El ingenio San Juan, desde hace años viene en picada por distintos arriendos de empresarios sin ningún interés de que muela, y rechazando diferentes propuestas que se comprometen a moler toda la zafra.
Los trabajadores exigen pago de deudas salariales, que el Estado intervenga en el salvataje, ya que el Ingenio puede producir azúcares de buena calidad exportables.
Son 340 familias que viven de promesas con subsidios magros que no alcanzan para vivir.
El último arrendatario Carlos Omil, empresario de la construcción, no acepta ninguna opción presentada. Se sospecha de maniobras de lavado, mucha corrupción. Lo fundamental es que Rocchia Ferro y Luque, dueño del Ingenio Concepción, se oponen a que muela y el gobierno no da ninguna solución a pesar de los meses de lucha sostenida.
Corresponsal