Despedimos al camarada Jorge Rocha un comunista, un revolucionario. Recuerdo que hace añares se hizo una reunión para reorganizar el Comité de la Juventud Comunista de la provincia de Buenos Aires, yo pasaba a integrar ese organismo y se paró un muchacho que era casi un chico y alguien a mi lado me dijo “es Rocha, de Pehuajó”. Y ahí conocí a Jorge Rocha. Después vino a Buenos Aires, compartimos la tarea de organizar la Juventud en los barrios del Gran Buenos Aires, en fábricas, en colegios, en clubes; organizando todo tipo de iniciativas. Pasaron los años y se destacó como dirigente universitario.
Vino la ruptura con la dirección del PC y la formación del Partido Comunista Revolucionario. Éramos miles, varios miles de distintos afluentes. Confluimos por cuatro ideas que nos unían y nos unió el profundo sentimiento que nos causó el asesinato del Che por la CIA en Bolivia. Pero veníamos de distintos lugares, teníamos una confusión terrible. El Che, en el libro que ahora se ha publicado demuestra esa confusión, sabíamos sí que el llamado mundo socialista, en la Unión Soviética, se había podrido. Pero no sabíamos por qué, qué había pasado, qué es lo que estaba sucediendo. Y hay que decir compañeros, a este partido lo armó Jorge Rocha, él tejió la unidad de todos estos grupos; todos contribuimos con más o con menos, pero el armador de todos esos grupos y fuerzas –algunos veníamos del partido, otros de la juventud, unos de los barrios, otros de la universidad, unos pocos de las fábricas– fue Jorge Rocha.
Y después compañeros, nos unió cuando en el ‘72 adherimos al maoísmo, salimos de la confusión, comprendimos lo que pasaba en el mundo y nos unimos férreamente. Nos dicen “¿cómo han durado unidos hasta ahora?” Porque nos unió el marxismo-leninismo-maoísmo.
En ese momento el mundo estaba conmovido; confundido pero conmovido, estaba la Revolución Cultural Proletaria que movilizaba millones y millones. Nunca antes la humanidad vio semejante movilización. Y el Mayo Francés, la rebelión de los estudiantes mexicanos, brasileros, italianos, alemanes. Acá estaba Onganía, y todo el mundo decía que solamente había que resistir y replegarse. El PC entregó la lucha de los portuarios y la de los ferroviarios. Perón llamó a “desensillar hasta que aclare”. Nosotros dijimos: hay un polvorín de odio y resentimiento popular bajo los pies de esta dictadura que hay que hacer estallar.
Y junto a los compañeros del PCR, Jorge Rocha pasó a dirigir la Federación Universitaria Argentina. Fue el presidente de la FUA del Cordobazo, que nosotros comenzamos con el Correntinazo, el Rosariazo, hasta que ardió Córdoba y ya nada volvió a ser igual en la Argentina hasta hoy.
Y fue luego, el organizador de este Partido. Hubo momentos de auge y después vinieron los momentos difíciles. Vinieron décadas. La tercera parte del mundo había sido socialista, los de abajo tenían la sartén por el mango, los obreros, los explotados. Y se perdió todo. Y acá tuvimos la dictadura. Y como dijo un poeta “no es difícil encender el fuego cuando la leña está reseca y comienza a arder. Lo difícil es mantenerlo en las noches desapacibles”.
Jorge tuvo la suerte de poder ver la rebelión agraria más grande de la historia argentina con esas puebladas que volvieron a repetir el camino del Argentinazo, el camino de las grandes rebeliones populares; y tuvo la suerte de ver a nuestro Partido realizar el acto más grande que ha tenido la izquierda en muchos años en la Argentina en el Luna Park y que, como aquí se ha dicho, él fue el organizador, el que trabajó activamente para ese acto.
Hoy lo despedimos compañeros, con toda la tristeza en el alma de un camarada, un amigo, un hermano que se nos va. Pero estamos seguros que este Partido, y estamos seguros de que las nuevas generaciones de revolucionarios, van a llevar adelante la lucha por la revolución de liberación nacional y social y el ideal del comunismo al que Jorge Rocha dio toda su vida, desde su más tierna edad ¡Jorge, hasta la victoria siempre!
Hoy N° 1830 02/09/2020