El 19 de mayo de 1895 fallecía en combate por la independencia de Cuba José Julián Martí Pérez, más conocido como José Martí. Este gran político, periodista y escritor cubano había nacido en La Habana en 1853.
Tuvo un destacadísimo papel en la organización de la pelea por la independencia de España y contra la intromisión de Estados Unidos, fundando el Partido Revolucionario Cubano y el levantamiento de 1895 al que llamó “la guerra necesaria”.
Martí tuvo una vasta obra literaria (poesía, teatro, crónica). Por su postura antiimperialista y latinoamericanista sufrió la cárcel y el exilio, viviendo en España, Guatemala, México y Estados Unidos.
Como recordaba Otto Vargas en una de sus grageas, Martí “dedicó su libro La edad de oro “a todos: al héroe famoso y al último soldado, que es un héroe desconocido”. Dice que aquellos hombres que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, son sagrados. Y como tales nombra a: Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata; e Hidalgo de México. Y dice Martí: “Se deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz… Esos hombres que hacen pueblos son como más que hombres. El corazón se llena de ternura al pensar en esos grandes fundadores. Esos son héroes… Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otros pueblos sus tierras, no son héroes, son criminales”.
Vargas también recordaba la carta que mandó Martí a su amigo mexicano Manuel Mercado, poco antes de morir: “Yo estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo– de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy y haré, es para eso”.
Se recuerda, entre la vasta obra del héroe de la independencia de Cuba, su estremecedora crónica del ajusticiamiento de los Mártires de Chicago, escrita como corresponsal del diario La Nación, con cuyo director Bartolomé Mitre tuvo largas discusiones por la censura a sus notas, entre ellas su cobertura de la Conferencia Panamericana de 1889.
Algunos de los Versos sencillos de Martí han llegado hasta nuestros días como parte de una conocida canción cubana, Guantanamera: “Yo soy un hombre sincero/ De donde crece la palma,/ Y antes de morirme quiero/ Echar mis versos del alma”.
Ernesto “Che” Guevara decía sobre Martí “Nosotros, militantes de un partido nuevo, en una nueva región liberada del mundo y en nuevas situaciones, debemos mantener siempre en alto la misma bandera de dignidad humana que alzara nuestro Martí, guía de muchas generaciones, presente hoy con su frescura de siempre en la realidad de Cuba: «Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre.» (Prólogo al libro El partido marxista-leninista, publicado por la Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, La Habana, 1963).
Hoy N° 1863 12/05/2021