El 30 de abril de 1976 moría fusilada María Eugenia Irazuzta, en el departamento de la policía de Córdoba, bajo jurisdicción directa del Tercer Cuerpo de Ejército. La versión oficial es que fue “muerta en un intento de fuga”.
María Eugenia militaba en relación directa con la dirección regional del PCR y fue detenida el 26 de abril de 1976. Bárbaramente torturada durante cuatro días y sus noches, no reveló ninguno de los secretos que conocía del Partido, salvando con su heroica actitud muchas vidas de compañeros e incluso bienes del Partido, como fue el caso del mimeógrafo al que ella tenía acceso directo. Por eso fue fusilada.
María Eugenia tenía apenas 28 años. Su ejemplo nos acompaña diariamente y es guía para nuestra conducta y para las jóvenes generaciones de comunistas revolucionarios.
Hoy N° 1812 29/04/2020