Sepa, compañero Juan Carlos,
que acá somos muchos los que lo estamos empujando.
Y se me ocurre que ahora mismo
un vuelo raudo de zorzal está surcando la mañana de domingo
desde el Barrio Elena en Laferrere hasta Salta,
su tierra de infancia,
la provincia de las grandes montañas,
los tabacales, la selva ruda y los feudos miserables
contra los que su voz se alza.
Sepa (usted ya lo sabe), que desde la fuente
amorosa de la memoria, la amistad y la camaradería,
ese zorzal ha recogido las voces de combate y alegría
que nunca dejan de cantar y nos impulsan, nos alientan
y nos guían.
Es un rumor de pueblo, una clara y tenaz polifonía de clase
que vuela con el viento y le dice a usted: ¡vamos, todavía!
Pronto será el tiempo, nosotros lo esperamos en dialéctico vértigo
de furia organizada y zamba cadenciosa.
Usted, mientras tanto, sabe que cuenta con nosotros, los artistas.
Porque al decir de Diana, de Serguei y de su obra combativa,
el arte es un arma contundente que abre camino a la idea victoriosa.
Afectuosamente, sus camaradas
Diana Dowek (pintura) y Hugo Ponce (texto)