La creciente disputa política y comercial entre los imperialismos yanqui y chino se ha agudizado en torno a la crisis mundial y la pandemia por coronavirus. En este contexto, y con ataques cada vez más violentos, el gobierno de Donald Trump, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional y acusaciones de espionaje al gobierno chino, decidió restringir la aplicación de entretenimiento china Tik Tok, la única red social no estadounidense con tal magnitud de usuarios –mil millones a principio de año- otorgándole a la empresa dueña de la app, ByteDance, un plazo de 45 días para acelerar su venta de la filial estadounidense ante el interés de Microsoft de adquirirla, o a cualquier empresa radicada en EEUU o con capitales estadounidenses.
Trump cuenta con el apoyo del Senado estadounidense para llevar a cabo la operación, quienes aprobaron la prohibición del uso de la app en funcionarios del gobierno y miembros del Congreso. Los argumentos se relacionan con la posibilidad de que ByteDance comparta los datos de sus usuarios con el Partido Comunista de China, lo cual es una amenaza a la integridad de su seguridad nacional.
No sería difícil para las empresas estadounidenses generar una aplicación con las características de Tik Tok que compita con ésta en el mercado. El asunto radica en quién tiene el control sobre el mercado de datos.
Tik Tok supone una fuerte competencia para compañías como Facebook, que maneja además Instagram y Whatsapp. Sin embargo, más allá de las disputas comerciales, está comprobado que el uso de los datos otorgados por los usuarios permite a los algoritmos de las aplicaciones el conocimiento de los intereses, gustos y posiciones políticas de quienes utilizan las distintas plataformas. Al no estar radicada Tik Tok en EEUU y al encontrarse este imposibilitado de acceder a su base de datos, se necesitaría de un complejo computacional de última tecnología para poder leer los algoritmos necesarios para extraer la información.
Casos como Cambridge Analytica y su interferencia en el resultado de distintas elecciones a lo largo del planeta a través del uso de datos proporcionados por Facebook, y el crecimiento de distintas estrategias de difusión contra las políticas del gobierno norteamericano a través de Tik Tok, justifican los temores llevados a cabo por la gestión de Trump. En un Estados Unidos con crecientes protestas contra la gestión de la pandemia de coronavirus y el racismo, junto a una imagen pública cada vez más deteriorada, sumado al creciente enfrentamiento con el imperialismo chino por el control de la hegemonía mundial, lleva al sector de Trump a considerar la posibilidad de la injerencia china en las elecciones a realizarse en noviembre.
Hoy N° 1828 19/08/2020