Al iniciar la entrevista María plantea “Hay una discusión que viene hace bastante tiempo en relación al tema del contenido del 8 de marzo. Hay un gran sector que intenta ‘desdibujarlo’ de alguna manera, como cuando plantean que tiene que ser el Día de la Mujer y punto, u otras opciones. Nosotras reivindicamos el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, teniendo en cuenta nuestra historia a partir de la Conferencia de Mujeres Socialistas realizada dentro del Congreso de la Internacional Socialista en Copenhague, capital de Dinamarca, en 1910, en donde Clara Zetkin planteó la necesidad de declarar un día de la mujer trabajadora que reivindique nuestra lucha”.
Sobre las condiciones actuales rumbo al 8M plantea “En la actualidad reflexionamos sobre la novedad del primer 8M realizado en la pandemia del coronavirus, y cómo esto nos atraviesa como trabajadoras. Hay una gran diferencia en cuanto al contexto político y la situación nacional e internacional respecto del 8M de 2020. A un año de la pandemia analizamos cómo esto afectó a las trabajadoras.
“Una primera cuestión son las trabajadoras al frente de la primera línea: médicas, enfermeras, personal sanitario y de limpieza, que enfrentan una sobrecarga laboral; las trabajadoras desocupadas que venían enfrentando la crisis y el despojo heredados del macrismo y se pusieron al hombro la lucha contra el hambre durante la cuarentena, y cómo esto ha cambiado de forma radical sus vidas.
“Además analizamos la precarización laboral relacionada al teletrabajo, el no tener horarios definidos, lo que sumado al incremento de responsabilidades de tareas de cuidado y domésticas a manos de nosotras genera conflictos amplios. Es por ello que se vuelve necesario exigirle a las patronales que tengan en cuenta estas características para poder realizar nuestras tareas laborales sin mayores complicaciones.
“Otro factor importante a tener en cuenta es la gran cantidad de desocupadas que generó la pandemia. Se estima que en Argentina hay una tasa de desempleo del 13,1% (Indec), esto sin tener en cuenta la cantidad de puestos de trabajo precarizado que se perdieron durante la cuarentena, como lo son las tareas de cuidado o de trabajo doméstico.
“Las mujeres jubiladas padecen la inflación debido a sus salarios de miseria, así como aquellas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad al no acceder a la jubilación debido a su edad y falta de aportes.
“Seguimos levantando la consigna “igual salario por igual trabajo”, porque continuamos siendo las peores pagas. Hay análisis que demuestran que ganamos de un 29% a un 35% menos que los varones realizando las mismas tareas. Planteamos la necesidad de salarios acordes a la canasta familiar (se necesitan 3 salarios mínimos para superar la línea de pobreza de $56.000) como también la consideración de un bono acorde a la canasta educativa ante el inicio de clases; y enfrentamos la inflación que nos golpea trágicamente todos los días, porque el pensar qué vamos a poner en la olla o si le podemos dar de comer a nuestros hijos es algo común a todos nuestros hogares”.
Al finalizar María comentó: “Sostenemos que todavía falta mucho por luchar y conseguir en cuanto a derechos para las trabajadoras, al igual que con nuestras compañeras desocupadas que no pueden acceder a un trabajo digno para solventar las necesidades básicas. Las trabajadoras junto con el pueblo somos las que venimos pagando esta crisis, es importante haber conseguido el Impuesto a las Grandes Fortunas en el camino de una sociedad más justa y equitativa”.
“Este 8M además va a estar teñido por el reclamo en contra de la violencia que nos ha arrebatado más de una compañera por día en lo que va del año. Vamos a levantar con todo la necesidad de la declaración de la Emergencia Nacional en Violencia contra las Mujeres, para que el Estado nos dé respuestas justas ante el desamparo que vivimos”.
Hoy N° 1854 03/03/2021
