Encontraron a Maia y respiramos todos y todas. Increíblemente esperábamos lo peor. O no tan increíblemente. Una mujer cada 24 horas es asesinada, víctima de femicidios. Quizás por eso la euforia de haberla encontrado. Ahora…Maias hay muchas. Demasiadas Maias. Maia hizo ver tantas cosas ocultas. Pero tantas…
Primero se hizo ver ella. Para verla, tuvo que desaparecer. La tuvieron que secuestrar. Si no era por eso, seguiría viviendo debajo de un puente. Seguiría indocumentada. Seguiría sin ir al colegio. Seguiría siendo una nada. Una de las “nadies” de Galeano. Seguiría quizás pidiendo en la calle. Y en vez de ser la preocupación del país hubiese seguido siendo “una de las pibas que las tienen para cobrar un plan”.
Maia desnuda todo. Desnuda un sistema. Una madre con adicciones sin ninguna oferta de tratamiento. Desnuda que quienes están fuera del sistema escolar nadie las registra. Desnuda eso de que vive “en situación de calle”, cuando en realidad no es ninguna situación. Vive literalmente en la calle.
Desnuda que “la Canosa” pregunte furiosa quién es el intendente de Lugano. Algo que no me sorprende. Viviana Canosa jamás debe haber pisado Lugano. Ni lo pisará. Se debe haber enterado que era parte de CABA con las cargadas. Desnuda que CABA (“La Capital” le decimos los más viejos) no es solo Palermo, Recoleta y Puerto Madero. Que está lleno de Maias “la capital” de Larreta. Pero también está lleno de Maias la provincia ¿Qué provincia? Cualquiera. Todas las provincias están llenas de Maias.
Maia desnudó un sistema. Desnudó que la grieta para las Maias les es indiferente. Quienes viven debajo de un puente no tienen más que hambre. Y frio en invierno. Y calor en verano. No tienen duchas. Ni baños tienen. Y el sistema crea las Maias. No nacen Maias de la nada.
Maia también desnudó las internas políticas que dan asco. Desnudó a un Berni que le encanta jugar a “Rambo” y armar escándalos frente a los micrófonos de los canales, soñando sin dudas a una candidatura presidencial. Si tanta vergüenza le da como peronista que la gente viva en la calle que no haga circo.
Que las internas las arregle puertas para adentro y no frente a los movileros y los medios que se hacen un picnic con sus bravuconadas.
Apareció Maia. Se hablará de ella unos días. Pero debajo de los puentes hay muchas Maias. Muchos Brian. Muchos pibes y pibas, adultos y adultas, ancianos y ancianas que no son más que nada.
Hoy N° 1857 23/03/2021
