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19 de April de 2020

Basta de femicidios. Cuarentena segura para todas

Comunicado de la Secretaría de Mujeres y Diversidad de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) exigiendo que ante el aumento de femicidios en contexto de aislamiento se declare la Emergencia en Violencia de Género que garantice una cuarentena segura para todas.

Ante el aumento de femicidios en contexto de aislamiento

¡Declaración de la emergencia en violencia de género!

Desde las organizaciones populares sabemos que en el marco de la emergencia sanitaria se vienen tomando medidas, desde el gobierno, para dar batalla a la pandemia por el COVID 19 que se cobra la vida de cientos de miles en el mundo. En ese sentido el aislamiento social y obligatorio es una herramienta fundamental para evitar la propagación del virus. También sabemos que el “quedate en tu casa” tiene un rostro para las clases medias y altas, y otro muy diferente para los sectores populares, donde el hacinamiento y la falta de ingresos económicos fijos, entre otras cuestiones, dificultan seriamente la realización del aislamiento indicado y ponen en una situación extrema a los trabajadores y trabajadoras de la economía popular que viven al día. Lo sabemos y por eso estamos allí más que nunca, con comedores, merenderos y ollas populares, que son hoy el alimento de miles de personas.

Pero también el “quedate en tu casa” tiene un riesgo muy alto para las mujeres, travestis y transgénero, que conviven con sus agresores.Y también para los niños y niñas víctimas de abuso. No solo por el aumento de la violencia en sí, sino también por la falta de redes, la reducción de las posibilidades de pedir ayuda, de poder hablar con otras. En ese sentido entendemos y compartimos la consigna “no estás sola”, y las políticas de reforzar la difusión y atención de la Línea 144. Pero también vemos que esto no es suficiente, ya que no solo no llega a todas, sino que además no resuelve y no da cuenta de la cantidad de falencias que hay a la hora de poder realmente acompañar a una mujer para que pueda efectivamente salir de una situación de violencia, más aún cuando se trata de una compañera de la economía popular, de barrios o zonas rurales populares. Falencias que no son nuevas, pero que en un contexto de emergencia como el que nos toca vivir, se agudizan y tienen consecuencias más severas que nunca.

Como es de público conocimiento, desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, se incrementó la cantidad de femicidios y travesticidios. Y esta es una realidad que nos duele y que nos obliga a actuar, a dar respuesta como podemos desde las organizaciones, pero también a exigirle al Estado que esté a la altura, porque si bien se han tomado medidas entendemos que no alcanzan.

En el contexto actual de aislamiento, vemos cómo se agudizan los problemas que ya venían teniendo los distintos dispositivos de asistencia, tanto estatales como de la justicia. Nos encontramos frecuentemente con comisarías que se niegan a tomarle la denuncia a las compañeras, la dificultad para acompañarla y realizar traslados por la falta de reconocimiento del rol de las promotoras como actividad exceptuada para circular, la falta de recursos económicos, alimentarios y de hospedaje para quienes quieren dar el paso de salir del contexto de violencia.

Desde las organizaciones tenemos la experiencia de haber escuchado, asistido y acompañado, a cientos y miles de compañeras. De organizar espacios de mujeres y diversidades, consejerías, equipos de promotoras. De movilizar para exigir la búsqueda de alguna compañera que no aparece, de pedir justicia, de hacer presión para que en una comisaría o fiscalía se actúe como corresponde. Somos una pieza fundamental para que muchas mujeres puedan tener acceso efectivamente a sus derechos, y en este contexto somos, a través de nuestros merenderos, comedores y ollas, una de las pocas caras visibles en los barrios y parajes rurales, a donde las compañeras recurren permanentemente solicitando ayuda. ¡Queremos ser parte de la solución!

Somos conscientes de que esta situación extrema se da en un contexto muy particular e imprevisto para cualquier gobierno, como lo es el aislamiento social. Y que, como tal, representa un desafío inédito en relación a cómo intervenir sobre una problemática que ya se presentaba de por sí compleja. Sin embargo, también entendemos que es justamente en estos contextos donde más debemos apelar a nuestra capacidad, creatividad y organización, y que es cuando más le debemos exigir al gobierno que esté a la altura de las circunstancias.

Celebramos que este momento nos encuentre con un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, porque entendemos que implica una jerarquización de las demandas de las mujeres y diversidades dentro de la agenda estatal. Pero este es un momento crucial donde eso debe ser puesto en juego, a través de políticas concretas. Esas políticas hoy no están llegando o son insuficientes. Y nosotras tenemos la responsabilidad de expresarlo y exigirlo.

 

En este sentido, es que proponemos:

  • Que se declare inmediatamente la Emergencia Nacional en Violencia de Género, en el marco de la emergencia sanitaria, lo que permitiría redefinir políticas y presupuestos con el objetivo de la reducción de la violencia;
  • Incorporación de la perspectiva de género en los comités de crisis existentes (nacional, provinciales y municipales) y creación de los faltantes. Incorporando las actrices necesarias (Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, de la Justicia, Seguridad y de las Organizaciones sociales a través de las compañeras que realizan el trabajo de promotoras en violencia por razones de género);
  • Reconocimiento institucional y económico del rol territorial de las organizaciones sociales. Nuestras compañeras son las que hoy sostienen abiertos los comedores y ollas, y quienes reciben permanentemente la demanda de las mujeres y diversidades en situación de violencia, quienes realizan en muchas ocasiones la asistencia económica, alimentaria y habitacional que el Estado no resuelve.
  • Reconocimiento institucional y económico del rol de las promotoras que realizan prevención y que acompañan situaciones de mujeres y diversidades en riesgo, como actividad exceptuada del aislamiento, para poder circular e intervenir. Creación del Programa Nacional de 100.000 Promotoras
  • Asignación de recursos para asistencia alimentaria, económica y habitacional, inmediata para las mujeres en situación de riesgo;
  • Intervención sobre las comisarías y organismos de la Justicia que no cumplen su función de recepcionar denuncias, establecer medidas preventivas, etc. Con canales claros y efectivos de denuncia ante estas situaciones. Que haya en todas fiscalías de turno, fiscales especializados/as en violencia de género. Que se cumpla la efectiva exclusión de los violentos de los hogares hasta que termine la pandemia; la realización del aislamiento en los hoteles disponibles y el cumplimiento del procesamiento judicial en cuanto las condiciones sanitarias lo permitan. No otorgamiento de prisiones domiciliarias para los violentos.

 

Seguiremos luchando hasta que no haya #NiUnaMenos!

#VivasNosQueremos