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03 de February de 2021

Los números hablan…

Pandemia, política y economía mundial

Reproducimos una nota de Horacio Micucci, publicada en horaciomicucci.blogspot.com

La vacuna es un bien escaso

Las estadísticas confiables indican que, al 26/1, la existencia mundial de vacunas era de 69.159.151 (algo más de 69 millones) de vacunas. Este número de vacunas alcanzaría para vacunar sólo al 0,89% de los habitantes del mundo. Lo anterior demuestra que es un bien escaso.

Además, las estadísticas de cada país demuestran que es también escaso para las potencias que las acaparan. EEUU tiene, al 26/1, 23.540.994 unidades de vacunas. Eso sólo le alcanza para vacunar al 7,11% de su población. China tiene 15 millones, para vacunar al 1,04% de su población. Rusia tiene un millón de vacunas, para el 0,69% de su población. El Reino Unido cuenta con algo más de 7 millones que le alcanzan para el 10,8% de su población. Francia tenía 1.092.958 vacunas, para el 1,61% de su población; Alemania 1.921.689 para 2,21%; Italia 1.490.821 vacunas para el 2,47% y España 1.291.216 para el 2,76% de su población.

 

Importancia estratégica y agudización de las contradicciones interimperialistas

Ninguna potencia puede quedarse sin vacunas porque esto las debilitaría frente a sus competidoras. Esto explica la enorme disputa por hacerse de ellas y los reclamos de los países europeos a las empresas productoras por incumplimiento de contrato. La Unión Europea quiere impedir que las vacunas de laboratorios estadounidenses fabricadas allí, salgan de Europa.

En lo anterior no contamos que, también van a faltar insumos como jeringas, agujas y viales para fraccionar las vacunas. Y que la producción de vacunas exige insumos como los reactores biotecnológicos para producir la materia prima biológica que, en líneas generales, monopoliza General Electric.

Los ingleses de Astra Zéneca quieren vincularse a los rusos porque su tecnología es similar y pueden producir en conjunto. Rusia tiene la tecnología, pero no tiene capacidad de fabricación y busca alianzas con Alemania para hacerlo. Por eso New York Times (vocero del grupo Biden) duda de la calidad de la vacuna inglesa, bombardeando alianzas que no le convienen. Y lo mismo con la Sputnik. Todo esto se llama: agudización de las contradicciones interimperialistas.

 

Concentración de la tenencia de vacunas en pocos países y desigualdad para el mundo oprimido

Si sumamos las vacunas que tienen EEUU, China, Rusia y el Reino Unido, la cifra alcanza a 46.866.769 de vacunas (más de 46 millones). Esto significa que cuatro países tienen el 68% de la existencia de vacunas.

Si sumamos el stock de vacunas de Francia, Alemania y España son 5.796.684 vacunas. Esto significa que esos cuatro países europeos tienen el 7,5% de las existencias de vacunas. Es decir que ocho países tienen el 75,5% de la existencia en vacunas.

Lo anterior implica una tremenda desigualdad en el acceso a un insumo vital de salud.

Y demuestra concentración monopólica y desigualdad entre los países.

No es un mundo de países iguales, racionales y respetuosos de los derechos de los demás. No hay igualdad global. Entramos a ese mundo por la puerta de servicio.

La vacuna se constituye, entonces, en un elemento de chantaje sobre los países oprimidos y dependientes.

Y aunque hoy tengamos el revólver en la barriga para conseguir las vacunas, queda en evidencia que, en este aspecto como en los demás, debemos pugnar por nuestra soberanía e independencia.

La producción nacional o en colaboración con los países dependientes como nosotros, en vacunas, como en otros insumos de salud, es parte de la seguridad y soberanía sanitaria.

Y la soberanía sanitaria, alimentaria, industrial, agrícola, energética, etc., es parte de una defensa nacional patriótica y popular, integral e integrada de una Argentina independiente de toda dominación extranjera, como dice el Acta de nuestra Independencia.

 

Hoy N° 1850 03/02/2021