El movimiento de mujeres en San Juan ha tenido un protagonismo importante en estos años, tanto en jornadas contra las políticas de ajuste, tarifazos, desocupación durante el gobierno del PRO, en la campaña electoral coronada con el triunfo del Frente Todos, como reclamando la implementación de políticas públicas sobre derechos de las mujeres.
Las condiciones de vida y de trabajo para las mujeres han sido difíciles pues el proyecto político provincial: genera escaso trabajo genuino, bajos salarios, en negro, temporario. Principalmente las mujeres que tienen una ocupación desarrollan tareas en educación (21%), Servicio Doméstico (17,9%), Comercio (17%), Industria (12,1) y en la Administración Pública (11,2%). Un 39,6% no tiene correspondencia entre su nivel de estudio y la tarea que desarrolla. Hay muchas mujeres solas y sostén familiar.
Expectantes y esperanzadas por los cambios económicos y políticos que generaría el gobierno de Alberto Fernández y la creación del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, nos sorprendió la pandemia. El aislamiento social, el distanciamiento y especialmente la cuarentena, medida importante y necesaria, desde ya, en el primer momento generó temor al contagio. Pero en el devenir de los días, con una situación sanitaria provincial equilibrada, sin ningún brote interno y con solo casos originados fuera de la provincia, la población se manifestó disciplinada a los cuidados recomendados y fue expresando una gran solidaridad para resolver las situaciones angustiantes como la falta de alimentos.
En este marco cientos de mujeres (en su gran mayoría) atendieron comedores y merenderos, fabricaron barbijos, ayudaron a los niños a imprimir sus guías de trabajo enviadas por docentes que realizaron también un esfuerzo enorme y tratando de sortear las dificultades de conexión que tiene la provincia.
Al conformarse el Comité de Emergencia, desde el Movimiento de Mujeres Sanjuaninas planteamos la inclusión del tema género específico en el mismo, dada la situación de encierro, prevenir la violencia con mayor asistencia y en salud garantizar insumos anticonceptivos.
En San Juan los programas de la Ley 25673, la Educación Sexual Integral, la 26485 (cuya adhesión es reciente, aún sin presupuestar) son deuda política. Por medios virtuales nos organizamos en red las referentes departamentales con la consigna de asistir llamando, sabiendo unas de otras.
En este contexto, ocurrió un caso de secuestro, arma en mano, de una mujer y sus hijos por parte de un hombre violento. La participación solidaria del MMS protegió a Vanesa, la agredida. Y junto con el accionar responsable y articulado de la Dirección de la Mujer, asociación periodistas Recope, se logró la detención de quien había violado la prohibición de acercamiento. Esta historia se suma a los casos que permiten entender este fenómeno social que es la violencia de género. Y desnuda las trabas que impiden dar respuestas desde el gobierno a la prevención, asistencia y protección a las mujeres y a la erradicación de la violencia.
Las medidas lanzadas por la Ministra Elizabeth Gómez Alcorta, haciéndose eco del reclamo de las organizaciones de mujeres, con los programas de promotoras en prevención de violencia, Potenciar Trabajo para las víctimas de violencia, entre otras, impelió al gobierno provincial a tomar iniciativas.
Comenzaron las capacitaciones vinculadas a la ley Micaela. Reuniones virtuales para capacitar a promotoras, capacitaciones laborales en varios oficios. Esto también en respuesta a los reclamos permanentes que realizamos desde el MMS y comprometieron la conformación del Consejo Consultivo de la mujer.
Podemos decir que ha habido un aumento de la violencia de género en situación de cuarentena: se potenciaron los conflictos donde ya existían. Las tensiones por la angustia, ansiedad, falta de dinero y de poder afrontar distintas situaciones agudizaron los problemas. Muchas mujeres no querían hablar del tema por miedo, por resguardar el sustento de sus niños, etc. Debemos señalar también como hechos positivos que aumenta el número de varones que asumen las tareas del hogar, del cuidado de niños, y vecinos que intervienen en situaciones de violencia contra la mujer.
Para poder salir de una situación de violencia deben darse las condiciones materiales que permitan resolver las necesidades básicas, contención y seguimiento. Por ello elevamos al gobierno reiteradas veces propuestas de inserción laboral genuina de la mujer, cupos de viviendas para mujeres que lo necesiten, jardines de infancia, escuelas doble jornada, comedores accesibles económicamente, lavanderías, que a su vez sumarían más puestos de trabajo.
Las mujeres quieren avanzar. La propuesta de capacitaciones en oficio fue tomada con mucho entusiasmo, principalmente la mayoría propuso cursos de electricidad, computación, herrería, marketing, entre otras actividades que implican un salto en relación a trabajos que son continuidad de las tareas de la casa. También las de promotoras en prevención de violencia y salud.
Este mes el gobierno provincial convocó a distintos sectores a participar del Acuerdo San Juan, buscando aval para su proyecto que viene siendo agro exportador minero, turístico. Modelo extractivista que nunca dejó más que pocos puestos de trabajo y escasos impuestos.
Estamos participando como Movimiento de Mujeres Sanjuaninas en una de las 16 comisiones: empresarios y banqueros, gremialistas, movimientos sociales (ahí nos incorporaron), etc. En la segunda jornada se formó la comisión de movimientos de mujeres. Planteamos de arranque que debían presentar un diagnóstico de la situación provincial, para saber de dónde partimos y qué vamos a acordar. Que la problemática de la desigualdad de las mujeres es tema político y transversal, que nos interesa opinar sobre la producción, cómo se generan puestos de trabajo, cómo se direccionan los créditos, qué presupuesto de destina a los programas específicos, etc. Dijeron que se iba a considerar.
Resultó muy interesante la discusión en la que participaron unos 20 movimientos de mujeres, algunos de reciente formación, que abordamos tres temas principales: presupuesto para género y diversidad; cumplimiento efectivo de las leyes 25673, 26485, ESI, protocolo ILE, entre otras, y trabajo que permita la independencia económica de la mujer.
Continuaremos debatiendo en todos los espacios y con nuestras compañeras los derechos específicos, en el marco del proyecto político necesario para avanzar como pueblo y como mujeres camino a la igualdad y al bienestar de todos.
Escribe Perla Werner
Hoy N° 1823 15/07/2020
