evidencias confirmando nuestro aserto de entonces. Simultáneamente China inundó la escena de señuelos para camuflar su verdadera catadura. Urge entonces llenarnos de razones, documentarnos. Y poner en tensión las herramientas del marxismo-leninismo-maoísmo vinculadas con la temática.
Una polémica fraternal que para nada ignora o subestima el papel y peso de las demás potencias imperialistas que revolotean sobre nuestro cielo.
De rojos a blancos
Respecto de China pocos discuten su condición de país capitalista. Se verificó, de la peor manera, el riesgo de restauración.
La vuelta al capitalismo (al igual que en la URSS) fue motorizada por la cúpula del Partido Comunista. A la muerte de Mao, camarillas contrarrevolucionarias se adueñaron del poder. En nombre del “comunismo” acometen las peores fechorías. Y mancillan nuestra bandera roja y la hoz y el martillo. Un “detalle” infame.
Del capitalismo al socialismo
El imperialismo está corroído por insanables contradicciones. Pero, aún sacudido por sus crisis, en ausencia de revolución dará paso a más capitalismo.
Ante tanta depredación, el remedio que se propusieron las grandes revoluciones del siglo XX fue el socialismo. Liberada de la explotación y de las relaciones de producción atrasadas la economía deparó inmensos logros. Los avances tecnológicos y los dones de la naturaleza estuvieron al servicio de las mayorías.
Del socialismo al capitalismo
Al restablecerse el capitalismo, la rediviva burguesía china, se encontró frente a una faena prácticamente acabada. La gran producción socializada fue capturada durante la noche por una capa de renegados.
El socialismo contiene el peligro de regresión. ¿Una insurrección contrarrevolucionaria? El gasto fue bastante menor. Los aspirantes a burgueses preexistían en los estamentos superiores de la Nomenklatura.
Un aspecto extraordinario de la caída del socialismo es que de su seno no surgió ninguna flor exótica. Resucitó el derrotado capitalismo. Involuntaria confirmación de la tesis que ubican al Capitalismo como el último eslabón de las sociedades clasistas.
La China capitalista
Segunda economía global (16% del PBI mundial).
Ranking de los bancos del mundo: los 4 primeros son chinos. El 7° (HSBC) también lo es, aunque se camufle tras la bandera inglesa.
El renminbi/yuan comparte con el dólar, euro, libra esterlina y yen la canasta de divisas que utiliza el FMI (DEG).
Primer prestamista mundial. Mayor tenedor de bonos del tesoro yanqui.
Segundo presupuesto militar. Primer ejército territorial.
Produce el 51% del acero mundial. Consume el 70% del carbón.
Absorbió Syngenta. Y los electrodomésticos de GE. Su industria farmacéutica es monopólica en genéricos que envasan laboratorios en todo el mundo.
Grandes proyectos de infraestructura funcionales a sus intereses. (Nueva Ruta de la Seda; FFCC transoceánico entre Brasil y Perú; segundo Canal en Nicaragua; Represas Inga sobre el río Congo).
Primera potencia neocolonial en África. Más de un millón de trabajadores chinos reemplazando mano de obra local.
500 chinos con fortunas de más de mil millones de dólares. Otro millón posee “apenas” un millón de dólares. Muchos son descendientes de los expropiados por la Revolución.
El INDEC chino admite 95 millones de pobres. Mediciones independientes elevan esa cifra a 950 millones. La desocupación (60 millones) y el desarraigo de la tierra empujó a millones a la miseria. Extrema explotación del proletariado que resiste en heroicas huelgas.
La corporación china COMOC puja para comprar la Boeing.
La Bolsa de Hong Kong hizo una oferta hostil por la adquisición de ¡¡¡la Bolsa de Londres!!!
El FMI tiene en estudio la posibilidad de trasladar su central de Washington a Shangai.
¿Y entonces?
Es tiempo de preguntarnos: ¿con todos los datos a la vista, qué fuerza mágica pudiera impedir que se cumplan las leyes que Lenin formulara para la actual fase imperialista? ¿Qué curiosos fenómenos explicarían que el capitalismo reconstituido en China no busque expandirse hacia nuevos mercados, fuentes “seguras” de materia prima (no se autoabastecen de hierro, petróleo, carbón) y plazas estratégicas? Estos rasgos generales se manifiestan plenamente.
Ocultan su verdadera naturaleza al asumirse como “país en vías de desarrollo”. O como miembro de los BRICS. Como si con ello pudiera tapar su papel central en las grandes decisiones globales.
La Ruta de la Seda (OBOR)
Un cinturón, una ruta. OBOR según sus iniciales en inglés. La Ruta de la Seda es la mayor iniciativa globalizadora en curso. Impulsada por Xi Jiping involucra y afecta los intereses de al menos 68 países en Asia, Europa y África. Tal como los FFCC que diseñaron los ingleses en tantos países (Argentina e India entre otros) en función de su propio beneficio los chinos trazan rutas terrestres y marítimas centrípetas. Todas convergiendo sobre su propio territorio. Hacia el mundo la producción industrial china. Desde el mundo los insumos apetecidos. Contempla además la instalación de bases militares en Djibouti y Pakistán (por ahora). Para solventar los costos de semejante despliegue Xi ha fondeado una red de Bancos en abierto desafío a la preeminencia del Banco Mundial.
Disputa tecnológica por el 5G
Los primeros trabajos con el 5G fueron europeos. Con estándares parecidos las principales potencias vienen trabajando para posicionarse en esta 5ª generación. China le otorgó tempranamente un status de tecnología dual (para su uso civil y militar). Y viene ganando la carrera para imponer sus normas tanto en redes como en receptores. Dominaría así la carrera por el futuro del Internet de las cosas y la robotización. El futuro del 5G (o la pretensión a monopolizarlo por parte de China) es uno de los terrenos más agudos de la confrontación EEUU-China.
¿El buen imperialismo?
Un mundo convulsionado. El choque entre las potencias lo contamina todo. Como en cualquier pelea, algunos se fortalecen, otros se debilitan. En una Tierra totalmente “ocupada” China, un imperialismo joven, empuja un nuevo reparto. Aunque muchas batallas están indefinidas no se puede decir que le esté yendo mal.
China imperialista en Argentina
Dos Bancos fuertes (ICBC, HSBC).
Media Tierra del Fuego (Huawei, TCL, Lenovo, Hisense). Fabrican Carrier y computadoras IBM.
Nidera y Noble (“by” COFCO, principales exportadoras de granos).
SINOPEC, asociada a British Petroleum y Bridas en Pan American. Axion se quedó con ESSO (la marca de Rockefeller).
Proveedores cuasi monopólicos de trenes y subtes (liquidando. la industria ferroviaria nacional).
Sierra Grande (como fracasaron en “importar” mineros chinos desplegaron salvajes estándares de explotación; despidieron y han paralizado la mina).
Con Philip Morris fabrican cigarrillos chinos.
COSCO (entre las mayores operadoras portuarias y marítimas).
Sinohydro y Power (grandes obras de infraestructura junto a socios locales).
Puja en la privatización de TRANSENER.
Y, a no olvidar, la base militar en Neuquén.
Ellos “fabrican para el mundo”. Para nosotros primarización. Factor interno de nuestra estructura. Con sus burgueses y oligarcas subordinados conforman una fracción (destacada) de las clases dominantes.
Que están… están
La presencia china en la Argentina está fuera de toda duda. Pero, ¿qué habría de malo que países “amigos” nos ayuden? Y si colaboran con nosotros, ¿por qué no van a ganar plata? Además, ¿algunas empresas “benefactoras” no son acaso estatales? Preguntas cándidas. En el capitalismo monopolista de Estado chino las fronteras entre lo privado y lo estatal son borrosas. Todos bailan al son del llamado de Deng quien inmortalizó la consigna “enriquecerse es glorioso”. Pudo haber dicho “extraer plusvalía es sublime, expoliar a los pueblos del mundo es emocionante”. Burócratas y empresarios son magnates en un país con los mayores contrastes entre ricos y pobres.
A esta altura de la historia, ¿hay aún quien crea en un imperialismo amigo? Todos, sin excepción son enemigos estratégicos del proletariado, los pueblos, las naciones.
Y si acaso alguien confiara en halagos y promesas no tardará mucho en descubrir que “así paga el Diablo”.
Vocación cipaya
Tras la heroica marea anticolonial muchas naciones han sido recapturadas por el sistema de dominación imperialista. Otrora colonias, hoy países dependientes.
En nuestra América los virreyes españoles siempre encontraban algún cipayo funcional a sus intereses. ¿Alguna diferencia con los burgueses y terratenientes que en nuestros días establecen lazos de sumisión a uno u otro imperialismo?
Todo imperialismo que se precie pone huevos en todas las canastas. Pero sabe distinguir entre tropa propia y un complaciente ocasional.
Los burgueses intermediarios también son pragmáticos. Macri alineó a la Argentina tras los dictados geopolíticos de Trump. Escapando hacia delante nos unció al yugo del FMI. Pero, que nadie se angustiara que había para todos. Buenos negocios cayeron para el lado de los chinos. No fuera cosa de desairar a papá Franco, “Consejero senior en América Latina” para China.
Dignidad nacional
Macri y sus mandantes nos dejan tierra arrasada. En las elecciones y en las calles un gran protagonista. Las tareas por delante serán duras. Nuestro Pueblo, unido en las luchas de estos años, tiene un principalísimo rol a cumplir.
No hay razón para no comerciar con todos los países. Aún con las potencias. Pero integrémonos con nuestros iguales de la Región y del mundo para enfrentar conjuntamente el chantaje y la prepotencia de los enemigos imperiales.
Escribe Sebastián Ramírez