Los grandes monopolios, terratenientes, banqueros y todos los poderosos de la Argentina buscan como descargar las consecuencias de la pandemia sobre los trabajadores y el pueblo, y no quieren resignar nada de las ganancias que hicieron en estos cuatro años de gobierno de Macri .
Sus empleados, los legisladores macristas, con tal de demorar el tratamiento de un impuesto a las grandes fortunas, inventaron una “travesía por la democracia”, con el argumento de que ambas cámaras, Senado y Diputados, sesionen de manera presencial y no “virtual”.
Otros empleados y parte de los sectores dominantes, a cargo de los grandes medios de comunicación, amplifican esta maniobra, una gran cortina de humo con el objetivo de seguir descargando la crisis sobre los trabajadores y el pueblo.
No cabe la ingenuidad frente a semejante operación política por la que el macrismo se pretende erigir en “garante de la democracia”. Ellos, que cuando fueron gobierno sancionaron la “Doctrina Chocobar” legalizando el gatillo fácil, y son responsables de los asesinatos de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel así como de represiones, judicialización y encarcelamiento de decenas de compañeras y compañeros de los sectores populares.
Además, como ha demostrado nuestro compañero diputado nacional Juan Carlos Alderete, el macrismo y sus aliados mediáticos mienten. El Congreso de la Nación ha seguido funcionando durante la pandemia. Alderete y la compañera Verónica Caliva han presentado varios proyectos de ley, y se ha recibido el informe de varios ministros.
A esto hay que sumarle el deliberado engaño de adjudicarle al gobierno nacional la repudiable decisión de dar “domiciliarias”, a violadores y genocidas, que han tomado jueces y cámaras penales.
Nuestro pueblo tiene una larga tradición de lucha en defensa de las libertades democráticas, y no se deja engañar acerca de los verdaderos intereses del macrismo y el sector de monopolios imperialistas, terratenientes y otros sectores de las clases dominantes a los que representa. Porque ellos son los que, cuando no les sirva la careta “democrática”, no dudarán en empujar salidas golpistas, como la que apoyaron recientemente en la hermana Bolivia.
Escribe Germán Vidal
